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Israel: Carrera armamentística tras acuerdo con Irán

Amós GiladIsrael asume como inevitable la firma de un acuerdo con Irán en materia nuclear y empezó a prepararse para el día de después temiendo que el pacto internacional desencadene una carrera armamentista en Oriente Medio.

Altos mandos israelíes empezaron a hacer la relación de sus necesidades en función de un escenario para el que creen conveniente estar preparados y en el que toman como premisa que los países sunitas de la región tratarán de reforzar sus Ejércitos para hacer frente a un Irán nuclear.

«Entre otros se trata de los contratos de armas entre Estados Unidos y países del Golfo Pérsico y Arabia Saudita, que incluyen sistemas armamentísticos avanzados que no les eran vendidos hasta ahora», informó «Yediot Aharonot».

Con ellos Washington trataría de calmar los ánimos de sus principales aliados árabes ante la posible firma en junio de un acuerdo entre el Grupo 5+1 (China, Rusia, EE.UU, Francia, Reino Unido y Alemania) y Teherán, que levantó tensiones en algunas capitales de la región.

También puso Israel el ojo en Egipto, al entender que está negociando con Rusia la adquisición del moderno sistema de defensa antimisiles S-300, una información que no fue confirmada por El Cairo ni Moscú pero que Israel da por hecho.

«Tenemos una buena relación con Egipto, no sé que amenaza ve, pero desde luego no lo vemos como enemigo», dijo Amós Gilad, alta fuente de Inteligencia israelí, en una reunión con un reducido grupo de periodistas.

El escenario que prevé Israel es una carrera armamentista de alcance regional catalizada por la suma de las «aspiraciones expansionistas» de Teherán y el efecto de su condición de «Estado nuclear».

«No estamos preocupados únicamente por el asunto nuclear, sino por la voluntad de Teherán de entrar en todas las esquinas de la región y, hoy, Irán tiene sus dedos metidos en todos los pasteles de Oriente Medio», refirió Gilad.

Como ejemplos, recordó el apoyo militar y económico que Teherán ofrece a Hezbolá en Líbano, al presidente Bschar al-Assad en Siria, a los rebeldes de Yemén y a Hamás en Gaza.

«Los hechos en Yemen nos demuestran la profunda fisura que hay en la región, en Líbano también se percibe», agregó al describir la situación regional como «un conflicto entre la suna y la shía en el que Israel es el único puente de unión entre ambas corrientes del islam».

La posibilidad de que Irán retenga en un futuro acuerdo uranio enriquecido y centrifugadoras, sumado a la carrera armamentista que Israel cree que se producirá y a la proliferación de grupos yihadistas que sumieron la región en conflictos armados estos últimos años, es interpretada por la Inteligencia israelí como un período de «inestabilidad estable».

Este término, acuñado en noviembre pasado por el columnista de «Haaretz»,  Amós Harel, describe un período transitorio de inestabilidad en Oriente Medio de consecuencias impredecibles y fecha de caducidad porque, según Gilad, «cualquier atentado terrorista puede hacer estallar toda la región».

De cara a cualquiera de esos escenarios, incluido el de una guerra con Irán, Israel quiere preservar la superioridad tecnológica sobre sus enemigos, eje central de su política de defensa en las últimas décadas.

En ese sentido, «Yediot Aharonot» difundió que Israel presentará próximamente a Estados Unidos la lista de pertrechos y nuevo armamento que requiere como compensación por el acuerdo en ciernes con Teherán, con el argumento de fortalecer su capacidad militar frente a las nuevas amenazas que se desprenden de él.

Una de las peticiones que se baraja es la ampliación de la ayuda militar estadounidense de 3.100 millones de dólares anuales a 4.000 millones, cifras que no contemplan los presupuestos especiales adjudicados a proyectos de interés común como los sistemas antimisiles Cúpula de Hierro, Varita Mágica y Jetz 3.

Los marcos de cooperación militar entre ambos países se establecieron por última vez en 2007 con un plazo de vencimiento de diez años, pero si Israel tenía previsto pedir en un principio una simple renovación del acuerdo ahora demandará ampliar la ayuda para contrarrestar la capacidad estratégica que a su entender ganarán Irán y el resto de los países de la región.

Y se muestran confiados en que el presidente estadounidense, Barack Obama, sabrá demostrar flexibilidad a la hora de suministrar a Israel las armas más avanzadas, aunque sólo sea como compensación al acuerdo nuclear.

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