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Cualquier bastardo es rey

Binyamín Netanyahu y Oren HazanCuando se cuenta con una mayoría de un solo voto, cualquier diputado es rey. Por eso Bibi tiene que hacer equilibrios en la cuerda floja del Parlamento para salvar a su gobierno, apoyado por una mínima coalición de 61 escaños en un plenario de 120.

Hace dos semanas, una investigación del Canal 2 israelí implicó a uno de los vicepresidentes de la Cámara, Oren Hazan, en un escándalo cuando dirigía un casino de juego de Burgas (Bulgaria), donde el recién elegido diputado del Likud supuestamente facilitaba prostitutas a los clientes y consumía drogas.

Inusualmente, el presidente del Parlamento, el también militante del Likud Yuli Edelstein, lo suspendió poco después de su cargo para evitar que pudiera presidir el pleno en su ausencia.

Ante la amenaza de que una investigación de la Fiscalía General sobre la conducta de Hazan acabara desestabilizando al ejecutivo, el líder de la oposición, el laborista Itzjak Herzog, le extendió una más que discutida mano a Bibi.

Herzog le garantizó - pese a las críticas de sus socios de centro-izquierda - que no llevaría una moción de censura contra el gobierno mientras se aclaran las responsabilidades del parlamentario.

Todo parecía estar bajo control, pero esta misma semana el Canal 10 local destapó otro escándalo en el que estaría envuelto Hazan.

El ya suspendido vicepresidente del Parlamento hebreo fue acusado de acosar sexualmente a empleadas de un bar que regentaba hace cuatro años en Tel Aviv, donde presuntamente bailaba cada noche detrás de la barra en paños mínimos.

Por si fuera poco, y para acabar de complicarle las cosas a Bibi, el asesor jurídico del gobierno, Yehuda Weinstein, acordó reabrir una investigación penal sobre Hazan por la supuesta agresión a un funcionario municipal de la ciudad de Ariel, ubicada en el corazón de Cisjordania, donde reside la familia del diputado del Likud.

Por ley, Hazan no puede ser expulsado del Parlamento y nadie puede quitarle el derecho de participar en las votaciones, pero en los últimos días sus compañeros de coalición hacen todo lo posible para no acercársele demasiado.

Este «boicot» de facto podría llevar a que un enojado joven Hazan, ante una situación semejante a la del bíblico Sansón, vote a favor de tal o cual moción de censura para que el gobierno caiga junto con él.

Netanyahu ya le otorgó un lugar en la Comisión de Exteriores y Seguridad del Parlamento, en la cual se debaten los asuntos más sensibles del Estado judío. Para ello tuvo que negarle nada menos que a Benny Begin, un modelo de honestidad en la política, su participación en dicho comité.

No hay caso, cuando los que lideran pierden la vergüeza, los discípulos le pierden el respeto.