La huelga de hambre que 1.500 prisioneros palestinos llevan a cabo desde hace 26 días en cárceles israelíes podría estar llegando a su fin, luego de que Israel aceptará una nueva propuesta.

Funcionarios de seguridad israelíes confirmaron que estaban trabajando en un acuerdo; sin embargo, destacaron que éste aún no había sido completado.

«Estamos esperando el momento en que el acuerdo con la parte israelí sea firmado», declaró Azzam al-Ahmad, un alto funcionario de Al Fatah.

Algunos de los presos comenzaron el reclamo el pasado 17 de abril, para protestar por sus condiciones y por el derecho de ser visitados por sus familias. Ocho de ellos llevan una huelga más larga que sus compañeros, de los cuales dos - Bilal Diab (27) y Thaer Halahleh (34) - llegaron a su día 76.

El Comité Ejecutivo de la OLP expresó su apoyo a la demanda del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbás, para resolver la cuestión de los prisioneros palestinos.

«El Comité Ejecutivo pide a los miembros del Cuarteto intervenir con eficacia para corregir la trayectoria del proceso de paz y remover los obstáculos que bloquean su camino», dijo Abbás en un comunicado. «Hacemos un llamado a las partes internacionales para absorber este claro mensaje de Israel, dirigido a frustrar los esfuerzos para reanudar el proceso de paz».

Es posible que el fin de la huelga de hambre se produzca en vísperas del «Día de la Nakba», que se llevará a cabo mañana. El día de luto palestino por la creación del Estado judío está a menudo marcado por las protestas. Ya en las últimas semanas, los palestinos llevaron a cabo manifestaciones casi diarias en apoyo de los presos y sus familias instalaron carpas de protestas en Ramallah.

Según fuentes cercanas, si los presos ven que sus demandas se están cumpliendo, inmediatamente se congelaría la huelga, pero ésta sólo se detendrá oficialmente cuando sepan que los acuerdos están siendo implementados.

Entre los huelguistas, 15 están hospitalizados en el centro médico IPS donde reciben tratamiento. Tres prisioneros de seguridad se encuentran en el Centro Médico Assaf Harofé, en el centro de Israel. El resto fue trasladado a otras alas de la prisión lejos de los demás reclusos.

Tanto Hamás en Gaza como Al Fatah en Cisjordania advirtieron en repetidas ocasiones a Israel que se enfrentaría a «consecuencias» si alguno de los presos muriera de hambre en ayunas.

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