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Yo que ahora vendrán las mismas caras

Netanyahu, Bennett, Lapid y LibermanEl llamado a elecciones en Israel actúa sobre los sectores opositores al gobierno como afrodisíaco político capaz de excitar hasta el candidato más desahuciado. Todas las agrupaciones del sector, como los individuos que aspiran a ser electos, repentinamente se ven envueltos en un trance con delirios hasta místicos{jathumbnail off}.

El lanzamiento de las consignas «Cualquiera menos Bibi» o «Todos contra Netanyahu» goza de mucha popularidad y pareciera que movilizaron a amplios sectores de la sociedad israelí. Ciertos sondeos de opinión le otorgaron a la nueva pareja Hertzog-Livni la gran posibilidad de formar gobierno [1].   

Si se deja de lado las visiones viscerales, sería muy aconsejable para los candidatos que aspiran a este vuelco en la conducción política del país que no corran al sastre para un nuevo traje de asunción de mando. También después de las próximas elecciones de Marzo 2015, políticamente Israel continuará como en una función de cine continuado. Siempre las mismas caras, escenas idénticas y nuevamente el mismo final: elecciones adelantadas.

En un arrebato de masoquismo social, la sociedad israelí perdió la capacidad de decidir sobre su futuro, cargando sobre sus hombros un único destino de extremismo, conquista territorial y sumisión de otro pueblo, vivencia en conflicto permanente y con desigualdad social y económica cada vez mayor. El rechazo y repulsa a Netanyahu con importantes expresiones esporádicas no surge por motivos políticos o ideológicos, sino más bien como respuesta a su personalidad arrogante y elitista.

El cuadro siguiente expone la composición del Parlamento israelí durante las últimas 6 elecciones generales y los pronósticos para la próxima.

Parlamento israelí: Distribución de bancas según bloques ideológicos y elecciones [2]

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(*) Los dos únicos años en la historia de Israel con elecciones directas de primer ministro.

(**) Promedio de los últimos sondeos de opinión.

Durante estas dos décadas, el dominio de la derecha fue casi absoluto. Fuera de la elección directa de Ehud Barak en 1999 por un corto periodo de dos años (se vio obligado a renunciar por falta de apoyo parlamentario), el gobierno estuvo en manos de representantes del Likud o dimitentes del Likud (Arik Sharón).

En estas próximas elecciones, como posiblemente en otras más que se lleven a cabo en el futuro, muy probablemente el timón de Israel permanecerá en las mismas manos.

Ello se debe a la conjunción de varios factores de vigencia casi permanente.

A. El carácter sumiso y obediente del pueblo judío.

B. La inclinación natural y marcada de los partidos religiosos ultra ortodoxos de asociarse a los partidos de derecha.

C. La experiencia histórica demostró que los partidos denominados «centro derecha» fueron estrellas fugaces que desaparecieron en término de pocos años.  

D. A la ya muy baja participación electoral de la población árabe ciudadana de Israel se le debe sumar que los partidos árabes son considerados «sapos de otro pozo» con la entrada prohibida a toda coalición gobernante «sionista».

Con o sin Netanyahu, los mismos sectores de poder extraparlamentarios, los personajes siniestros de siempre y las agrupaciones extremistas continuarán guiando a Israel y al pueblo judío a un futuro incierto. No hay perspectivas de cambio alguno. La única posibilidad que este círculo vicioso desaparezca está en la ruptura de las cadenas que atan al Gobierno y al Parlamento estadounidense a los intereses israelíes y judíos. La sociedad israelí, al menos en esta era, se siente totalmente paralizada de llevar adelante cualquier cambio drástico.

Ojalá me equivoque...

[1] «Sondeo: Hertzog-Livni: 24 escaños. Likud: 20. El 60% de los votantes no quiere a Netanyahu como primer ministro»; Maariv; 12.12.14.

[2]  Aclaración: Derecha: Likud, Israel Beiteinu y partidos afines a los grupos religiosos nacionalistas. Centro derecha: Agrupaciones temporales como Kadima, Hatnuá, Partido del Centro, Yesh Atid, Kahlón, etc. Ultraortodoxos: Shas, Iahadut Hatorá, Deguel Hatorá y el partido de Eli Yishai. Izquierda: Avodá, Meretz  y afines. Árabes: Hadash, Ram-Tal y Balad.