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«Esto no es una póliza de seguro»

Coronel Tzvika HaimovichEl Coronel Tzvika Haimovich (46), oficial en la Fuerza Aérea de Israel, lleva una gran responsabilidad sobre sus hombros. En gran medida, de él podría depender que una guerra contra el plan nuclear de Irán sea un éxito o una catástrofe.

Cabe aclarar: él no lanzaría ningún operativo militar contra el territorio iraní ni incidiría en si, en caso de que se ataque, se paralice, destruya total o parcialmente o no se afecte en absoluto la capacidad del régimen de Teherán de convertirse en potencia atómica. Pero en su condición de Comandante de la Defensa Activa de Israel, que tiene a su cargo las baterías antimisiles «Jetz» (Flecha) y «Kipat Barzel» (Cúpula de Hierro), sí es una pieza clave en lo que vendría paralelamente: la protección de Israel ante una lluvia de misiles que se estima Irán dispararía o mandaría a sus aliados disparar hacia territorio israelí.

El «Jetz» interceptaría misiles balísticos y el «Cúpula de Hierro» a los lanzados desde las fronteras inmediatas de Israel.

Haimovich reside en la localidad de Kojav Yair y tiene dos hijos varones, uno de ellos también oficial en su misma base, Palmajim, donde el Coronel nos recibe y concede esta entrevista.

- La historia de Tzvika Haimovich comienza antes del cargo actual, de gran responsabilidad… ¿no es así?
- Por supuesto. Estoy desde hace muchos años en la Fuerza Aérea, crecí en su seno, siempre en diversos roles en el marco de lo que antes llamábamos la defensa aérea. Fui creciendo y juntando experiencia operativa como comandante, desarrollándome junto con los distintos sistemas que se incorporan y las misiones que se van cumpliendo.
Tengo dos hijos varones, uno de ellos también aquí, en esta base, en los misiles antimisiles «Patriot». Años atrás estudié en la Academia de Seguridad Nacional en Estados Unidos y allí, para explicar a mis compañeros de estudios la situación especial de Israel, les decía que Israel puede «hundirse» varias veces en el Lago Michigan. Creo que es diez veces más grande que todo Israel.
Desde junio del año pasado hubo aquí, en mi división, cambios de fondo, porque comprendimos que hay que enfocar  el tema de la defensa aérea de una forma especial, de acuerdo a los cambios en la región. No se trata sólo de defensa antiaérea en el sentido de aviones, helicópteros y terrorismo aéreo. Eso existe y seguirá existiendo; pero además es necesario desarrollar cada vez más la defensa ante la amenaza misilística contra Israel. No es algo nuevo pero llega un momento que uno comprende que se requiere un cambio grande.

- Es que experiencias negativas en este sentido, Israel ya ha  tenido no pocas...
- En los años '70 disparaban katiushas desde Líbano; a comienzos de los '90 fue la guerra en el golfo; luego, en 2006, la Segunda Guerra de Líbano; hace muchos años que nos disparan cohetes desde Gaza; hace tiempo que Israel lidia con todo esto.

- Un elemento clave en todo esto es el hecho que en los últimos años la retaguardia se ha convertido en frente…
- Hay dos elementos importantes a destacar al respecto. La amenaza de los cohetes y misiles se convirtió en algo más relevante y significativo por dos razones. En primer término, porque el otro lado, como usted bien dice, tanto organizaciones como Hezbolá, Hamás, Yihad mundial, Al Qaeda y otros, y países como Siria, Irán y otros, tomaron la decisión de probar esta otra vía, la amenaza directa a la retaguardia, considerando que para ellos puede tener mayor potencial de éxito, comprendiendo que ya probaron otros métodos  con la fuerza aérea, blindados, etc. y que así no logran lidiar con Israel
Por eso tomaron una decisión estratégica en apostar a esa amenaza. Se lo ve claramente en los esfuerzos que dedican a ello, en las cantidades, los experimentos, en todo su enfoque. El cambio es significativo. Hay una decisión de países y organizaciones de concentrarse en el tema de los misiles y en algunos casos, inclusive dejando de lado en gran medida la otra vía.

- ¿Esto es también porque son conscientes del valor que Israel da a su retaguardia civil?
- Por supuesto. Está la consideración de que no podrán derrotarnos en el otro plano, fuerza aérea frente a fuerza aérea, blindados contra blindados. Y además, vieron el efecto que causan aquí los misiles sobre la población. Vieron qué hicieron 4.000 cohetes disparados en 33 días desde Líbano, qué hacen los disparos desde Gaza a Israel durante 12 años, observan, analizan y llegan a la conclusión de que allí tienen potencial a explotar.
El frente y la retaguardia intercambiaron sus roles. Cuando existe una amenaza de este tipo, misilística, que esquiva la barrera o las cercas defensivas, se confunde la frontera ya que el frente se convierte en retaguardia y la retaguardia en frente. Y en ese caso, la frontera pierde parte de su significado. Cuando eso sucede, la ciudad, sea Tel Aviv, Haifa, Ashkelón, Ashdod o Beer Sheva, es convertida en blanco, y así, en frente.

- Pero la defensa activa no es suficiente ¿verdad?
- La defensa activa es un elemento clave en esto pero es sólo una parte en un paquete de cinco piezas. También está la defensa pasiva (la capacidad de cada ciudadano de escuchar una sirena y buscar resguardo), la disuasión, el ataque y la capacidad de alerta. Sólo la combinación entre todos los elementos da el resultado más efectivo posible. Sólo defensa activa no es suficiente y sólo activa, tampoco.

