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Patria, Patria - Qué importa tu nombre…

¿Qué pasará el día en que después de muchas discusiones y debates, la Knéset, motivada por los ciudadanos árabes de Israel y el deseo de promover la ciudadanía plena e igualitaria, decida omitir toda referencia a la identidad judía del Estado de Israel?

No sucederá. Pero si llegara a suceder, es probable que sea así.

Un día, después de muchos años de discusiones y debates, la Knéset, motivada por los ciudadanos árabes de Israel y el deseo de promover la ciudadanía plena e igualitaria, decide omitir toda referencia a la identidad judía de Israel. "Somos todos israelíes, ciudadanos iguales en nuestra patria común", declara el presidente de la Knéset. "Así como en Francia sólo hay franceses, a partir de ahora, en Israel hay solamente israelíes. Cada comunidad, por supuesto, será capaz de desarrollar una identidad por si misma, pero eso será un asunto privado, sin valor general." Se decide que en la definición de la nacionalidad en nuestros documentos de identificación sólo puede figurar "israelí".

En la primera sesión de la Knéset, una vez tomada la alegre decisión, un parlamentario árabe exige que la imagen de Teodoro Herzl sea retirada de la pared de la cámara. Advierte que si su propuesta no es aceptada recurrirá a la Corte Suprema de Justicia, "ya que la imagen del fundador del sionismo compartida por todos en el cuerpo legislativo, hiere los sentimientos de los ciudadanos árabes y perpetúa la discriminación contra ellos. No hay lugar en la Knéset para este periodista austro-húngaro que nunca vivió en el país".

Al mismo tiempo, otro diputado árabe propone un proyecto de ley para cambiar el símbolo del estado, la bandera y el himno. "Estos constituyen, en su totalidad, símbolos judíos y sionistas que ya no tienen un lugar en el Estado. El candelabro de siete brazos, colocado o no en el Templo judío, haya o no haya existido, no puede expresar la igualdad entre nosotros como ciudadanos". También se hace una propuesta para cambiar el nombre de la Knéset, a causa de su origen en el término Beit Knéset (sinagoga) y Knéset Hagdolá (la Gran Asamblea), pero es rechazada por el momento.

En anticipación del mes hebreo de Tishrei, los medios de Israel emiten varios informes sobre los preparativos para las fiestas, y, como siempre, destacan que "las multitudes de Am Israel (el pueblo de Israel) se están preparando para los días de fiesta" y que "las masas de Beit Israel (la Casa de Israel) inundarán las playas de Turquía para la festividad de Sucot." Una organización árabe de derechos humanos solicita a la Corte Suprema que prohíba a los medios de difusión usar la expresión Am Israel con ese sentido. "Durante una transmisión pública, la expresión Am Israel no se podrá referir a las festividades de uno u otro grupo religioso. Sólo hay un Am Israel y nos incluye a todos - judíos, musulmanes, cristianos y personas sin ninguna religión. Cualquier otro uso del término es racista y discriminatorio." Un panel de siete jueces es designado especialmente para tratar el asunto.

Un grupo de la rama norte del Movimiento Islámico solicita a la Corte Suprema que se anule el nombre de Gran Rabinato de Israel. "Puede que sea el Gran Rabinato de los judíos, pero no de Israel." También se habla de la supresión del Keren Kayameth LeIsrael (Fondo Nacional Judío) y de su transferencia al Ministerio de Finanzas.

Voceros árabes proponen en los medios de comunicación, con el apoyo de varios judíos de la izquierda radical, así como también con el de un veterano del Movimiento Cananeo, que, para evitar herir los sentimientos de los ciudadanos árabes, el concepto de "el Dios de Israel" (Elohei Israel) no deberá mencionarse más en las oraciones judías. "De ninguna manera nos proponemos limitar la libertad de culto de los miembros de la comunidad religiosa judía, pero está claro que el uso de "el Dios de Israel", en el contexto de una oración judía específica, contraviene el espíritu de las leyes aprobadas recientemente. El uso del concepto "la Tierra de Israel" (Eretz Israel), para referir a la historia judía del país, es también criticado.

Un judío de la izquierda radical, que apoyó las medidas que forjaron la legislación, volviéndose hacia el jefe de una organización árabe, le pregunta: "Hicimos todo lo que querían, y todavía no están satisfechos. ¿Qué nombre deberíamos ponerle al país para que ustedes realmente  se sientan iguales?" Con una amplia sonrisa, el jefe de la institución árabe responde: "¿Cuál es el problema? El verdadero nombre era y será siempre: Palestina".

Fuente: Haaretz - 10.9.10
Traducción: www.argentina.co.il