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Un Estado, ningún Estado, no-Estado, Estado truhán

apocalipsis El pasado diciembre, en el Foro Sabán sobre Oriente Medio, el reportero Jeff Goldberg de la revista «Atlantic» le formuló al ex canciller israelí Avigdor Liberman, perteneciente a la ultraderecha, esta preguntas provocativas: «Las cosas están cambiando radicalmente no sólo en Estados Unidos no-judío sino en el Estados Unidos judío, ya que concierne a Israel y su reputación. Mis preguntas son: ¿A usted le interesa? ¿Qué va a hacer usted al respecto? y ¿Cuánta importancia tiene para usted?».

«Para hablar con franqueza, no me interesa», respondió Liberman, agregando que Israel vivía en una zona peligrosa. Reconozcamos a Liberman por su honestidad.

Esa conversión volvió a mí mientras escuchaba los debates demócrata y republicano cuando abordaron brevemente temas de política exterior, con candidatos perorando las generalidades usuales sobre estar con nuestros aliados israelíes y árabes sunitas. Aquí va un boletín informativo: Pueden retirar esas generalidades. Quienquiera que se convierta en el próximo presidente tendrá que lidiar con un Oriente Medio totalmente diferente.

Será un Oriente Medio moldeado por una solución de un solo Estado, una solución de ningún Estado, una solución de no-Estado y una solución de Estado truhán.

Esto es, una solución de un Estado en Israel, una solución de ningún Estado en Siria, Yemen y Libia, una solución de no-Estado ofrecida por el Califato Islámico y una solución de Estado truhán ofrecida por Irán.

Empecemos con Israel. El proceso de paz está muerto. Ya terminó, amigos, así que dejen ya de enviarle al editor de la página de opinión de «The New York Times» sus propuestas para una solución de dos Estados entre israelíes y palestinos.

El siguiente presidente de Estados Unidos tendrá que lidiar con Israel determinado a ocupar de manera permanente todo el territorio entre el Río Jordán y el Mar Mediterráneo, incluyendo el lugar donde viven 2.5 millones de palestinos en Cisjordania.

¿Cómo llegamos a ese punto? Tantas personas clavaron cuchillos al proceso de paz, que resulta difícil saber quién asestó el golpe mortal. ¿Fueron los fanáticos colonos judíos decididos a seguir expandiendo su huella en Cisjordania y capaces de sabotear a cualquier político israelí u oficial militar que se les opusiera? Fueron multimillonarios judíos de derecha, como Sheldon Adelson, quienes usaron su influencia para restarle fuerza a cualquier crítica del Congreso de Estados Unidos a Bibi Netanyahu?

¿O fue Netanyahu, cuyo deseo por mantenerse en el poder sólo es superado por su falta de imaginación para encontrar una forma segura de separarse de los palestinos? Bibi ganó: Actualmente es una figura histórica: el padre fundador de la solución de un Estado.

Hamás es la madre. Hamás dedicó todos sus recursos a cavar túneles para atacar israelíes desde Gaza en vez de convertir Gaza en un Singapur, haciendo un hazmerreir de promotores israelíes de la paz.

Además, Hamás lanzó un cohete suficientemente cerca del Aeropuerto Ben Gurión, cerca de Tel Aviv, como para que Estados Unidos no permitiera un solo vuelo norteamericano durante un día, indicándole a cada israelí, pacifista o militarista, lo que podría pasar si ellos cedieran Cisjordania.

Sin embargo, Hamás no estaba solo. El presidente palestino, Mahmud Abbás, tumbó al único primer ministro palestino eficaz, Salam Fayyad, quien estuvo dedicado al combate de la corrupción y a demostrar que los palestinos merecían un Estado al centrarse en la construcción de instituciones, no en resoluciones de la ONU.

Todos ellos acabaron definitivamente con la solución de dos Estados. Que empiece la era de un solo Estado. Involucrará una constante guerra civil de bajo grado entre palestinos e israelíes y un creciente aislamiento de Israel en Europa y en los campos universitarios en los cuales el próximo presidente de Estados Unidos tendrá que moverse.

En el ínterin, una Siria sin Estado - una Siria que Bashar al-Assad y los rusos e iraníes que los apoyan sólo controlan parcialmente - será una herida en el pecho sangrando refugiados hacia Europa. Tengo la certeza de que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, está bombardeando deliberadamente a sirios contrarios al régimen para expulsarlos hacia Europa, con la esperanza de crear un cisma en la Unión Europea (UE), tensar sus recursos y convertirla en un rival más débil ante Rusia y un aliado más débil para Estados Unidos.

Además, el no-Estado Islámico (EI) sunita y el Irán chiíta Estado truhán se alimentarán mutuamente. Me encanta cuando tanto candidatos demócratas como republicanos dicen: «Cuando sea presidente, convenceré a árabes sunitas de que asuman el liderazgo en el combate contra el EI». ¡Apuesto que Obama nunca pensó en eso!

Los árabes sunitas nunca van a destruir a un EI no-Estado siempre y cuando Irán se comporte como un Estado truhán de chiítas, no uno normal. Es cierto, Irán es una gran civilización. Podría dominar la región con el dinamismo de su clase empresarial, universidades, ciencia y artes. Sin embargo, los ayatolás de Irán no confían en su poder suave. Más bien prefieren volverse truhanes, buscar dignidad en todos los sitios equivocados; usando agentes chiítas para dominar cuatro capitales árabes: Beirut, Damasco, Saná y Bagdad.

Así que mi consejo para todos los candidatos es: Sigan hablando sobre la fantasía de Oriente Medio. Siempre me viene bien una buena historia para conciliar el sueño. Pero, prepárense para lo bueno. Este no es ya el Israel de su abuelo, no es la Arabia Saudita de su empresa petrolera, no es ya la Turquía de la OTAN, no es ya el Irán del chofer de taxi y no es ya la Palestina radical-ligth del profesor universitario.

Ahora se trata de una bestia diferente caminando lentamente hacia Belén.

Fuente: The New York Times
Traducción: www.israelenlinea.com