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Un secreto especial


"El secreto de sus ojos" es la sexta película argentina candidata a un premio Oscar y competirá junto al filme israelí "Ájami" en la categoría de "Mejor película en idioma extranjero".
 

El cine que cuenta buenas historias a partir de guiones sólidos con situaciones creíbles y bien estructuradas, que realiza una eficaz y resultona mezcla de géneros, el cine que tiene sentido, que es complejo, rico, que concreta y sugiere, que avanza firme, que envuelve, conmueve, pone en tensión, engancha, el cine de siempre, el cine como arte, se ha apuntado un nuevo tanto gracias al director Juan José Campanella y "El secreto de sus ojos", una de las mejores películas de los últimos tiempos.

Campanella realiza una obra mayor, al tiempo una intriga criminal, un drama sociopolítico que refleja los cambios en Argentina desde la dictadura de veinticinco años atrás a la época del corralito, una historia de amor contenida con un epílogo crepuscular, un thriller político, a través de la historia de Bejamín Espósito.



Espósito (Ricardo Darín) ha trabajado toda la vida como empleado en un juzgado penal. Ahora acaba de jubilarse, y para ocupar sus horas libres decide escribir una novela. No se propone imaginar una historia inventada. No la necesita. Dispone, en su propio pasado como funcionario judicial, de una historia real conmovedora y trágica, de la que ha sido testigo privilegiado. Corre el año 1974, y a su juzgado se le encomienda la investigación sobre la violación y el asesinato de una mujer hermosa y joven.

Espósito asiste a la escena del crimen, es testigo del ultraje y la violencia sufrida por esa muchacha. Conoce a Ricardo Morales, quien se ha casado con ella poco tiempo antes y la adora con toda su alma. Compadecido en su dolor, Espósito intentará ayudarlo a encontrar al culpable, aunque para ello deba remar contra la torpe inercia de los tribunales y la policía. Cuenta con la inestimable colaboración de Sandoval, uno de sus empleados y a la vez su amigo personal, que escapa a los rutinarios límites de su existencia emborrachándose de tanto en tanto, hasta perder la conciencia. Cuenta también con Irene (Soledad Villamil), su jefa inmediata, la secretaria del juzgado, de la que se siente profunda, secreta e inútilmente enamorado.



La búsqueda del culpable será cualquier cosa menos sencilla. No han quedado rastros en el lugar del crimen, y Espósito deberá avanzar a través de corazonadas y conjeturas. Por añadidura, la Argentina de 1974 no es un escenario pacífico. La violencia, el odio, la venganza y la muerte encuentran un terreno propicio para enseñorearse de las vidas y los destinos de las personas. En ese marco cada vez más hostil, cada vez más oscuro, la tarea de Espósito terminará por mezclarse hasta el fondo con esa violencia monstruosa y creciente. Ya no será un testigo privilegiado, sino un protagonista involuntario cada vez más cerca del peligro.

Pero no solo es ese joven Espósito de 1974 el que se ve arrastrado por la tempestad de los hechos. También ese otro Espósito, el del presente, ese viejo con pretensiones de escritor, se verá sumido en una tempestad que lo pondrá a la deriva. Porque él ha puesto en marcha la máquina atroz de la memoria, ha aceptado ventilar y revivir todos sus recuerdos, Y esos recuerdos no son inocentes, no son neutrales, no son asépticos. Espósito escribe y al escribir revive, y en el pasado que se levanta ante sus ojos se yerguen también todos sus fantasmas: sus decisiones, sus confusiones, sus irreparables equivocaciones.



A medida que avance, entenderá que ya es tarde para detenerse. Narrar el pasado dejará de ser un simple pasatiempo para llenar las horas muertas de sus días. Será el camino estrecho y sinuoso que deberá recorrer para entender y justificar su propia vida, para darle sentido a los años que le queden por vivir, para enfrentarse de una vez por todas a esa mujer de la que, treinta años después, sigue enamorado.

El tándem Campanella-Darín, es marca garantizada. Sus películas, y "El secreto de sus ojos" es sin duda la más lograda, funcionan a la perfección gracias a una fórmula que compagina el romanticismo nada cursi con el humor, unos diálogos ácidos, rápidos, naturales y tremendamente ingeniosos, y un acertado, en ocasiones bellísimo, tratamiento visual, con una cámara que mira trata con sensibilidad extrema los detalles de la escenografía, los gestos, las miradas. En esta ocasión completa magistralmente el cóctel con adecuados toques de cine negro, con una atmósfera de thriller que se alterna sin rechinar con ese drama sentimental de soledades compartidas y que no evita la crítica y la denuncia política y social.



"El secreto de sus ojos", aún así, no carece de pequeñas imperfecciones, de coqueteos con los lugares comunes y los tópicos que nos traen de nuevo el sabor de lo manido, de lo demasiado visto, pero los salva con elegancia gracias al humor, a las superlativas interpretaciones y al grandioso talento de Campanella para engranar tantos, tan variados y tan complejos resortes de un guión tan complejo.

"El secreto de sus ojos" es una película que funciona con precisión como el mejor mecanismo de relojería, cuyo final es quizá un producto más de la arquitectura narrativa que obra de la sencillez con la que Campanella construía sus historias hasta la fecha, pero que convence, satisface y, por encima de todo, nos recuerda al cine de verdad, el que hace valer el fondo por encima del, tan a menudo, engañabobos de la forma.



"El secreto de sus ojos" se estrena en Israel a partir del 25 de Febrero. El próximo domingo 7 de Febrero a las 13:00 hs. se realizará una Función Especial en la Cinemateca de Tel Aviv.