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No atemoricen con intifadas

En contadas ocasiones de la historia de la región se visualizó una generalizada coincidencia entre los analistas en pronosticar un fracaso como los esfuerzos del canciller norteamericano, John Kerry, para lograr un acuerdo palestino israelí. Más aun, la gran mayoría de estos expertos coincide en vaticinar que como consecuencia inmediata casi con seguridad seremos testigos de la irrupción de una tercera Intifada.

Hay quienes se hacen eco de rumores que proceden del lado palestino. «Llegó a manos de Ynet un documento de los servicios de seguridad palestinos donde se menciona la gran posibilidad de una rebelión popular si fracasan las negociaciones» [1]. A decir verdad, y como ocurre reiteradamente, el Ejército israelí se les adelantó a los palestinos en el pronóstico: «El Comandante de la Región Centro, General Alón, alertó de una posible ola de violencia popular si fracasan los esfuerzos de Kerry» [2].

Hay analistas que no sólo hablan de posibilidad, sino de un estallido inminente. «La tercera Intifada es inevitable. Del fracaso a la desilusión, y de ésta a la conflagración, el trecho y el tiempo son muy cortos» [3]. Otros se ocuparon de barajar las distintas alternativas de la chispa que encienda la fogata. «La tercera Intifada se desencadenará por el soldado que mate a otro niño, por el fiscal militar que una vez más decida que el asesinato se ajustó a las normas, por el burócrata que firme la orden de demoler una casa o por el colono que le dé un puntapié a una joven. Uno de ellos, un representante leal de la sociedad israelí y su Gobierno, será una vez más la gota que desborde el vaso» [4].

Los hay quienes afirman que en esa tercera Intifada seremos testigos de la intervención de nuevos actores y del uso de una nueva arma. «Estando en Israel, salta a la vista que está en marcha una tercera Intifada. Es la que Israel más temió: no una Intifada con piedras o atacantes suicidas con bombas, sino impulsada por una resistencia no violenta y un boicot económico. Sin embargo, esta tercera Intifada no estará encabezada realmente por palestinos en Ramallah, sino por la Unión Europea en Bruselas y otros oponentes de la ocupación israelí en Cisjordania a lo largo del mundo» [5].

Sin menospreciar en lo más mínimo los alarmantes significados de estos sensatos presagios, da la impresión que todos ellos pecan por subestimar el peso que se merece el drástico cambio de la última década en el potencial de acción de Israel en sus aspectos diplomáticos, militares y económicos. La supremacía militar y diplomática de Israel de 2014 dista años luz de aquella que conocimos a principios de este siglo - segunda Intifada - y más aun de esa del año 1988 - primera Intifada.

El gigantesco poder de disuasión de Israel, en todos sus aspectos, quedó muy bien grabado como lección en la consciencia colectiva palestina. Bajo estas condiciones es muy improbable que su liderazgo sea capaz de reiniciar una dolorosa aventura, y si estalla, con mucha seguridad Israel lograría aplastarla rápidamente por la fuerza.

La experiencia de los últimos años nos demuestra la descomunal y sofisticada capacidad de los servicios de información israelíes a lo largo y ancho del globo terráqueo, en especial en Cisjordania. Esta peculiar idoneidad les permite captar y desbaratar a tiempo hasta el mínimo indicio de cualquier intento de ataque o subversión.

Pero Israel no sólo en el campo militar está equipado de un inmenso poder de disuasión. Israel dispone de una respuesta no menos contundente también para aquellos que atemorizan con boicot económico. Se debe tener claro que el Estado hebreo es una potencia supranacional y entre sus súbditos, que no sopesan más que 0,2% de la población mundial, se encuentra más del 11% de los mega magnates más acaudalados del mundo [6], lo que no es más que «otra razón para apoyar la bendición que otorgó el Creador al decir que ustedes serán una luz para las naciones [7], la luz verde del dólar. El último informe al respecto anuncia un desmesurado incremento en la riqueza de los judíos multimillonarios [8].

Bajo estas condiciones sería muy ilusorio evaluar como posible un plan generalizado de boicot económico a Israel. Probablemente una campaña de este tipo quede sólo en mano de grupos marginales y carentes de toda influencia. La Unión Europea, la principal amenaza según Tom Friedman, ya levantó los brazos y demostró que sólo cacarea sin ninguna intención seria de boicot. «Los lazos con Israel siguen siendo fuertes a pesar de las recientes medidas de la Unión Europea para clarificar y fortalecer su larga postura sobre los asentamientos de Cisjordania» [9].

De nada vale amenazar con la tercera Intifada. Al Gobierno de Netanyahu no le hace ni cosquillas y nadie en Israel corre al refugio con casco y chaleco antibalas. La rutina israelí no se modifica y sus ciudadanos continuarán normalmente su vida observando como la colonización civil judía en Cisjordania crece a pasos agigantados y el Estado palestino no es más que una cita histórica que quedó en el olvido.

[1] «Informe secreto palestino: peligro de Intifada»; Ynet; 2.1.14

[2] «La tercera Intifada está en camino»; Reuvén Pedahzur; Haaretz; 24.6.13

[3] «La tercera Intifada»; Alberto Mazor; Israel en línea; 4.2.14

[4] «Cómo comenzará la tercera Intifada»; Amira Hass; Haaretz; 11.12.13

[5] «The third Intifada» Thomas L. Friedman; The New York Times; 4.2.14

[6] «Los judíos ricos del mundo»; Forbes Israel; 17.4.13

[7] «Judíos millonarios»; Página 321 judaismo.com; 8.1.12

[8] «Quiénes son los judíos más ricos del mundo»; Forbes Israel; 4.3.14. Según los datos publicados, la riqueza de los 9 primeros judíos más ricos creció entre 2012 y 2013 un 31,8% en relación a un 18% del total de ricos del mundo y aproximadamente un 3% de la economía mundial.

[9] «La Unión Europea reaseguró a Israel los lazos a pesar de la oposición a los asentamientos de Cisjordania»; Itón Gadol; 7.2.14