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Refugiados a la deriva

Niños sirios refugiados Las imágenes en estas semanas de cientos de miles de sirios huyendo de su país convertido en un gran infierno han tenido el impacto de sacudirnos a todos. La del niño muerto en las costas de un mar embravecido y en una realidad aún peor ha podido ablandar el corazón de algunos países que se han convertido en refugio de varios de ellos.

El resto condena y busca culpables en cualquier lugar, menos en el propio. Si leyéramos en clave de exclusión bien pudiéramos decir que este es un problema árabe y que lo resuelvan los emiratos ricos o Arabia Saudita, promotora del islam a nivel mundial.

No, de nuevo ha sido el denostado Occidente o la perseguida Iglesia católica los que han respondido a una matanza que tiene su origen en un régimen despótico instalado por Hafez al-Assad y continuado por su hijo Bashar, quien no dudó en usar gases mortíferos para aplacar la insurrección interna.

Con el accionar del Estado Islámico se han completado. Ahora la idea del gran califato al grito de guerra yihadista de «cree o muere» ha vuelto la situación insostenible para millones.

Apretados desde adentro y desde afuera sólo queda Occidente como último refugio. Ahí donde se incuban los odios y donde se depositan las bombas… hasta ahí han ido los sirios y de otros países. Algunos no dudarán en decir que Occidente está pagando sus culpas y que bien merecido lo tiene. Pero insulta de verdad que los ricos árabes no sean solidarios con los suyos, y quienes representan «los peores y degradados modelos de civilización» sean los que otorguen el refugio a sus perseguidos.

Este mundo que nos toca vivir no tiene lógica y ciertamente los incoherentes, fanáticos y violentos han terminado por marcarnos la agenda. Ellos acaban con los Estados y con la memoria universal y colectiva como lo hicieron antes en Afganistán y ahora en Palmira.

La gran ironía es que muchos de los mismos musulmanes que critican la manera occidental de vivir y que ahora se acogen al estatus de refugiado continuarán con la misma retórica cuando esto se calme.

Movidos por los remordimientos y complejos de culpa se ha hecho una discriminación entre los sirios - que huyen de la matanza - y los africanos - que lo hacen del hambre y de gobiernos brutales. A los primeros se los ha admitido, a los segundos la Unión Europea ha dicho que habría que expulsarlos. La lógica de la ilógica que domina el proceder de varios gobiernos.

Hay que estar atentos a este movimiento demográfico a nivel político; suele ser la antesala a grandes conflictos a nivel mundial.

Estamos ante una confrontación no de civilizaciones, sino al retorno más primitivo de la confrontación humana con el marco de un mundo desquiciado al que se le ha perdido la razón.

Demasiada locura en gobiernos irracionales que se han llenado de refugiados internos y externos y que han perdido la ocasión de elevar las condiciones de vida de sus pueblos.