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Comisión Obama

La comisión de investigación de los acontecimientos en la nave "Mavi Mármara" no reviste importancia para el presidente Barack Obama. Es apenas una molestia impuesta bajo el camuflaje de investigación para llegar al objetivo verdadero: su plan de paz en Oriente Medio.
 

La comisión de investigación de los acontecimientos en la nave "Mavi Mármara" no reviste importancia para el presidente Barack Obama. Es apenas una molestia impuesta bajo el camuflaje de investigación para llegar al objetivo verdadero: su plan de paz en Oriente Medio que se presentará a las partes y estará en la agenda de la ONU entre septiembre y noviembre próximos.

Se trata de una comisión integrada por un solo hombre: Comisión Obama.

Hace casi 10 años actuó una comisión investigadora en la que uno de sus miembros era turco (el ex presidente Süleymán Demirel) que trató de mirar hacia adelante y hacia atrás al mismo tiempo. No tuvo éxito. La comisión, bajo la dirección del ex senador George Mitchell, debía fijar quién era el responsable del estallido de los actos de violencia de septiembre/octubre 2000, tres semanas antes de su creación.

En los meses que transcurrieron hasta presentar su informe, Ariel Sharón derrotó a Ehud Barak y Bill e Hillary Clinton le cedieron la Casa Blanca a George W. Bush. Al morir, dicho informe heredó al conflicto al intermediario Mitchell y a su asistente Fred Hoff, que dialogan con israelíes, sirios y palestinos.

Barak recuerda cómo paralelamente a la creación de la Comisión Mitchell, pensó en aceptar la iniciativa de los dirigentes del castigado Likud, Sharón y Silvan Shalom, de incorporarse como ministros de Hacienda e Interior a su gobierno y salvarlo de la caída. Casi al aceptarlo, Barak se abstuvo por temor a que Yossi Beilin renunciara al gobierno como protesta y lo condenara como destructor de la paz.

Transcurrió una década, y Barak se transformó en Beilin; ahora tiene el poder de influir sobre Binyamin Netanyahu. Barak sabe que Netanyahu sabe que Obama sabe, que la renuncia del presidente del partido Avodá del gobierno, expresará su desconfianza acerca de la predisposición concreta de Bibi de avanzar hacia la paz.

Pero Barak es compadre, no líder. Compadre de Bibi. Él no es Jaim Weitzman ni Ezer Weitzman, sólo Shiri Weitzman. En lugar de unificar fuerzas con el Jefe del Estado Mayor, Gabi Ashkenazi, para conducir una línea moderada y realista, lucha en contra de éste.

Dentro de cuatro meses culmina el congelamiento de la construcción en los territorios. Obama puede decidir presentar su plan antes de ello, o esperar hasta el día siguiente de las elecciones al Congreso al cumplirse la mitad de su mandato. Netanyahu intenta, como es su costumbre, flanquearlo por la derecha en un pacto con los republicanos. El éxito no es concreto: el reciente senador de Massachusetts, Scott Brown, y el candidato a gobernador de Florida, Marco Rubio, dos postulados posibles para la candidatura de su partido a la presidencia en 2012, hablaron a favor de Israel en los últimos días y en contra Obama sobre el caso "Marmara"; pero éstos son sólo fuegos artifícales. No existen divergencias sobre los parámetros políticos: el legado de Bush

Los rodeos de Obama a Netanyahu no son políticos. Son observaciones de seguridad, directas e indirectas, de la postura de Tzáhal, consolidadas en reuniones con Ashkenazi, con el Director de la Sección de Planificación, el General Amir Eshel (esta semana en Washington), y con destacados oficiales retirados, expertos y conocedores del Estado Mayor y el Ministerio de Seguridad.

Obama tiene una gran ventaja sobre Netanyahu: no lucha por su supervivencia. Las cavilaciones sobre las elecciones en 2012 no necesariamente dirigirán sus acciones; tampoco contra Irán. Obama ya fue presidente. Ahora quiere ser un presidente descollante, y como broche de oro, acorde a su carácter y preparación, y si los demócratas dominarán la Casa Blanca, quizás presidente de la Corte Suprema de Justicia, como el antecedente William Howard Taft?. Obama tiene una visión. Netanyahu no. Supongamos que la amenaza iraní se quitase; ¿entonces qué?

En una conferencia a fines de mayo, Mitchell manifestó que el conflicto es solucionable, que el esquema existe y es conocido; se necesita principalmente liderazgo. La parte siria del esquema lo proporcionó Bashar al-Assad en una importante entrevista con Charly Rose. La prioridad suprema, dijo Assad, es Siria secular. Siria insistirá en la línea del 5 de Junio, Israel en los arreglos de seguridad; sólo se necesita encontrar un nexo entre ambas ideas.

La base será la Cumbre de Madrid de 1991 (Obama ve en Bush padre a un político ejemplar). Assad diferencia entre un tratado de paz, que se materializará con el tiempo y la supervisión de un mecanismo, y la paz verdadera, que depende también de la solución del problema palestino; él sabe positivamente que EE.UU no es sólo el presidente, sino también el Congreso, atento siempre a las aspiraciones de Israel.

Desde Charly Rose hasta el "Rose Garden", para llegar a la firma en el Jardín de las Rosas en la Casa Blanca, hay una distancia que puede ser salvada. Obama lo intentará.

La pregunta es dónde estará Ehud Barak cuando Netanyahu trate de hacer estallar el puente.

Fuente: Haaretz - 16.6.10
Traducción: Lea Dassa para Argentina.co.il