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Debilidades

¿Cómo es posible que personas inteligentes y experimentadas se equivocan de manera tan burda, comenzando por la elección de los medios correctos para ocuparse de la flotilla y culminando con el asunto de los nombramientos en Tzáhal?

Transcurrieron más de dos meses desde la famosa flotilla y ya podemos observar lo ocurrido en retrospectiva.

Primero hubo un bloqueo a la Franja de Gaza que ya prácticamente no existe.

Segundo: por este evento "minoritario" se crearon no menos de cinco comisiones de investigación: una de Tzáhal (a cargo de Giora Eyland), una del gobierno de Israel (a cargo del Juez Turkel), una del contralor del Estado, una del Consejo por los Derechos Humanos (que nombre irónico) y otra del Secretario general de la ONU.

Tercero: se fijaron antecedentes peligrosos para Israel. El gobierno intentó evitar una investigación internacional y tuvo que replegarse de todas sus posiciones: debió acatar la intervención de observadores extranjeros, y finalmente incluso, participar en la Comisión de Investigación de las Naciones Unidas.

Entre nosotros comenzó la Danza del Diablo acostumbrada de las maniobras de escape y de echar la culpa lo más lejos posible. Ese no estaba en el país, aquel estaba, pero no entendía exactamente, el tercero era interino sólo de nominación pero no de hecho, y todos mancomunados debatieron sólo sobre esclarecimiento y no sobre alternativas. En resumen, un fracaso total.

¿Cómo se ve esto desde afuera? Lamentablemente, la imagen del Estado de Israel se está debilitando; no existe ninguna postura declarada (con orgullo) por el gobierno de la cual no retrocedió por la presión externa.

Este es el trasfondo correcto de entendimiento de los acontecimientos aparentemente desconectados: declaraciones turcas proiraníes, amenazas de guerra por parte de Siria, misiles sobre Ashkelón y Eilat, y el récord de todos los tiempos: una emboscada planeada que finalizó con la muerte de un comandante de batallón israelí en manos del ejército libanés, sin ninguna provocación por  nuestro lado. Incidentes fronterizos se suscitaron también en el pasado y por lo visto ocurrirán en el futuro, pero lo preocupante de este suceso, es el afianzamiento incontrovertible del ejército libanés y su gobierno, detrás de los disparos, y su declaración de que la armada libanesa continuará disparando sobre nosotros.

¿Cómo llegamos a esta situación en la que un ejército desarticulado y cojo, piensa que puede matar a un alto oficial de un regimiento israelí sin el temor a la represalia? Israel se debilita a los ojos de nuestros enemigos.

Difícil resulta desembarazarse de la impresión de que los problemas planteados no les quita sueño a los responsables de seguridad, pero ellos, al parecer, están ocupados en estrategias de otro tipo. Interesante: la palabra "estrategia" deriva del vocablo griego cuya interpretación sería "comandante". Estratega es un general.

Es demasiado temprano para fijar quien escribió el conocido "documento Galant" (falsificacado).  De lo publicado surge la impresión que la fuente está cercana a las oficinas del ministro de Defensa.

¿Cómo puede ser? ¿Cómo es posible que personas inteligentes y experimentadas, cuya capacidad de análisis sorprende a quienes los escuchan, se equivocan de manera tan burda, comenzando por la elección de los medios correctos para ocuparse de la flotilla y culminando con el asunto de los nombramientos en Tzáhal?

Como elemento a elucubrar, propongo el discernimiento de Emmanuel Kant, cuyo libro "Crítica de la razón pura" provocó hace más de 200 años una revolución en el mundo del pensamiento. Kant pensó que a través de un examen de la capacidad de reconocimiento y la inteligencia, él podría fijar esencialmente lo que nosotros podemos saber y diferenciarlo de lo que nos está vedado saber.

Pero después de la publicación del libro, arribó a la conclusión de que la razón pura no es suficiente. Se enfrentó repetidas veces con personas - jueces, políticos y científicos - con astuta inteligencia y que saben pensar en forma abstracta, pero se sentían impotentes cuando debían decidir y actuar. Para ello era necesario una capacidad de reconocimiento que Kant definió como "capacidad de juicio", es decir la habilidad de decidir cuales normas se deben accionar en un determinado caso. La falta de dicho poder de discernimiento, según Kant, es lo que se llama popularmente "necedad", y esto es un defecto irremediable.  

Por lo visto la propaganda "Israel se seca" para no desperdiciar agua no se refiere únicamente a la cantimplora.

Fuente: Yediot Aharonot - 20.8.10
Traducción: Lea Dassa para Argentina.co.il