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¿Proporciones?


El Ministro de Seguridad Interior, Yitzhak Aharonovitch, solicitó a los ciudadanos de Israel tomar el "Festival de Asesinatos de Agosto" con proporción.


Resulta fácil entender porqué el ministro busca proporción en las críticas. Cuando va a cenar a un restaurante o pasea por la rambla, nadie lo amenazará. Paralelamente, todos los ciudadanos del país continuarán temiendo.

Entiendan queridos ciudadanos; en la casa de Aharonovitch nadie acosará al ilustre ministro, porque tiene custodia las 24 horas del día. Tampoco lo harán, cuando su excelencia se siente con su pareja y su prole a la orilla del mar. Nadie se acercará a molestarlo; el agente de seguridad armado, con su audífono, lo advertirá.

Cuando el ministro Aharonovitch almuerce en un restaurante, nadie ajustará sus cuentas con él; su custodia, entrenado para estas eventualidades, desenfundará su pistola y lo defenderá.

No hay proporciones. ¿De dónde sacó esta palabra, señor ministro? ¿Usted pretende que los ancianos que son asaltados en sus hogares, tomen los robos con proporción? ¿Usted aspira a que las mujeres maltratadas y amenazadas tomen los asesinatos en manos de sus parejas con proporción?

Quienes perdieron las proporciones durante décadas son los ministros de la policía (y posteriormente de seguridad interior) con su impotencia. Es el gobierno que no entiende que Ahmedinejad no es precisamente el enemigo público número uno de la sociedad israelí, sino aquéllos que acribillan diariamente la seguridad personal de los ciudadanos honestos.

En un país en el cual un vice-primer ministro y un gran rabino meten sus narices y piden liberar a un ex ministro condenado a prisión, no hay proporciones. En un estado en el que ese mismo gran rabino y ese mismo vice-primer ministro llaman a organizar un asamblea en pro de un delincuente culpable, y lo consideran un santo, no hay proporción.

En un país, señor ministro Aharonovitch, en el cual el jefe del partido que lo designó, está siendo investigado por aquéllos que usted mismo dirige, y él acosa a los investigadores sin que usted haga algo para defenderlos, no hay proporción.

Por si no lo sabe, señor ministro Aharonovitch, los ciudadanos tiemblan de miedo en las carreteras, en las calles, en los bares, en los hogares, en las escuelas, en los shoppings; en todo lugar, en cada esquina, a cada hora,; porque la violencia destruye todo lo bueno en la Tierra Prometida.

Y usted, ministro responsable, con su arrogante sonrisa, con su ridícula pose que insinúa "confíen en mí", "todo irá bien", nos habla sobre proporciones. Nada irá bien, ministro Aharonovitch; las cosas se nos fueron de las manos, ya no tienen proporción.

Los vecinos de la calle Fainshtein en Jerusalén, sabían que las discusiones y los gritos terminaría en asesinato. Telefonearon, advirtieron, suplicaron, pero los policías les dijeron "confíen en nosotros" "todo estará bien". Y el criminal la masacró sin proporciones.

Señor Aharonovitch, usted no parece ingenuo. Después de recordar varias de sus expresiones - perdone mi atrevimiento, quizá no es proporcional - me parece que es un poco tonto. No se enoje por esta denominación. Es apenas un chiste.

Quienes no lo aceptaron como Jefe de Policía lo recibieron como Ministro de Seguridad Interior. Si continúa así, aquél que no lo quiera como Ministro de Seguridad Interior estará obligado a aceptarlo como Ministro de Relaciones Exteriores. Porque en Israel 2009 nada tiene proporción. 

Fuente: Maariv - 19.8.09
Traducción: Lea Dassa para Argentina.co.il