Unas cien personas, entre políticos, amigos y familiares, se reunieron el viernes en la tumba de Yitzhak Rabin en el Monte Herzl para conmemorar el 16º aniversario del asesinato del difunto presidente.

Rabin, quien fue primer ministro de Israel y Premio Nobel de la Paz, es considerado una de las principales figuras políticas del Estado hebreo.

“Se lo recuerda mucho más de lo que quisieran algunos”, declaró la hermana de Rabin, Rachel Yaakov, después de la ceremonia.

“Lo siento en todas partes; la gente se siente muy emocionada al reconocerme y me cuentan historias que nunca había oído antes.”

Aún perduran en la memoria las imágenes de aquella jornada convocada para la paz y que concluyó con el anuncio de la muerte del primer premier israelí nacido en esas tierras: el sábado 4 de noviembre de 1995, el líder israelí convocó a una manifestación en la Plaza de los Reyes de Israel (hoy plaza Yitzjak Rabin), de Tel Aviv, con el eslogan: “Si a la Paz, no a la violencia”. Artistas y políticos de centroizquierda e izquierda, encabezados por el propio Rabin, se movilizaron para participar del acto.

Al finalizar la asamblea, y luego de cantar “La canción de la paz”, a las 21:40, Rabin se disponía a retirarse del lugar cuando fue atacado por Yigal Amir, quien le disparó por la espalda instantes antes de subir a su coche oficial.

Gravemente herido, el premier israelí fue trasladado de urgencia al hospital Íjilov, donde fue declarado muerto unos 40 minutos después de haber ingresado.

Amir, un estudiante judío de la Universidad de Bar Ilan, era militante de Bnei Akiva, el movimiento juvenil sionista religioso de la derecha radical israelí, y opuesto a las ideas de paz del gobierno.

Según la hermana del ex primer ministro, el sistema político trata de encubrir el asesinato. “Esto fue un asesinato político que no salió de la nada. Fue (un resultado de) la incitación dirigida y organizada. No fue algo casual”,  declaro Yaakov. “La clase política actual quiere ocultar la gran personalidad de Rabin y no hablar sobre su asesinato. Fue el asesinato de un primer ministro, algo que el Estado de Israel no puede olvidar”, señaló la hermana de Rabin, criticando duramente a la dirigencia israelí.

Más tarde el viernes, el presidente Shimon Peres colocó una ofrenda floral en el monumento a Rabin en Tel Aviv: “El cobarde asesino rompió los Diez Mandamientos y nunca olvidaremos eso. Yitzhak será recordado siempre como el líder militar que concedió a su pueblo las victorias más grandes que hemos conocido y como el hombre de Estado que allanó el camino hacia la paz”, señaló Peres.