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Sancho Panza de Bibi

Cuando Barak se mira en el espejo, ¿Qué ve? Que se convirtió en el Sancho Panza de Bibi. No importa qué firmaron entre ellos, Barak y sus cuatro diputados son una ínfima minoría en un gobierno de derecha en el que Liberman, Shas y los radicales del Likud tienen la última palabra.

La definición de una maniobra política como una acción de unidad de elite de Tzáhal despierta infinidad de preguntas. Por ejemplo, ¿cómo se guardó el secreto? ¿acaso Ehud Barak se infiltró en la casa de Bibi en horas de la noche, disfrazado de mujer como en la operación "Primavera Juvenil"? ¿o quizás vestido de empleado de estación de servicio como en la liberación del avión secuestrado de la companía "Sabena"? ¿o descendiendo por un cable del helicóptero como en el Mari Mármara. Pero eso no es lo importante.

Barak se mostró como quien está destinado a ser de por vida ministro de Defensa. El día que Itzjak Rabín fue asesinado Barak se encontraba en Nueva York, y la pregunta que lo preocupaba en aquellos momentos en que todo el pueblo lloraba, era si el gobierno permitiría transferirlo de la cartera de Interior a la de Defensa, el sueño de su vida. La respuesta fue negativa, para su decepción, Peres sucedió a Rabín como primer ministro y ministro de Defensa.

Como primer ministro Barak se comportó como un pendenciero. Todo su entorno cercano lo abandonó hasta que fue destituido por Sharón por una mayoría aplastante nunca antes vista en Israel. Lo que quedó del promisorio Barak fue su amor incondicional por la cartera de Defensa.

Cuando él se mira en el espejo, ¿Qué ve? Que se convirtió en el Sancho Panza de Bibi. No importa qué firmaron entre ellos, Barak y sus cuatro diputados son una ínfima minoría en un gobierno de derecha en el que Liberman, Shas y los radicales del Likud tienen la última palabra. Barak será la coartada de todo lo que decida, o no, Bibi.

¿Qué más ve Barak en el espejo? Que no hay algo más importante para el pueblo de Israel y su futuro que él permanezca como ministro de Defensa. Y así puede vivir dentro de la cochambre de su dirección política. Él huyó cuando perdió la jefatura del gobierno. ¿Qué quedó de él fuera del dinero que acumuló? ¿la casa súper lujosa que compró y que encandila los ojos? Como un oficial que clama a sus soldados "Síganme", él se encuentra ahora con una facción insignificante con cuatro diputados. Una vez a eso se le llamaba "Calanterismo" (término peyorativo en la política de Israel a nombre de Rajamim Calanter, miembro de la Municipalidad de Jerusalén en los años '50, que describe el pase de una fracción a otra).

Actualmente, sus ex amigos y partidarios son menos dóciles. Ofer Eyni lo denominó "alcornoque". Baiga Shojat lo describió como un hombre peligroso para la cartera de Defensa, y agregó: Si Rabín estuviera vivo, hubiera considerado esta unión con Bibi como una acción denigrante. Moshé Shajal, la persona a quien Barak le arrebató el micrófono en la Asamble de Avodá, describió su acoplamiento con Bibi como un negocio oscuro: "Barak sólo piensa en si mismo, ya huyó una vez; ahora lo hizo nuevamente". Uzi Baram, quien fue el primero en apoyar la incorporación de Barak a Avodá, comentó sobre él que está en la cúspide de su miseria. Ron Huldaí, ex amigo cercano, manifestó que Barak se olvidó del pueblo de Israel y sólo le preocupa su sillón. Tzipi Livni dijo que él le vendió su alma al diablo.

Las habladurías de Bibi y Barak sobre un operativo al estilo unidad de elite de Tzáhal provocan escalofríos. ¿Qué es esto? ¿Un golpe militar? No exactamente. Pero una coalición de 66 diputados le deja a Bibi la última palabra. El discurso de Barak acerca de que de ahora en más habrá un gobierno estable, es para no creer. El poder de Liberman solo es tres veces mayor que el suyo.

Como líder de Avodá, Barak fracasó totalmente. Recibió un partido con 19 mandatos. En las elecciones bajo su conducción se redujeron a 13. Si se hubiera unido a Livni, como ella le propuso, existiría hoy un gran partido de paz y nuestra situación sería mucho mejor. Ahora se tornó en un "movimiento" con cinco parlamentarios. Liberman y Eli Yishai se los comerán en el desayuno.

Cuando Dayán se unió a Begin, quiso expiar el fracaso de la Guerra de Yom Kipur, y efectivamente condujo a éste a un acuerdo de paz. No parece que esta sea la misión de Barak con Bibi. Más y más países reconocen al Estado palestino sin fronteras. El peligro es que esta ola arrastrará consigo a países de Europa. Muy pronto también la ONU reconocerá al Estado palestino.

Esta película puede finalizar como las de Charlie Chaplin, cuando Barak se va yendo y empequeñeciendo hacia el horizonte; con una sola diferencia: no tendrá nada de gracioso.

Fuente: Haaretz - 23.1.11
Traducción: Lea Dassa para Argentina.co.il