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Carta abierta a Stephen Hawking

Stephen Hawking Estimado profesor Hawking,

Hay muchas razones por las que se lo considera uno de los científicos más importantes del mundo. Como muy bien se sabe, una de las razones de sus logros es su capacidad de mantener una mente propia y rechazar cualquier presión de corrientes denominadas «centrales». La innovación sólo es posible cuando uno es inmune a tal tipo de presiones.

Dado mi respeto por sus logros, estoy sorprendido y entristecido por su decisión de haber cancelado su participación en la Conferencia Presidencial de este año en Jerusalén, y por haberse unido a quienes llaman a un boicot académico contra Israel.

Sinceramente, esperaba que un hombre de su posición no se dejara presionar para cancelar su visita.

Quiero que sepa que desde hace muchos años me opongo a la ocupación israelí en los territorios palestinos, y que expreso dicha oposición en todos los medios que están a mi alcance. Creo que la política de asentamientos de Israel en Cisjordania es moralmente indefendible. La considero una estrategia estúpida, además de políticamente imprudente, y voy a seguir oponiéndome a ella todo el tiempo que pueda.

Dicho esto, siempre consideré moralmente reprobable e intelectualmente indefendible que muchos intelectuales británicos exijan un boicot académico contra Israel. La presente convocatoria se basa en un doble estándar moral que no se puede esperar de una comunidad cuya misión es mantener la integridad intelectual.

Sí, creo que Israel es culpable de violaciónes a los derechos humanos en la Cisjordania.

Pero dichas violaciónes son insignificantes en comparación con las perpetradas por numerosos Estados como Irán, Rusia o China, por citar sólo algunos de ellos.

Irán ejecuta a cientos de homosexuales cada año, China ocupa Tíbet durante décadas, y se sabe de la terrible destrucción que Rusia lleva a cabo en Chechenia.

Nunca oí de usted o de alguno de sus colegas apoyar un boicot académico contra cualquiera de esos países.

Más aún: se acusa a Israel de arrestar a palestinos sin juicio durante años. Usted sabe muy bien que hasta la fecha Estados Unidos no cerró Guantánamo. Israel es acusado de asesinatos selectivos de palestinos sospechosos de planear o participar directamente en atentados terroristas. Estados Unidos lleva a cabo asesinatos selectivos de terroristas en muchos países durante años.

La cuestión de si estas detenciones y asesinatos selectivos pueden justificarse no es simple; no hay respuestas sencillas. Personalmente creo que, incluso en una guerra contra organizaciones terroristas deben hacerse todos los esfuerzos para mantener el Estado de derecho y evitar violaciónes de derechos humanos.

Sin embargo, no olvidemos que tanto Israel como Estados Unidos se encuentran en situaciones complicadas. Israel estaba a punto de llegar a un acuerdo con la Autoridad Palestina cuando estalló la segunda Intifada.

Cientos de israelíes fueron asesinados entonces en atentados suicidas. Como resultado de ello, es sumamente difícil para líderes hebreos convencer a sus ciudadanos de asumir riesgos para alcanzar la paz.

Estados Unidos todavía se están recuperando del trauma de los ataques del 11/S. Ocupó dos países, Afganistán e Irak, durante una década desde entonces. Creo que fue un error atacar a Irak, de la misma manera que considero que la política de asentamientos de Israel en Cisjordania es errónea.

Profesor Hawking: ¿cómo pueden usted y sus colegas, que defienden un boicot académico contra Israel, justificar su doble moral? Usted simplemente niega que Israel se encuentra bajo una amenaza existencial. Hasta hoy, Hamás, una organización terrorista palestina, llama a la destrucción de Israel, y su carta fundacional emplea el lenguaje más vil. Casi no pasa una semana en la que Irán y su cliente, la organización terrorista libanesa Hezbolá, no amenazan con borrar a los «sionistas» del mapa, y ello a pesar de no tener ningún conflicto directo con el Estado hebreo.

Boicotear académicamente a Israel resulta una profunda hipocresía. Es una manera fácil de ventilar indignación por injusticias en el mundo en lugares donde el costo es mucho mayor. Todavía espero que los académicos británicos dejen de cooperar con instituciones norteamericanas mientras Guantánamo permanezca abierto o durante el tiempo en que Estados Unidos continúa con sus asesinatos selectivos.

La academia israelí es en gran parte liberal. Muchos de sus miembros se oponen durante décadas a la política de asentamientos de Israel. Pero una vez más, los académicos británicos eligen el blanco más fácil para dar rienda suelta a su ira de una manera que no aporta nada constructivo a la causa palestina que dicen apoyar.

Israel, como cualquier otro país, puede ser criticado. Pero dicha crítica no puede ni debe basarse en el moralismo estridente y el pensamiento binario simplista; algo que no se espera especialmente de académicos.

El mundo real es, por desgracia, es un lugar demasiado complicado. El novelista Ian McEwan dijo que «Si sólo tuviese que viajar a países decentes, probablemente nunca saldría de mi cama». Eso lo señaló cuando fue criticado por llegar a Israel a recibir el Premio Jerusalén de Literatura en 2011.

Desde luego, tiene razón. Cumplir con estándares de derechos humanos e ideales de democracia en un mundo imperfecto es difícil. Grandes pensadores como Philip Bobbitt y Michael Ignatieff lidiaron con el difícil tema de cómo mantener los derechos humanos en un mundo amenazado por el terrorismo.

Profesor Hawking, podía esperarse que un hombre de su nivel intelectual pudiese medirse con esas cuestiones. Sin embargo, optó por la forma más sencilla de singularizar a Israel a través de un boicot que académicamente no le implica costos intelectuales o éticos.

Si la cancelación de su viaje fue en función de problemas de salud y no de presiones, según lo declaró su universidad, la acepto y respeto, pero me gustaría que reconsiderara su posición y optase por participar en la Conferencia Presidencial.

Atentamente,
Carlo Strenger

Fuente: Haaretz
Traducción: Revista Identidad