Imprimir

Parashat Hashavúa - Bamidbar

Tierra de nadie - Tierra de todos

 - Parashat Bamidbar es leída cada año en el Shabat previo a la festividad de Shavuot, la fiesta de la entrega de la Torá.

«Bamidbar» significa «en el desierto», y justamente fue el desierto el lugar de entrega de la Torá.

¿Por qué la Torá fue entregada en un lugar inhóspito, deshabitado? ¿Por qué Dios no esperó que el pueblo cruce la frontera de la Tierra Prometida para entregarle la Torá en la Tierra de Israel?

Cuando se entrega algo tan importante, tan relevante como la Torá es de esperar un entorno que también lo sea. ¿Pero en el desierto? ¿Qué tiene el desierto para servir de escenario a la entrega de la Torá? Es como si - salvando las diferencias, por supuesto - se entregaran los Oscars en la pizzería de la esquina. Aceptemos que llamaría la atención.

El Midrash se ocupa de este interrogante y nos da una respuesta sumamente convincente: Fue entregada en el desierto para evitar problemas con las tribus; para que ninguna diga: «La Torá es mía, ya que fue entregada en mi territorio». Por ello, la Torá fue entregada en el desierto, pública y abiertamente, en tierra de nadie. Sólo la tierra de nadie puede ser «tierra de todos».

De la misma manera, cuando el rey David quiere edificar una capital para su reino, decide hacerlo en Jerusalén, una ciudad que no pertenecía a ninguna tribu en especial, para evitar así la envidia entre los distintos sectores del pueblo.

Conociendo la naturaleza humana, Dios entrega la Torá en el desierto, y la vuelve a entregar cada año en la festividad de Shavuot enseñándonos que es accesible para todos, que nadie puede decir: «La Torá es sólo mía».

No en vano, el Midrash ha comparado a la Torá con el desierto, con el fuego y con el agua, para enseñarnos que así como éstos son gratuitos para toda la humanidad, la Torá también los es.

Que al celebrar nuevamente la festividad de Shavuot, podamos vencer al desierto que nos rodea y a la sed espiritual que a menudo nos provoca, recibiendo, estudiando y enseñando nuevamente las palabras de la Torá.

¡Shabat Shalom y Jag Sameaj!