El grupo Estado Islámico (EI) controla ya el 40% de la localidad kurdo-siria de Kobani, en la frontera con Turquía, pese a los bombardeos de la coalición internacional que no consiguen detener su avance, informó «Haaretz».
En las últimas horas, los yihadistas se hicieron con el control de un complejo de seguridad, en el este de la población, donde hay varios edificios pertenecientes a la administración autónoma de Kobani y las fuerzas kurdas.
En las proximidades, un terrorista suicida del EI cometió un atentado con coche bomba cerca de la mezquita de Al Kabir, sin que por el momento se sepa si hay víctimas.
Asimismo, los terroristas del EI se apoderaron de la avenida principal que divide la ciudad entre su mitad oriental y occidental, así como de la carretera que conecta esta urbe con Alepo, en el suroeste.
Según el rotativo, en los últimos cuatro días la coalición internacional liderada por Estados Unidos tuvo como blanco áreas donde se concentraban los combatientes de la organización extremista, pero los ataques no impidieron la llegada de refuerzos de hombres y armas del EI desde Alepo y Al Raqa.
Los radicales están trasladando municiones en motocicletas a sus combatientes que se encuentran en el interior de Kobani para evitar ser objetivo de la coalición, que suele atacar carros de combate y vehículos blindados de los yihadistas.
Por su parte, las fuerzas de seguridad kurdas, denominadas Asayish, lograron infiltrarse en la colina de Mushtanur, próxima a Kobani y controlada por los extremistas, donde mataron a cuatro miembro del EI.
Este grupo avanza por el interior de Kobani en paralelo al ataque que lanzó por la periferia nororiental para rodear completamente la localidad.
Kobani es uno de los tres principales enclaves kurdos del norte de Siria y es objetivo de una ofensiva de los extremistas desde el pasado 16 de septiembre.
En este tiempo, la población está rodeada por el EI desde el este, el oeste y el sur, aunque no por el norte, en la frontera con Turquía.
Sin embargo, los extremistas lanzan proyectiles contra distintos barrios de Kobani y contra zonas fronterizas con Turquía, en una tentativa de tomar el paso que une la urbe con el territorio turco.
Por su parte, Irán informó que estudia enviar armas a la población de Kobani y advirtió a Ánkara que no envíe tropas a Siria.
El Gobierno turco se posicionó en contra de una intervención militar para evitar que Kobani caiga en manos del EI, una decisión que provocó protestas de los kurdos de Turquía que causaron cerca de una treintena de muertos.
Ánkara solicitó reiteradas veces establecer una zona de exclusión aérea y de contención en el norte de Siria, algo que no se debatió hasta ahora en el seno de la OTAN.
A su vez, la ONU pidió públicamente a Turquía que permita la entrada de combatientes kurdos y de su armamento a Siria para que defiendan la ciudad de Kobani.
«Pedimos a las autoridades turcas que permitan la entrada de voluntarios y de sus equipamientos a Kobani para que contribuyan a la operación de defensa propia», dijo en Ginebra el enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura.
«Si no actuamos ahora, todos, incluyendo Turquía, lamentaremos mucho haber perdido la oportunidad de detener al EI y enviar una señal de que esto no puede continuar», declaró en una rueda de prensa.
El enviado especial sostuvo que la inminente caída de Kobani puede ser la antesala de la masacre de miles de civiles y poner 400 kilómetros de la frontera turca bajo el control del sanguinario grupo.
«Entre 500 y 700 personas que permanecen en Kobani, la mayoría de ellos civiles y ancianos, además de otros 12.000 que abandonaron la ciudad con dirección a Turquía, pero que todavía se encuentran en territorio sirio; pueden ser masacrados por el EI», aseguró De Mistura.
«La caída de Kobani pondría también poner al alcance del EI otros centros poblados localizados en ese cinturón fronterizo y hasta Alepo», alertó.
En tiempos de paz, Kobani tenía unos 45.000 habitantes, una población que fue aumentando, primero a causa de la expansión de la la guerra civil en Siria y, más recientemente, por el avance del EI, hasta unas 400.000 personas, que buscaron allí seguridad.
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