Un grupo de 200 panameños cristianos evangélicos completó una gira de 10 días a Israel y Tierra Santa pese a la ola de violencia que sacude al país en los últimos días.

El grupo fue uno de los mayores de toda América Latina, incluso mundial, ya que estas semanas se registraron varios atentados terroristas, pero los panameños aseguraron que a lo largo de su recorrido por los lugares santos se sintieron protegidos, que vieron mucha seguridad y que no notaron ningún tipo de inestabilidad.

La situación alarmante de muchas comunidades cristianas en Oriente Medio será uno de los principales centros de atención en los eventos de la Fiesta de Sucot la próxima semana con la participación de miles de peregrinos.

Este lunes, el presidente de Israel, Reuvén Rivlin, y el presidente del Congreso Judío Mundial, Ronald Lauder, estarán presentes en la reunión de cristianos evangélicos que tendrá lugar en el nuevo estadio de Jerusalén.

Millones de cristianos se unieron a pesar de las diferencias denominacionales, culturales y políticas, como parte de la Jornada de Oración por la Paz de Jerusalén (DPPJ) (www.daytopray.com) para interceder por la ciudad que Dios llama suya e invocar la bendición, los propósitos y la provisión de Dios para todo el pueblo de Jerusalén.

De más de 175 naciones, los creyentes se reunieron para orar en sus servicios de adoración, en sus hogares, en reuniones regionales, en la aplicación de oración Instapray y en una teleconferencia de oración de 24 horas.

Comunidades evangélicas de Estados Unidos y América Latina donan a la comunidad judía mundial unos 130 millones de dólares anuales para proyectos de ayuda humanitaria por todo el mundo, según se dio a conocer con motivo del lanzamiento de una campaña de invierno de ayuda a ancianos que viven en Israel.

El rabino Iejiel Eckstein, fundador y presidente del Fondo Internacional de Amistad de Cristianos y Judíos (IFCJ por sus siglas en inglés), afirmó que «el dinero procede de cristianos y gentes que aman al pueblo de Israel».

La Alianza Evangélica Mundial envió una carta al primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, solicitando que las iglesias evangélicas sean reconocidas como comunidades religiosas establecidas en el Estado de Israel, lo que implicaría la concesión de ciertos derechos legales.

La carta, dirigida tanto a Netanyahu como a Gideón Saar, ministro de Interior, comienza agradeciendo a Israel «por las libertades» que la comunidad evangélica representada por las dos entidades principales - Convención de Iglesias Evangélicas en Israel (CECI) y la Alianza Evangélica de Israel - disfrutan.

«Las prescripciones de la tradición judía describen hasta el más mínimo detalle qué deben comer, cómo deben lavar o vestirse los creyentes e incluso cómo llorar a sus muertos», indicó el profesor Ehud Loz, director de la cátedra de Pensamiento Judaico de la Universidad de Haifa en una conferencia ante más de 400 peregrinos evangélicos invitados a recorrer el centro académico ubicado en la cima del Monte Carmel.

«Son reglas que vienen de la antigüedad que se establecieron con dos objetivos primordiales: aspirar a la pureza o santidad y regular la sociedad de entonces», indicó Loz.

El proyecto empezó a caminar hace dos años pero no fue hasta ahora, por las fiestas navideñas, que cobró fuerza tras superar muchos obstáculos burocráticos. Y es que lo que se traen entre manos tres jóvenes emprendedores españoles, que fundaron la empresa Deltebre, no es una iniciativa empresarial cualquiera.

Hartos de la precariedad laboral y cargados de ilusión decidieron poner en marcha la empresa «Cultiva Tu Fe», a través de la cual comercializan tierra de Nazaret, importada de Israel, y algunas semillas de especies mencionadas en la Biblia, todo ello bien presentado en cajas cuyo objetivo es regalar valores «muy necesarios hoy en día», dijo Josep Bertomeu, uno de los socios.

Miles de cristianos evangélicos procedentes de 90 países del mundo desfilaron por el centro de Jerusalén en una marcha festiva para mostrar su apoyo a Israel y a una Jerusalén unida, en un tradicional acto que tiene lugar cada año durante la fiesta de Sucot.

El colorido evento se inició en el parque Saker, cerca del Parlamento, donde se congregó una muchedumbre en la que resaltaban las banderas de decenas de países y participantes con trajes tradicionales, pancartas, panderetas o tambores, que gritaban consignas de apoyo a Israel.