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UNA EXITOSA APUESTA A LA PAZ

Vienen de culturas distintas, de realidades variadas y a menudo enfrentadas.Pero son vecinos y comprenden que su mejor opción es cooperar. Es que los fundadores, docentes y estudiantes israelíes y árabes  del Instituto Arava que funciona en el kibutz Ketura en el sur de Israel, comprenden que el entorno en el que se hallan-el desierto- debe acercarlos y no ser excusa para perpetuar sus diferencias.

"Esta es una de las grandes luces en medio de la oscura situación de Oriente Medio", dice Leah Kayman del kibutz Ketura, testigo del trabajo del instituto desde su fundación  hace 15 años, quien cuenta que en cada semestre, los aproximadamente 40 estudiantes de turno se dividen en un tercio israelíes , un tercio árabes (sean jordanos,  palestinos o árabes ciudadanos de Israel) y un tercio de jóvenes llegados del exterior.

 

Y  nada mejor que demostrar con el ejemplo  en la práctica, que la cooperación es posible.Es que aquí, en el Instituto Arava,no se limitan a la coexistencia pacífica sino que pasan a lo activo, a la cooperación para mejorar la situación de los pueblos de la región. Esto, en base al lema clave del lugar: "la naturaleza no conoce fronteras". "No es una mera frase", nos aclaran ."Es una forma de vida".

"Todos necesitan agua, todos necesitan aire puro y todos necesitan energía", comentan aquí con gran lógica, hablando del Instituto Arava como "un oasis de esperanza".Y por eso, se combinan los dos grandes principios y nervios motores del instituto: la cooperación israelo-árabe y  el estudio profesional. Cabe recordar que el nombre completo del lugar es Instituto Arava de Estudios del Medio Ambiente.Este emprendimiento se basa en la cooperación judeo-árabe, pero tiene también el propósito concreto de juntar a unos y otros para enseñar.Es una institución académica y seria de estudios , cuyos cuatro temas cardinales son agua, energía, agricultura y ecología.Es que de fondo está la necesidad de enseñar a los hijos de la región, sean de donde sean, a lidiar juntos  con los desafíos poco comunes que el medio ambiente de esta zona presenta a sus habitantes.

El Dr. Clive Lipchin, Director de Investigación en el Instituto Arava , cuenta sobre la variedad de proyectos e iniciativas que se lanzan desde el lugar, sobre el trabajo interdisciplinario y acerca de cómo se estudia orientados hacia la ciencia pero también hacia el aprendizaje de las políticas de Estado sobre los temas ecológicos, a fin de poder saber cómo influir en las mismas y cómo cambiar las cosas en el terreno.

Y agrega con especial orgullo datos sobre proyectos desarrollados en conjunto con entidades palestinas, tanto en Gaza como en Cisjordania. A pesar del hecho que el grupo Hamas gobierna la Franja de Gaza, el Instituto Arava ha desplegado y continúa desarrollando proyectos de cooperación con palestinos de dicha zona y ha recibido de allí estudiantes.

"El manejo de aguas residuales es un tema muy problemático en los territorios palestinos", cuenta Clive. "Ha habido capacitación de ingenieros palestinos especializados en el  tema del agua , lo cual permite exponer a técnicos palestinos y a gente encargada de la elaboración de políticas en la materia, a las tecnologías israelíes que son muy de avanzada". En estos momentos hay un proyecto con la Universidad Palestina en Gaza, destinado a desarrollar unidades de desalinización de agua en  pequeña escala, que funcionen con energía solar. "Ojalá que podamos traer palestinos de Gaza al Instituto y que puedan volver con los conocimientos y la tecnología a  la Franja", agrega.

Con la vecina Jordania –el país con el que Israel tiene la frontera más larga- hay diversos proyectos de cooperación centrados en la zona de la Arava que parece exigir que se trabaje  con sabiduría para sobreponerse a las dificultades que supone para su población a ambos lados del límite internacional. Es así que se han realizado emprendimientos singulares en temas agrícolas, de manejo del agua, control de pestes que atentan contra los cultivos, manejo de residuos y, con gran énfasis, energías renovables.

Para todo esto, se trabaja con universidades y ongs, tanto en Jordania como del lado palestino. La financiación llega de donantes privados, de la Unión Europea y de Estados Unidos, pero también de la Cancillería israelí y el Ministerio israelí de Cooperación Regional.

"Nosotros somos a políticos", aclara el Dr. Lipchin. "No tenemos conexiones directas con el gobierno, aunque recibimos fondos. A menudo actuamos como puente entre una universidad jordana y una israelí y hay quienes hallan, por ejemplo del lado palestino, que les resulta más cómodo  trabajar con nosotros que con instancias oficiales del gobierno".

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