La diplomacia israelí adoptó medidas para endurecer la relación bilateral con los representantes diplomáticos de 16 Estados miembros de la Unión Europea (UE) que apoyaron la directriz para el nuevo etiquetado de productos hechos en colonias en Cisjordania.

Así lo informó el diario «Yediot Aharonot», que tuvo acceso al listado de medidas punitivas que serán adoptadas contra los países comunitarios que en abril impulsaron la nueva directriz, aprobada el pasado miércoles.

Fuentes oficiales israelíes que pidieron no ser identificadas señalaron además que la información publicada «es correcta».

Las medidas diplomáticas afectarán a Reino Unido, Francia, España, Dinamarca, Irlanda, Croacia, Malta, Holanda, Suecia, Portugal, Eslovenia, Italia, Luxemburgo, Austria, Bélgica y Finlandia, detalló el rotativo.

El medio precisó que las iniciativas no afectarán en la misma medida a todos los países y que, por ejemplo, Italia y Holanda, considerados amigables con Israel, no se verán sujetos a las mismas medidas que países como Irlanda o Suecia, considerados más hostiles.

Entre ellas, se incluyen una revaluación de la implicación de la UE en el proceso de paz con los palestinos, la convocatoria a los embajadores de los 16 países en la cancillería hebrea, y la decisión de que sus reuniones con altos funcionarios israelíes se vean reducidas.

Otro de los pasos que adoptará Israel será sopesar la emisión de permisos de entrada a delegaciones europeas a Cisjordania y Gaza, que podría llegar a prohibirse en algunos casos.

«No los aprobaremos automáticamente», dijo el funcionario, que aseguró que Israel revisará con suma cautela el apoyo dado a los proyectos que la UE realiza en esos territorios palestinos, lo que podría rebajar la influencia de los Veintiocho en el campo humanitario.

La última decisión es la de restringir y aplazar diálogos con la UE en campos como estrategias, combate de terrorismo o inmigración, en los que los europeos están muy interesados.

El primer ministro, Binyamín Netanyahu, tachó la iniciativa de «injusta y discriminatoria» y señaló que «la burocracia europea cruzó una línea roja».

La norma exige que los productos procedentes de los territorios militarmente ocupados no señalen que proceden de Israel, dado que la UE no reconoce esas zonas como israelíes.

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