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Proporcionar fines y medios

Yihadistas de Estado IslámicoHillary Clinton reinició hace poco el debate de quién perdió Siria cuando sugirió que el presidente Barack Obama cometió un error al no intervenir con mayor fuerza en las primeras etapas de la guerra civil de ese país, armando para dicho fin a rebeldes en pro de la democracia.

Me he sentido escéptico con respecto a una intervención de ese tipo: escéptico de que hubiera suficientes de estos «insurgentes de la corriente popular», escéptico de que ellos pudieran derrotar algún día al Ejército del presidente Bashar al-Assad y los islamistas y gobernar Siria. Así que si la gente intenta convencerlo al respecto, formúlele las siguientes preguntas antes de que decida si usted está con Clinton u Obama:

1. ¿Pueden ellos nombrar al líder actual de la Coalición Nacional de Siria, a la oposición secular y moderada, y los primeros tres principios de su plataforma política? Créditos adicionales por nombrar el último año en que el líder de la CNS residió en Siria: Una pista: Fue hace varias décadas.

2. ¿Pueden ellos explicar por qué Israel - país contiguo a Siria que tiene mejor información de inteligencia sobre él que cualquiera y pudiera terminar tan afectado por el resultado como cualquiera - ha optado por no apostarle a los rebeldes seculares y moderados allí o armarlos en la medida suficiente para que derroquen a Al Assad?

3. Estados Unidos invadió Irak con más de 100 mil tropas, reemplazó su Gobierno por uno nuevo, suprimió a sus extremistas islamistas y entrenó a un Ejército iraquí «moderado», pero, al momento que nos marchamos, el primer ministro «moderado» de Irak se volvió sectario. Sin embargo, en Siria, el gemelo de Irak, se supone que debemos creer que los insurgentes moderados podrían haber derrocado a Al Assad y gobernado Siria sin una sola bota estadounidense en tierra, sólo armando a los rebeldes buenos. ¿En serio?

4. ¿Cómo pudieran haber triunfado los rebeldes sirios buenos en Siria cuando los principales financiadores de muchos grupos rebeldes allá - Qatar y Arabia Saudita - son monarquías de fundamentalistas sunitas que se oponen al mismo tipo de política democrática y pluralista en sus propios países que los decentes rebeldes sirios aspiran a construir en Siria?

5. Incluso si tuviéramos sirios moderados y armados, ¿cómo podrían ellos haber derrotado a una coalición del Ejército de sirios alawitas y pandillas, respaldas por Rusia, respaldadas por Irán, respaldadas por Hezbolá - todas las cuales siguen las «Reglas Hama», que no son reglas ni en lo más mínimo - sin que Estados Unidos tuviera que involucrarse?

6. ¿Cómo es que alrededor de 15 mil varones musulmanes, de todo el mundo musulmán, han viajado a Siria para pelear por el yihadismo y ninguno ha caminado hasta allá para pelear por el pluralismo, pero los moderados sirios no sólo habrían sido capaces de derrotar al régimen de Al Assad - si tan sólo les hubiéramos armado de manera apropiada - sino también a toda esta legión extranjera de corte yihadista?

La idea de que la única razón por la que surgieron milicias islamistas en Siria se debe a que nosotros creamos un vacío al no armar de manera apropiada a los rebeldes seculares, son tonterías risibles. Siria ha tenido desde tiempo atrás su propia clandestinidad de fundamentalismo sunita. En 1982, cuando el presidente de esa época, Hafez al-Assad, perpetró la matanza de Hama, fue en un esfuerzo por eliminar a esos islamistas sirios. Así que, sí, existen raíces culturales para el pluralismo en Siria - país con muchos cristianos y musulmanes seculares - pero también hay lo opuesto. No se engañe.

Es por eso que en una breve visita a Darkush, Siria, en diciembre de 2012, me informó el comandante local del Ejército Libre de Siria, Muatasim Bila Abul Fida, que incluso tras el derrocamiento del régimen de Al Assad habría otra guerra: «Tomará cinco o seis años», agregó, porque los partidos islamistas «quieren Sharía (ley islámica) y nosotros queremos democracia». Ahí siempre iban a existir dos guerras civiles: los liberales y yihadistas en contra de Al Assad y los liberales y yihadistas en contra de cada cual.

No me malinterpreten. Mi corazón está con los valientes liberales sirios que se atreven a tomar las calles y exigir el cambio de régimen sin armas. Estas son personas buenas, decentes, del tipo que uno querría ver dirigiendo Siria. Sin embargo, haría falta mucho más que mejores armas para que ellos derroten a Al Assad y los yihadistas.

Aquí, Irak resulta instructivo. Hace falta regresar a las elecciones de 2010 allá cuando Ayad Allawi, chiíta secular que se postuló con sunitas, chiítas y cristianos en una plataforma moderada y pluralista - como los moderados de Siria -, ganó efectivamente más escaños que su principal competidor, el primer ministro Nouri al-Maliki.

¿Qué permitió que ocurriera eso? Se lo diré: Estados Unidos decapitó al régimen de Saddam Hussein, ayudando después como factor clave para una Constitución iraquí y elecciones, al tiempo que fuerzas especiales de Estados Unidos (e Irak) arrestaron o mataron a los peores extremistas sunitas y chiítas. Matamos a ambos extremos sin leerles sus derechos de la ley Miranda. Eso es lo que dio al centro moderado de Irak el espacio, la confianza y la capacidad para respaldar partidos multisectarios, lo cual querían muchos iraquíes. Sin embargo, cuando nuestras tropas se marcharon, ese centro no pudo sostenerse.

No quiero a tropas estadounidenses en Siria ni un poco más que cualquiera, pero no abrigo respeto alguno por el argumento de que tan sólo haber armado a algunos rebeldes en pro de la democracia habría logrado que se hicieran las cosas.

Sí, ha habido un precio por la inacción de Obama. Con todo, existe también un precio por la acción efectiva, con respecto a lo cual los detractores tienen que ser honestos. Se llama fuerza internacional. Estamos lidiando no sólo con estados que se han desintegrado sino con sociedades enteras; y su reconstrucción es la madre de todos los proyectos de construcción de naciones.

Proporcionen fines y medios. De lo contrario, no van en serio.

Fuente: The New York Times
Traducción: www.israelenlinea.com