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El asesinato de un hombre libre


El director y artista Juliano Mer-Khamis, de origen judío y palestino, fue asesinado porque era un hombre libre que propagaba la libertad en una sociedad que no es libre. Esta es la dura verdad a la que debemos mirar a los ojos.


Aún en un país en el que las vidas novelescas son algo corriente como en Israel, la vida de Juliano Mer-Khamis fue algo insólito.

Nació en 1958 en Nazareth, siendo hijo de Arna Mer, mujer judía activista a favor de los derechos de los palestinos, y de Saliba Khamis, un cristiano palestino ciudadano israelí y uno de los líderes del Partido Comunista de Israel en la década del '50 del siglo pasado.

Su abuelo fue el profesor Gideón Mer, un científico pionero en el estudio de la malaria durante el mandato británico en Palestina.

En su juventud adoptó el apellido materno Mer y sirvió en las fuerzas de Defensa de Israel. En una entrevista para la radio del ejército israelí, Mer Khamis dijo "que en el fondo, soy 100% palestino y 100% judío".

De alguna manera vivió concretamente esta paradoja ya que alternó su domicilio en Haifa y su labor en el conjunto árabe Midán con la dirección del "Teatro de la Libertad" que creó en Jenín, en el territorio de la Autoridad Palestina, en 2006.

Sin embargo, en él terminó por prevalecer su identidad palestina. Mer-Khamis vio en el "Teatro de la Libertad" una forma de lucha.

Uno de sus amigos, Zakaría Zubeidi, un ex líder de las Brigadas de los Mártires de Al Aksa, quien trató de dar protección al Teatro de la Libertad, declaró al New York Times: "En última instancia tenemos el mismo objetivo: liberarnos de la ocupación".

Mer-Khamis siguió de alguna manera el camino de su madre, quien dedicó sus últimos años a mejorar la vida de los niños de los campos de refugiados de Jenín, que en los años '80 y '90 fueron un semillero de terroristas suicidas que iban a Israel a morir para matar.

El actor y director palestino-israelí rodó una película sobre el legado de su madre: "Los niños de Arna". Según Richard Klagsbrun, un productor norteamericano que conoció a Mer-Khamis en Canadá y le dedicó un artículo de homenaje en el diario "National Post": "Los niños de Arna" fue un filme documental que Juliano hizo sobre el grupo de teatro de su madre en Jenín. Su enfoque fue unilateral al describir a Israel como al villano en el conflicto con los palestinos".

Añade Klagsbrun: "Sus simpatías y su activismo siempre estuvieron con el lado palestino. Pero su objetivo era enseñar que la resistencia no debía tomar la forma del asesinato y el terrorismo. La gente que lo conocía lo amaba. Pero para Hamás era una amenaza. Lo calificaban de "judío sionista al que hay que cortarle las manos".

Evidentemente su labor teatral irritaba a los sectores más conservadores y el hecho de que fuera un judío a medias lo convertía en un indeseable para los palestinos más extremistas. Mer-Khamis estaba casado con Jenny, una finlandesa a la que conoció en Haifa, que está embarazada de mellizos y tenía otro hijo que estaba con él en el momento del atentado pero felizmente salió ileso.

Si su vida rompió todos los moldes convencionales, no menos extraño fue su funeral. El New York Times (7.4.2011) lo describe de esta manera: "En una escena extraordinaria su ataúd fue traído desde Israel en el puesto de control Jalameh, el principal cruce para Jenín en Cisjordania. Pocos pasos dentro de territorio palestino, fue depositado brevemente sobre el suelo para que los palestinos que no pudieron obtener permisos para asistir al entierro en Israel pudieran despedirse de él. Un grupo de artistas israelíes y amigos acompañaron el féretro al lado palestino donde fue envuelto en la bandera palestina. Miri Aloni, una veterana cantante israelí, cantó su "Canción por la Paz" en hebreo y en árabe. Cuando el ataúd fue llevado de vuelta al puesto de control, los jóvenes que lo sostenían cantaron la canción de los combatientes palestinos "Dios es Grande". Más tarde, Mer-Khamis fue llevado a un kibutz en el Norte de Israel en una tumba cercana a la de su madre".

El diario norteamericano no da el nombre del kibutz, pero otras fuentes señalan que se trata de Ramot Menashé, una colonia colectiva al norte de Haifa fundada por pioneros de la izquierda sionista Hashomer Hatzaír de Uruguay y de Chile en la década del '50 del siglo pasado.

Su muerte no dejó de provocar polémicas. Ari Shavit en un impresionante "mea culpa" en el diario "Haaretz" se pregunta ¿Cómo habría reaccionado la izquierda israelí si Juliano Mer-Khamis hubiera sido asesinado por judíos? Y contesta: "No es difícil imaginar qué habría sucedido... El asesinato recibiría un enorme titular en Haaretz. Bajo el titular aparecerían cinco furiosos análisis, uno de ellos mío".

Shavit censura duramente la severidad con la que la izquierda juzga la conducta occidental en contraste con la indulgencia con los peores actos de inhumanidad en el Tercer Mundo. Sus conclusiones: "Mer fue asesinado porque era un hombre libre que propagaba la libertad en una sociedad que no es libre. Esta es la dura verdad a la que debemos mirar a los ojos. La Ilustración occidental y la izquierda israelí no pueden seguir ignorando el lado oscuro de la realidad de Oriente Medio".