Ayer anunciamos con bombos y platillos que los deportistas iraníes no tendrían inconvenientes de enfrentar a sus colegas israelíes durante los Juegos Olímpicos.

Las declaraciones del jefe de la delegación iraní, Barham Afsharzadeh, sorprendieron hasta al mismoo gobierno de Teherán que se apresuró a desmentirlas oficialmente.

De cualquier manera, lo que podría ser un posible enfrentamiento en judo entre el medallista olímpico israelí, Arik Zeevi, y el campeón iraní y subcampeón asiático, no se va a dar en Londres.

A Jawad Mahjub, el judoka iraní, le aparecieron misteriosos dolores estomacales que lo obligaron a quedarse en Teherán.

Muchas veces, los deportistas iraníes adujeron misteriosas enfermedades y lesiones para no tener que enfrentarse a los israelíes.

No en vano el presidente del Comité Olímpico Israelí, Zví Warshabiak, declaró cínicamente «que los deportistas iraníes son capaces de decir como excusa que no pueden participar en una competencia con israelíes porque les vino la menstruación».

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