Un 96,8% de los fondos para la campaña electoral recaudados por el primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, proceden del extranjero, según datos de la Oficina del Controlador del Estado que difundió el diario «Haaretz».

El análisis revela que un 53% de los 13 millones de shekels (3,38 millones de dólares) donados a políticos israelíes en los dos últimos años son obra de residentes en el extranjero que no pueden votar en Israel.

La financiación de partidos israelíes desde el extranjero está prohibida y los políticos particulares recaudan fondos principalmente para las elecciones primarias.

El porcentaje de fondos foráneos varía en función del color político, con los integrantes del partido derechista Likud de Netanyahu como los más apoyados fuera de las fronteras del Estado judío (67% de los fondos), seguidos de los del centrist Kadima, con un 65%.

De los 26 políticos que lograron recaudar más de 50.000 shekels (algo más de 13.000 dólares), los tres con mayor porcentaje de ayuda exterior son del Likud: el viceprimer ministro Moshé Yaalón (100%), Netanyahu y la titular de Cultura, Limor Livnat (94%).

Los candidatos laboristas recibieron del exterior un 38,5% de las contribuciones para sus primarias y Yair Lapid, la estrella mediática recién entrada en política, un 40%.

Cabe destacar que el 99,7% de los fondos de campaña de la líder laborista, Shelly Yachimovich, procedieron de Israel, con apenas dos aportaciones de escasa entidad desde fuera.

Los miembros del partido de izquierda Meretz recibieron todo su dinero en el seno del país y los de Habait Haiehudí, formación religiosa ultraderechista, un 96%.

Algunos políticos optan por reunir pequeñas contribuciones dentro del país, como Yachimovich o el abanderado del ala más dura del Likud, Moshé Feiglin, mientras que otros, Netanyahu entre ellos, se centran en obtener grandes sumas de un pequeño número de extranjeros, opción que resulta más eficaz.

El Controlador del Estado propuso en 2006 prohibir las contribuciones extranjeras por el dilema que supone «permitir a gente sin afiliación ni lazos algunos con Israel influir, incluso indirectamente, en sus procesos democráticos».

Otro de los problemas señalados por «Haaretz» es la falta de definición de las donaciones en el listado, con algunas sumas en las que no se especifica si se trata de dólares o shekels, o registros como Arlington - hay siete localidades en EE.UU con ese nombre - o Nueva York, sin precisar si es la ciudad o el Estado».

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