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¿Atacar o no atacar?

Las imágenes de niños muertos o agonizando tras lo que fue un ataque con armas químicas en Siria elevó la tensión e incrementó las posibilidades de una intervención militar extranjera.

En las capitales de las potencias de Occidente, el lenguaje sobre Siria adquirió una nueva dimensión. Las fuerzas de Estados Unidos están listas para lanzar una incursión contra Damasco si el presidente Barack Obama da la orden, afirmó su secretario de Defensa, Chuck Hagel.

Y su secretario de Estado, John Kerry, también pronunció un enérgico discurso en el que señaló que «una matanza indiscriminada de civiles con armas quimicas es una obscenidad moral que no puede quedar sin respuesta».

En Reino Unido se convocó al Parlamento para considerar las acciones a tomar. Rusia y China, por su parte, se oponen a cualquier operación millitar. Moscú la consideró «catastrófica» para la región.

Ambas potencias insisten en que las fuerzas del Gobierno sirio y de la oposición deben resolver solos sus disputas. Pero si se decide intervenir ¿en qué consistirá esta acción militar? y tras esa intervención, ¿qué pasará con Siria?

El principal argumento a favor, que están considerando tanto EE.UU como sus aliados, principalmente Londres y París, es que el uso de armas químicas, prohibidas por la ley internacional, es una acción «completamente inaceptable y aberrante y que la comunidad internacional debe responder».

No hacerlo, dicen varios analistas, no sólo sentaría un precedente, sino que afectaría la credibilidad de Obama, quien un año atrás advirtió a Siria de que usarlas sería cruzar una «línea roja».

Tanto EE.UU como sus aliados subrayaron que el objetivo de cualquier acción militar será una respuesta punitiva contra Siria por el uso de armas químicas y no se tratará de una campaña para retirar del poder a Bashar al-Assad.

Durante una reciente rueda de prensa, el portavoz del primer ministro británico David Cameron, indicó que la estrategia que se está estudiando está basada en disuadir sobre el uso de armas químicas.

EE.UU, mientras tanto, fortaleció esta semana su presencia naval en el Mediterráneo oriental y sus autoridades militares y las de sus aliados mantienen una reunión en Jordania.

Tal como informó la cadena NBC, según la Casa Blanca, la más probable acción militar, si la hubiera, será una sola incursión con misiles de crucero lanzados desde el mar dirigidos a instalaciones militares sirias.

Los buques de guerra estadounidenses estacionados a cientos de kilómetros de distancia en el Mediterráneo oriental llevan a bordo unos 400 de esos misiles Tomahawk. Además, un submarino de la Armada Real británica en la región también transporta misiles de crucero.

Muchos se preguntan si una medida de esa magnitud necesita ser aprobada por Naciones Unidas. Rusia y China, que forman parte del Consejo de Seguridad de la ONU, indicaron que una incursión sólo será justificada con un mandato de esa organización internacional.

El canciller británico, William Hague, afirmó que es posible llevar a cabo una respuesta internacional militar por el uso de armas químicas sin el apoyo de la ONU. Tanto Reino Unido como Francia advirtieron que es posible eximirse de dicho mandato cuando existe «una intensa necesidad humanitaria».

También se mencionó el argumento «a favor de la democracia» y el papel que «por responsabilidad moral» deben asumir las grandes potencias en los asuntos globales. En una columna en el periódico «The Times», el ex primer ministro británico Tony Blair, uno de los principales promotores de la guerra contra Irak que culminó en la caída del régimen de Sadam Hussein, escribió que «si Occidente no interviene para apoyar la libertad y la democracia en Egipto y Siria, Oriente Medio se enfrentará a una catástrofe».

Blair indicó que la larga controversia sobre su decisión de atacar Irak en 2003 no debe disuadir a los políticos para que tomen medidas para ayudar al pueblo sirio.

La situación humanitaria es otro argumento que se plantea a favor de una intervención. Más de 100.000 personas murieron desde que comenzó la guerra civil siria hace más de dos años y hay más de 1,7 millones de refugiados.

Rusia resumió con una frase el argumento en contra de una intervención militar en Siria: dicha acción, dijo Moscú, será «catastrófica» para toda la región.

Tal como señalan expertos que se oponen al ataque, con el refuerzo de las posiciones militares de Estados Unidos en el Mediterráneo oriental y con Rusia que continúa defendiendo a Siria, las predicciones que analistas regionales hicieron desde hace meses, de que la situación puede convertirse en la Tercera Guerra Mundial, parecen estar haciéndose cada vez más reales.

Es por eso que muchos, incluido Obama, se mostraban renuentes a intervenir militarmente y esperaban que se lograra una solución política a la crisis.

Y aunque el uso de armas químicas parece haber marcado un punto de inflexión, muchos continúan oponiéndose a cualquier intervención foránea en el conflicto.

El canciller ruso, Sergei Lavrov, instó a la comunidad internacional a actuar con prudencia y madurez en la crisis y respetar la ley internacional.

«Cualquier intento de no acatar una decisión del Consejo de Seguridad y, una vez más, de crear excusas artificiales y sin base para intervenir militarmente en la región conllevan un nuevo sufrimiento en Siria y consecuencias catastróficas para otros países en Oriente Medio y el norte de África», advirtió.

Mientras EE.UU evalúa las opciones, se dice que una intervención de Occidente podría rápidamente convertir a Siria en otro Irak. Y que además, una incursión limitada, como la que se cree podría planear Washington y sus aliados, no hará nada para disuadir un nuevo ataque con armas químicas.

Hasta ahora el lenguaje diplomático no funcionó. Pero un ataque contra Siria, en lugar de disuadir a Assad, podría provocar una escalada en el conflicto.

Si una respuesta militar limitada no funciona y Siria vuelve a usar armas químicas, ¿qué vendría después? ¿otro ataque más fuerte de Occidente? ¿una guerra más amplia, con más participantes, en la región?

La pregunta que debe plantearse es ¿cómo dar un impacto serio en Assad para que no vuelva a repetir lo ocurrido?

Las voces que se oponen a una intervención también subrayan que lo que EE.UU encontrará en Siria será una defensa mucho más fuerte de derrotar que lo que encontró en otros países.

Obama y sus aliados están en una encrucijada. El sentimiento de que algo debe hacerse para ayudar al pueblo sirio, y la realidad de que cualquier tipo de acción militar conllevará un enorme riesgo.