Imprimir

En busca del «pariente español expulsado»

La «fiebre española» cunde en Israel, después de la aprobación del Congreso de la ley que concede la nacionalidad española a los descendientes de los judíos sefardíes expulsados en 1492.

En las familias sefardíes de Israel se desencadenó la «búsqueda del antepasado expulsado», aquel pariente español olvidado que podría revelar hoy un vínculo - por débil que sea - con la histórica Sefarad.

Una caricatura de «Haaretz» mostró la embajada de España en Tel Aviv bajo el cerco de un pacífico asedio de israelíes: las variopintas camisetas parecen demostrar que el imprevisto entusiasmo hacia la península ibérica se basa sobre todo en la pasión por sus prestigiosos equipos de fútbol.

Las oficinas consulares ya están recibiendo la primera ola de llamadas, y en la prensa se multiplican los artículos sobre el fenómeno.

El diario «Yediot Aharonot» dedicó una página entera a los «consejos prácticos» sobre cómo realizar «el sueño del pasaporte español».

En varios comentarios, sin embargo, el gesto del Congreso español se acredita como una apertura significativa hacia el pueblo judío, a modo de cierre del trauma vinculado con su expulsión hace cinco siglos, y la conversión forzada de los que se quedaron.

Según algunas estimaciones, los descendientes de los judíos sefardíes de entonces deberían ser más de tres millones de personas, hoy residentes sobre todo en Israel, Turquía, Estados Unidos, Francia y América Latina.

Pero las autoridades españolas fijaron criterios selectivos - vinculados con los apellidos originales de la época o los registros en comunidades judías en territorio español - y determinaron que el número se reduzca a algunos cientos de miles de personas.

Más allá del aspecto de pacificación histórica entre España y el pueblo judío, para algunos está fuera de lugar la propuesta de extender pasaportes españoles a los ciudadanos israelíes.

En el pasado hubo polémicas análogas cuando Alemania, Polonia y Rumania ofrecieron la naturalización a los descendientes de judíos oriundos de aquellos países.

«Es triste la vida de estos israelíes que parecen sólo buscar una ocasión para huir de aquí a países que a lo largo de la historia se ocuparon de hacer desaparecer a los judíos de la faz de la tierra», lamentó una comentarista de «Maariv».

La búsqueda del «pariente español expulsado», agregó, la entristece porque subyace que quien lo hace ve en Israel «sólo una estación de pasaje temporario».