El primer ministro Binyamín Netanyahu elogió el jueves la labor de la Agencia de Seguridad de Israel, de Tzáhal y de la policía por la captura de los terroristas responsables del asesinato de Aser Palmer y su pequeño hijo Yonatan. “Mantenemos extendida una de nuestras manos en señal de paz, pero la otra la ocupamos en proteger la seguridad de los ciudadanos israelíes”, declaró Netanyahu.
La captura de los terroristas, así como de otros tres otros árabes que admitieron haber robado el arma de Asher Palmer tras el asesinato, generó la reacción de varios dirigentes políticos israelíes.
El alcalde de Kiryat Arba-Hebrón, Levinger Malaquías, dijo: “Agradecemos a las fuerzas de seguridad por la captura de esta célula terrorista. La decidida actuación por parte de las fuerzas israelíes indica que el sistema de seguridad ha aprendido la lección tras no comprender en un comienzo el significado del incidente. Creemos y esperamos que luego de esta operación por parte de Tzáhal, la tranquilidad y la seguridad retornen a la zona y a sus principales arterias de tráfico.”
Por su parte, Danny Danon, diputado del Likud, pidió al ministro de Defensa, Ehud Barak, estar mejor preparado ante el terrorismo: “Los nuevos ataques terroristas árabes en los caminos de Judea y Samaria requieren que el Estado de Israel esté plenamente preparado. Hago un llamamiento al ministro de Defensa para que restablezca de inmediato los bloqueos y deje así de poner en peligro la vida de los residentes judíos en Judea y Samaria.”
El diputado Michael Ben-Ari (Unión Nacional) pidió públicamente la destitución de los voceros de la policía y de Tzáhal en Judea y Samaria, por su incapacidad para identificar el incidente como un ataque terrorista. Según Ben-Ari, los voceros engañaron a la opinión pública presentando una falsa versión de los hechos.
Otra de las reacciones tras la captura de los asesinos de Palmer, fue la del activista nacionalista Baruj Marzel, quien exigió la pena de muerte para los terroristas.