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El huevo de la serpiente

El lema de la Hermandad Musulmana hoy es el mismo que adoptó en su fundación en 1928 : "Alá es nuestro objetivo. El Profeta es nuestro líder. El Corán es nuestra ley. La Jihad (Guerra Santa) es nuestro camino. Morir en el camino hacia Alá es nuestra más alta esperanza".

La Hermandad Musulmana, el grupo político mejor organizado de Egipto, decidió formar su propio patido, que se llamará "Partido de la Libertad y la Justicia".

Según las estimaciones más moderadas, dicho partido podría llegar a controlar por lo menos un tercio del Parlamento en las elecciones propuestas para setiembre próximo con locual tendría un poder de veto sobre cualquier legislación que no sea religiosa.

La "Gamaa Islamiya", un ex grupo violent cuyos líderes se integraron a "Al Qaeda" y que ahora dice ser democrático, aún no decidió formar su propia facción política, pero seguramente apoyará a la Hermandad Musulmana en su objetivo de fortalecer la legislación religiosa en la nueva Constitución.

Un artículo de "Al Ahram", el diario más importante de Egipto, que tuvo una rápida conversión de oficialista de Mubarak a oficialista del nuevo régimen, reveló que existe un gran malestar en el flamante partido islamista por las maniobras antidemocráticas de los líderes de la Hermandad.

La nota publicada el pasado 1 de mayo se titula sugestivamente "La Declaración de Libertad y Justicia provoca una dura controversia". Entre otras cosas, informa que el Sr. Bassiouni, presidente del Centro para la Iniciativa de Apoyo a los valores de la Tolerancia y la Democracia, recalcó que las declaraciones de la Hermandad Musulmana sobre la creación de un Estado religioso son inconsistentes con los ideales de la revolución y con la aspiración de dar un lugar a los jóvenes en la vida política.

Obviamente, el activista democrático citado no es el único ni en Egipto ni en el mundo que tiene serias dudas sobre el grado de moderación o de convicciones democráticas de la Hermandad Musulmana.

En un reciente pronunciamiento sobre la muerte de Osama bin Laden, la Hermandad Musulmana puso bien en claro una identificación bastante evidente con el discurso islamista más extremo, condenando el asesinato y expresando su respeto por el terrorista muerto dándole el título honorífico de jeque.

Esto no resulta sorprendente porque después de todo, la ideología de Bin Laden se nutre de las enseñanzas de Hassan el Banna, fundador de la organización en 1928. El Banna postuló el retorno a un califato islámico, a la observancia estricta del Corán y la Sharía y a la instalación de gobiernos teocráticos en el mundo árabe. Su ideología podría ser definida hoy como un khomeinismo sunnita. El Banna, por ejemplo, solía describir en términos apocalípticos el infierno al cual, según él, irían tanto los apóstatas como los infieles. Su simpatía por el nazismo está ampliamente documentada.

Otro líder de los Hermanos Musulmanes, el Mufti de Jerusalén, Haj Amín al-Husseini, mantuvo estrechos lazos con la Alemania nazi. Después de encontrarse con Hitler el 21 de noviembre de 1941, Husseini elogió a los alemanes "porque saben librarse de los judíos y esto los acerca a nuestro campo". Husseini, que organizó un batallón musulmán que luchó junto a los nazis en la Segunda Guerra Mundial, escribió en sus memorias que tenía planeado instalar un campo de exterminio inspirado en Auschwitz cerca de Nablus, en Cisjordania.

Bajo los auspicios de los Hermanos Musulmanes se publicó a fines de la década del treinta una versión árabe de "Mein Kampf" de Hitler traducida como "Mi Jihad". En la guerra de 1948 contra Israel, en la que cinco países árabes unieron sus fuerzas para "arrojar a los judíos al mar", participó en el ejército egipcio un batallón especial de los Hermanos Musulmanes.

Las tácticas de los Hermanos Musulmanes han variado con frecuencia, oscilando entre la violencia y la expansión pacífica en la sociedad civil. Últimamente han tratado de subirse al tren de la democratización y la "primavera árabe". El destacado experto francés en Oriente Medio, Gilles Keppel, tiene razón cuando afirma en un artículo en el "New York Times" el domingo pasado que la Hermandad Musulmana está dividida entre la joven generación que tiene mucho de común con los jóvenes seculares y los "viejos turbantes" que todavía controlan el aparato.

Pero hay síntomas muy alarmantes que deben ser tenidos en cuenta en todo análisis de la situación particular en Egipto y Oriente Medioen general, ya que la Hermandad Musulmana posee una importante influencia en otros países árabes así como en la emigración musulmana en Europa.

En el sitio oficial en Internet en idioma inglés de la Hermandad , el navegante curioso va a encontrar noticias muy actualizadas Oriente Medio, día por día y hora por hora. Pero el artículo principal de portada no ha variado por lo menos desde hace un mes. Su título es: "Por supuesto, Israel es el enemigo de Egipto". Esto significa que la gravitación de los Hermanos Musulmanes podría llevar a Egipto a repudiar la paz con Israel y a provocar una nueva guerra árabe­israelí en Oriente Medio. El objetivo es clarísimo: sería una forma de detener la batalla por la democratización del mundo árabe y uniría a los árabes en torno a un enemigo común externo. Sería la fórmula ideal para arrastrar la región hacia atrás.

Después de todo el lema de la Hermandad Musulmana hoy es el mismo que adoptó en su fundación en 1928 : "Alá es nuestro objetivo. El Profeta es nuestro líder. El Corán es nuestra ley. La Jihad (Guerra Santa) es nuestro camino. Morir en el camino hacia Alá es nuestra más alta esperanza".