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La necesidad un Estado palestino

Cuando la ONU decida la creación de un Estado palestino, Israel descubrirá que la coexistencia con él es más fácil que la concesión de derechos individuales y colectivos a los palestinos como ciudadanos del Estado. Si Israel opta por otorgar derechos, ya no seremos un Estado judío.

El pasado domingo 5 de junio, Israel vivió otra jornada de protesta palestina; esta vez para conmemorar el "Día de la Naksa", que lamenta la derrota de 1967. El mes pasado fue el "Día de la Nakba", que conmemora la tragedia de 1948, y dentro de unas semanas viviremos el "Día de la flotilla" en memoria de los nueve ciudadanos turcos que perdieron la vida en su intento de romper el bloqueo a Gaza el año pasado.

Mientras los palestinos están de luto, nosotros celebramos: el mes pasado festejamos el "Día de la Independencia de Israel" y hace unos días el "Día de Jerusalén", que conmemora la reunificación de la ciudad bajo control israelí. En este mismo pedazo de tierra, seis millones de judíos celebran sus victorias, mientras cuatro, o quizá cinco, millones de palestinos lloran sus derrotas.

Muchos países han decidido que ya ha llegado la hora de que los palestinos también empiecen a celebrar algo. Ahora la responsabilidad recae en la comunidad internacional que les dé una razón para la alegría declarando su independencia durante la próxima Asamblea General de la ONU, el próximo septiembre.

La situación general del conflicto palestino-israelí es muy preocupante. No se vislumbra la paz. Las hasta ahora inútiles negociaciones entre nosotros y ellos - que se prolongan desde hace casi 20 años - tenían varias reglas minimalistas y frágiles. Netanyahu midificó esas reglas al cambiar radicalmente tres posturas básicas que los anteriores gobiernos israelíes habían mantenido con bastante persistencia:

* Israel ya había aceptado la división de Jerusalén (el primer ministro Barak en el 2000 y el primer ministro Olmert en 2005-2006).

* Israel siempre exigió ser reconocido como "el Estado de Israel"

* No se exigía oficialmente (al menos no en la última década) la presencia militar de Tzáhal a lo largo del río Jordán. El propio Netanyahu no mencionó esta exigencia en su famoso discurso en Bar Ilán.

Esta vez, en su alocución ante el Congreso de EE.UU, Netanyahu revocó las tres posiciones: se opuso a la división de Jerusalén, exigió que Israel fuera reconocido como un "Estado judío" y exigió la presencia del ejército israelí a lo largo del Jordán. Las posibilidades de volver a entablar conversaciones sobre esta base entre Israel y los palestinos son casi imposibles.

Así pues, ¿dónde nos deja esto? Nos deja sin proceso de paz, sin un plan viable, sin visión de futuro y sin esperanza. Nos deja con la declaración, de la que tanto se ha hablado, de un Estado palestino por la Asamblea General de la ONU en septiembre del 2011.

El verano pasado visité Sudáfrica para asistir al campeonato mundial de fútbol. Durante mi recorrido, mantuve un encuentro con el expresidente Frederik De Clerk , quien muy amablemente me preguntó: "¿Qué hacen ustedes allí?". Antes de que tuviera la oportunidad de responderle, me aclaró su pregunta: "¿Por qué continúan con los asentamientos? Tienen que resolver el problema palestino si no quieren convertirse en el próximo apartheid ". Esto lo decía un gran amigo de nuestro, muy partidario de Israel, que se mostraba sumamente preocupado por nuestro futuro. Una afirmación que, además, provenía de un líder que sabe muy bien lo que es y ha sido el apartheid .

De Clerk no es el único que está preocupado. En todo el mundo, muchos amigos de Israel comprenden el peligro hacia el que nos dirigimos. Israel recibirá un mensaje claro al respecto en la próxima Asamblea General de la ONU, cuando se declare el Estado palestino. Dicha resolución, aunque sea vetada por EE.UU, será difícil de ignorar.

Esta decisión de la ONU alegrará a los palestinos, pero también ayudará a Israel a alejarse de errores que ha cometido en las últimas cuatro décadas desde 1967.

Israel descubrirá que la coexistencia con un Estado palestino en Cisjordania y Gaza es más fácil que la concesión de derechos individuales y colectivos a los palestinos como ciudadanos del Estado de Israel.

Actualmente sólo nos quedan estas dos alternativas: o la tierra o los derechos. Si Israel opta por la segunda, ya no seremos un Estado judío.

 

* El Dr. Alón Liel fue Director General del Ministerio de Exteriores de Israel.