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Kerry, el «mal querido» de Oriente Medio

John KerryMuchos israelíes no quieren a John Kerry, al igual que un gran número de palestinos que no confían en la buena fe del secretario de Estado norteamericano para lograr un acuerdo en Oriente Medio.

Aun así, Kerry está luchando contra todo el mundo para crear un Estado palestino dentro del plan inicial de nueve meses, que finalizará en abril, aunque está fecha podría extenderse con la aprobación de ambas partes.

Su meta final es lograr que dos Estados convivan en paz, con fronteras seguras, tras reactivar a fines de julio pasado las negociaciones que estaban moribundas desde noviembre de 2010.

A pesar de que el secretario de Estado es la voz cantante de Barack Obama en el conflicto, el presidente estadounidense parece más preocupado en estos momentos por Siria, Irak, Líbano, Libia y Egipto ante el auge de los fundamentalistas islámicos de Al Qaeda, después de haber logrado un acuerdo provisional con Irán y su programa nuclear.

Kerry debe haberse enojado cuando leyó las declaraciones del ministro de Defensa israelí, Moshé Yaalón, quien, palabras más, palabras menos, lo calificó de defender con «espíritu mesiánico» a los palestinos.

También Yaalón opinó sobre el diplomático norteamericano: «La única cosa que puede salvarnos es que Kerry reciba el Nobel de la Paz y nos deje tranquilos».

Yaalón se disculpó y los estadounidenses volvieron a repetir que son el mejor aliado de Israel en Oriente Medio.

Lo cierto es que no sólo los israelíes se quejan de Kerry, también lo hacen los palestinos, como es el caso de Nabil Shaath, miembro del comité central del partido Al Fatah, del presidente Mahmud Abbás, que gobierna en Cisjordania.

Shaath afirmó que Kerry introdujo en las negociaciones «un cambio de agenda» que perjudica a los palestinos, ya que «ahora está volcado en el carácter judío del Estado de Israel y el futuro del Valle del Jordán».

Este funcionario no es el primer palestino que critica al canciller norteamericano. A principios de noviembre de 2013, el secretario del Comité Ejecutivo de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Yasser Abed Rabbo, señaló que las negociaciones estaban «en una calle de único sentido», en referencia a Israel.

En aquella oportunidad, Rabbo dijo que «hay sólo una parte negociando, y esa parte somos nosotros; la otra no propone nada que esté en línea con la legitimidad internacional y el derecho internacional».

La estrategia de Kerry tiene también otros actores claves para solucionar el conflicto, como el Papa Francisco, quien visitará esa conflictiva región en mayo próximo.

Por ese motivo, Kerry se reunió en el Vaticano con el nuevo secretario de Estado para la Santa Sede, el arzobispo Pietro Parolin.

Convencido de su misión, Kerry se prepara para realizar su úndecimo viaje a Oriente Medio con el objetivo de lograr un acuerdo marco que incluya la creación de un Estado palestino, las fronteras, el estatuto de Jerualén, el tema de los refugiados palestinos y la seguridad de Israel, entre otros asuntos.

Otro punto delicado es lograr una solución para el Valle del río Jordán, donde se analiza la posibilidad de una supervisión internacional o una vigilancia tecnológica.

En medio de este panorama, Kerry sabe que muchos israelíes y palestinos no lo quieren porque creen que beneficia a uno u otro bando en este largo conflicto.

A pesar de ello, y de los obstáculos que enfrentan cada día sus propuestas, el ex candidato presidencial demócrata está convencido de que puede ser el hombre que ayude a cambiar para siempre la historia de Oriente Medio.