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Venganza, ¿sí o no?

La prensa israelí informó con profusión acerca de las «acaloradas» discusiones que se registraron durante las tres horas que duró la primera reunión del Gabinete de seguridad, convocada por Netanyahu, al confirmarse el asesinato de los tres adolescentes.

Desde la expresión usada por el ministro de Defensa, Moshé Yaalón, sobre un «arreglo de cuentas» con Hamás hasta «demoler viviendas, expulsar prisioneros y lanzar una operación militar a Gaza y todavía más», todo tipo de ideas fueron abordadas, detalló «Haaretz».

El periódico añadió que las opciones fueron «de malas a muy malas», lo cual «podría llevar a una escalada que pondría en jaque el actual status quo entre israelíes y palestinos».

Según el rotativo, mientras que desde la ultraderecha se llamó a lanzar una amplia acción de castigo en Gaza «y construir nuevos asentamientos en Judea y Samaria para proporcionar una represalia sionista adecuada», Bibi, entre otras voces, no quiere precipitarse y parece preferir una respuesta más mesurada.

El ministro de Economía y líder del partido ultranacionalista religioso Habait Haiehudí, Naftali Bennett, fue uno de los que exigieron una operación de gran envergadura, o bien aplicar la pena de muerte a los palestinos que maten israelíes.

Según «Haaretz», Bennet acusó a otros miembros del Gabinete de dar muestras de una «debilidad escandalosa» y afirmó que una respuesta moderada «abre la puerta a nuevos secuestros».

De acuerdo con el diario, «el pueblo israelí quiere vengarse, pero Netanyahu no desea una guerra prolongada con Hamás», por temor, con toda razón, a que, en palabras del ministro de Defensa Yaalón, se desate «una escalada de violencia difícil de controlar, incluso una guerra», pese a la situación de «traumatismo nacional», que se creó en Israel con la aparición sin vida estudiantes.

Según especulan las autoridades, los jóvenes habrían sido asesinados el mismo día del secuestro, cuando uno de ellos alcanzó a dar aviso con su celular de que estaban siendo raptados. En ese momento, sus captores les dispararon.

Este infame triple asesinato no pertenece al ámbito de la criminología sino al de la política, a una compleja trama de odios históricos cuyo origen se pierde en una interminable cadena de venganzas.

Pero en cuestiones de política, las cosas no son ni tan blancas ni tan negras. Tal vez en este caso, la prioridad sea impedir que el deleznable asesinato de tres jóvenes inocentes sirva de excusa para agrandar los trágicos conflictos que ya generaron incontables víctimas y millones de refugiados en la región.

Siempre existen márgenes sobre los que se puede operar y donde quedan oportunidades para conseguir la paz. Descubrirlos y utilizarlos es la tarea de los grandes estadistas.