Según fuentes israelíes, una propuesta palestina, que respaldan Egipto, Argelia, Marruecos, Túnez, Emiratos Árabes Unidos y Kuwait, pretende que la Unesco declare el Muro de los Lamentos en Jerusalén como parte del complejo de la Mezquita de Al Aqsa.
El servicio de comunicación de la Unesco dijo no tener el texto completo de la propuesta, que tampoco quiso revelar la delegación palestina con el argumento de que tiene que permanecer secreta hasta su discusión en el consejo ejecutivo.
Una portavoz de la delegación palestina se negó a dar cualquier otra información al respecto y se limitó a recordar que ellos no pueden presentar formalmente un texto porque no forman parte del consejo ejecutivo.
La directora general de la Unesco, Irina Bokova, lamentó que un grupo de países árabes se plantee presentar varias propuestas ante el consejo ejecutivo de esa organización de la ONU sobre la consideración de los lugares santos de Jerusalén y avisó de que eso podría «avivar las tensiones».
En un comunicado, Bokova explicó que esas iniciativas «podrían ser percibidas como modificaciones del status de la Ciudad Vieja de Jerusalén y sus murallas, inscrita en la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco, y podrían además avivar las tensiones en la región y en el mundo monoteista».
La funcionaria insistió en que «la protección del patrimonio cultural no debe tomarse como rehén porque eso debilita el mandato y los esfuerzos de la Unesco».
«Teniendo en cuenta ese mandato todos tenemos responsabilidades para tomar decisiones que favorezcan el diálogo, la tolerancia y la paz», manifestó.
«Jerusalén es una tierra santa para las tres religiones monoteístas, un lugar de diálogo para todos, judíos, cristianos y musulmanes. Jerusalén es un mosaico de culturas y de pueblos cuya historia moldeó la historia de toda la humanidad», agregó.
Por eso, reiteró su llamamiento «al diálogo y al consenso» y para que todas las partes velen para que «el patrimonio cultural, incluido el religioso, se preserve y sea accesible a todos».
Para que la propuesta palestina sea adoptada en el consejo ejecutivo y se convierta en una decisión, haría falta una mayoría simple entre los 58 países miembros de esa instancia.
La Ciudad Vieja de Jerusalén fue inscrita en el Patrimonio Mundial de la Unesco a propuesta de Jordania, que por eso mismo es a quien formalmente le corresponde la gestión, aunque en la práctica cualquier intervención necesita el visto bueno de las autoridades israelíes.
El Muro de los Lamentos, el lugar más importante para el pueblo judío, es el muro occidental de contención de la gigantesca plataforma sobre la que hace dos mil años se alzaba el Templo de Jerusalén y sobre la que hoy se encuentran el Domo de la Roca y la Mezquita de Al Aqsa, tercera en la jerarquía del islam.
El presidente del Congreso Judío Mundial, Ronald Lauder, criticó la propuesta palestina y dijo que de salir adelante aumentará la actual crisis en Israel.
«Va en contra de la constitución de la Unesco, que claramente señala la meta de contribuir a la paz y a la seguridad al fomentar la colaboración y la coexistencia», afirmó Lauder.
Adoptar la propuesta sería una burla de los principios del comité ejecutivo de la Unesco, pues la organización no debe convertirse en un campo de batalla para los conflictos entre religiones», añadió.
Lauder, quien previamente criticó a la ONU por tener una «obsesión» con Israel, instó a los miembros del comité ejecutivo a votar en contra de la propuesta.
«Esto no trata sobre proteger los santuarios religiosos, sino de atacar a Israel, sembrar semillas de contienda y legitimar la violencia. Debe parar», señaló.
«Durante miles de años los judíos viven y rezan en Jerusalén. Desde 1967, el Estado de Israel protege el derecho a rezar de todas las religiones monoteístas en Jerusalén, incluyendo el de los musulmanes a rezar en el Monte del Templo», indicó.
«Sin embargo, declarar el Muro de los Lamentos, el lugar más sagrado del judaísmo, como musulmán, sería una parodia. En vez de promover la paz, sólo animaría a los extremistas a aumentar su campaña contra los judíos, dentro y fuera de Israel», aseguró Lauder.
El Congreso Judío Mundial, con sede en Nueva York, representa a las comunidades judías de 100 países ante gobiernos, parlamentos y organizaciones internacionales.
Por su parte, el Gobierno israelí difundió un comunicado lacónico en el que señaló que la propuesta palestina «degrada» a la Unesco.
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