Es muy posible que los palestinos de Judea y Samaria y Jerusalén, los palestinos de la Franja de Gaza y los refugiados palestinos, marchen por caminos separados. Tal vez la solución de dos Estados nunca sea factible. Barack Obama y Binyamín Netanyahu son socios en el sueño del establecimiento de un Estado Palestino junto con otros millones de palestinos, israelíes, todos aquellos con buenas intenciones y ávidos de la paz.
En su visión, ven un Estado Palestino - segundo, además de Jordania - en los territorios de Judea y Samaria y partes de Jerusalén, a los cuales renunciará Israel, y a los que les será agregada la Franja de Gaza. La suposición es que el establecimiento de dicho país solucionará el problema de los refugiados, conducirá hacia la paz e impulsará los intereses de EE.UU en la zona.
No hay prueba alguna de que se trate de una fantasía, y que incluso podría materializarse. Pero por ahora parece imposible. Debajo de la alfombra existen tendencias subterráneas y parecería que tanto políticos como analistas que escriben sobre los desarrollos en Oriente medio, no parecen captarlas.
Dichas ideas ocultas podrían hacer fracasar todo el plan. Los palestinos se dividen. En lugar de representar un ente homogéneo, una única infraestructura para el futuro Estado, los componentes - cuya geografía separa entre ellos - se van distanciando uno de otro como placas tectónicas.
El hecho de que Mahmud Abbás y el liderazgo de Hamás en Gaza actúan durante años como entidades separadas e incluso hostiles, es sumamente claro. La opinión general es que las divergencias entre ellos se superarán. Grandes esfuerzos se invirtieron hasta el presente en el intento de lograr ese objetivo. Pero actualmente parece que estamos ante dos organismos políticos con diferencias abismales entre ellos en lo personal, cultural y político.
No se trata sólo de una separación principalmente política. Estamos siendo testigos de un fenómeno económico de suma importancia. La economía palestina en Judea y Samaria avanza en los últimos años a pasos agigantados y deja muy atrás a la de la Franja.
La vida nocturna en Ramallah es muy diferente a la de Gaza. ¿Podrán unificarse en el marco de un solo Estado? ¿Los palestinos de Ramallah aceptarán cargar sobre sus hombros el peso financiero que conllevará la unión con los de Gaza?
¿Y qué de los refugiados palestinos? ¿los millones hacinados durante 62 años en campamentos de refugiados en los países árabes? ¿Acaso el Estado palestino será capaz de absorber dicha multitud en sus territorios, ya de por sí densamente poblados? ¿Su economía podrá soportar esa carga? ¿Su población estará dispuesta a enfrentarse a este desafío?
Me parece que las diferencias entre las tres partes de la sociedad palestina se agrandan constantemente. Es muy posible que tarde o temprano encuentren soluciones distintas.
Para ello será necesario un esfuerzo de todo el mundo, en el cual los países árabes ricos deberán ayudar a solucionar el problema de los refugiados. En lo que respecta a la Franja de Gaza, su densa población y su economía en quiebra, sólo a través de un esfuerzo internacional programado y en cooperación, vendrá la salvación. Un Estado palestino joven no tendrá suficientes instrumentos para medirse con el problema. Con respecto a los palestinos de Judea y Samaria, existen algunas opciones que deberán sopesar.
Durante muchos años, en los que condujo a los palestinos un liderazgo inepto y corrupto, su situación se fue deteriorando. Nunca fueron un pueblo homogéneo en el sentido occidental. En los últimos años se invirtieron cantidades de dinero y muchos esfuerzos en la construcción de una nación palestina. Los resultados fueron muy dudosos. Sin embargo, así como ocurre en reiteradas ocasiones en la historia, elementos económicos podrían definir el resultado final también en este caso.
Es muy posible que los palestinos de Judea y Samaria y Jerusalén, los palestinos de la Franja de Gaza y los refugiados palestinos, marchen por caminos separados.
Tal vez la solución de dos Estados nunca sea factible.
Fuente: Haaretz - 12.7.10
Traducción: Lea Dassa para Argentina.co.il