- Si todo funciona bien ¿se puede garantizar protección absoluta?
- No. No hay 100%. No hay póliza de seguro. En mi condición de responsable de la respuesta a la amenaza en términos de defensa activa, digo claramente: no hay un cierre de 100%. Caerán aquí en el Estado de Israel cohetes y misiles cuando estemos en guerra, en confrontación. Caerán. Mi rol es reducir al mínimo el daño y mi responsabilidad es ver que todos los elementos, las cinco piezas, estén bien coordinadas. Cuanto mejor se lo haga, más nos acercaremos a un cierre absoluto del 100%; pero un cierre total, no habrá.

- ¿Por qué lo dice? ¿Porque los sistemas no son suficientemente buenos o porque no hay suficientes baterías de cada cosa para cubrir el cielo?
- Caerán aquí misiles y cohetes ante todo porque no tenemos que interceptar a todos. En primer término, porque si captamos que va a caer en una zona descampada, no habitada, no lo voy a interceptar, ya que sé que allí el daño potencial es mínimo y prefiero guardarme el misil antimisil para desviar o destruir al que veo que caerá en un barrio poblado.
No es un juego de cantidades. Yo nunca podré tener cantidades de baterías como el otro lado. El otro lado siempre tendrá más que nosotros. Es un juego de efectividad y en ese marco, dejaré que caigan en zonas descampadas y en el desierto.

- ¿Eso significa que en las zonas habitadas sí puede haber 100%?
- Al combinar sistemas muy complejos, en un medio muy complicado, no hay 100% en nada; son muchas dimensiones y cosas para coordinar; y no se puede garantizar seguridad absoluta tampoco en las zonas en las que sí quiero interceptar. No es que estamos lejos de eso, pero aún no llegamos. Y es justamente por esto que el ciudadano que vive en Ashkelón siente la protección de tener una batería de «Cúpula de Hierro» cerca, pero al mismo tiempo sabe que si hay sirena, tiene que correr al refugio. Y que todo junto le garantiza mayor protección; y que si cae un misil, el daño será minimizado.
Hay ya numerosos ejemplos de lo sucedido tanto durante la guerra en Líbano como en las escaladas por los disparos desde Gaza. La cantidad de víctimas es relativamente muy pequeña porque logramos combinar los cinco elementos de la defensa de la forma más efectiva posible.
Es como una cadena. Si uno de los eslabones no funciona, afecta el resultado total. Si la gente no es disciplinada y no se refugia cuando la alarma le indica que debe hacerlo, habrá víctimas. Es un hecho, ya lo hemos comprobado en  muchos casos. Hubo muertos o heridos, en muchos casos, porque no se resguardaron. La defensa activa es importantísima, pero es sólo un elemento en un paquete mucho más amplio.

- ¿Cómo está compuesto el abanico de la defensa activa en sus distintos elementos?
- En el lenguaje profesional hablamos de una concepción que abarca «varias capas». Es que el tema no es ir comprando o desarrollando sistemas como si funcionaran solos, cada uno en forma individual. El ejército necesita un concepto de fondo. Y para las Fuerzas de Defensa de Israel, en términos de la defensa activa, tenemos un concepto de capas que cubren el cielo.
Cuando miramos al cielo no hay fronteras, pero sabemos que hay una capa en la que se lidia con amenazas de corto alcance y otra que lidia con las de largo alcance. Si vuela hacia nosotros un misil «Grad», un «Scud», en el cielo todo se ve igual. Pero de acuerdo a nuestra concepción, sabemos cómo lidiar con cada tipo de amenaza. Hay distintos sistemas, cada uno de los cuales se ocupa de su amenaza; y al mismo tiempo hay algunos puntos en los que se tocan para estar cubiertos.
Para dar significado a esta concepción hay que tener los sistemas apropiados. Pero no es suficiente tener los Patriot, la Cúpula de Hierro, la Varita Mágica que está siendo desarrollada, el Flecha; hay una integración plena al observar el mundo balístico, porque trabajamos de modo que pueda haber «comunicación» entre los distintos sistemas, para poder decidir claramente cuál se activa en cada ocasión.

- O sea que hay algo que centraliza y decide qué activar...
- Es cuestión de concepto, de sistema, de política...

- Pero más que nada, si se decide activar a la Cúpula de Hierro porque el cohete en camino es de corto alcance y por supuesto que el Flecha no es relevante en ese caso, es cuestión de distancias…
- Sí; es cuestión de distancias, alturas, de varios elementos técnicos profesionales.

- ¿Acaso puede haber situaciones en las que no hay plena certeza con qué sistema, con qué batería antimisiles hay que responder al cohete o misil en camino?
- Nuestro desafío es garantizar siempre que esté suficientemente claro y definido. En general lo logramos.

- ¿Está todo listo, en este sentido, para una situación de emergencia?
- Yo diría que esta concepción de «varias capas» está en proceso; no está completa. Y quisiera agregar que somos líderes en el mundo en este sentido. Vamos al frente en la capacidad operativa en el terreno en este punto.
Hoy tenemos el Flecha, que estuvo al frente, en primer lugar en el mundo de la defensa activa aérea de Israel y que responde a amenazas de largo alcance. En los últimos dos años se incorporó el Cúpula de Hierro, que reacciona ante amenazas de corto alcance. Y estamos desarrollando «Sharvít Ksamim» (Varita Mágica) que entra en el medio, que aún no está operativo. Estimo que en los próximos dos años lo hará. También está el Patriot, que originalmente fue ideado para actuar contra aviones y fue adaptado a doble uso, contra aviones y misiles.

- Cuando Varita Mágica esté listo, ¿se podrá decir que todo el cielo de Israel está cubierto, protegido totalmente?
- Podré decir que se sumó otro elemento importante a la concepción de varias capas. Pero no es todo, ya que al mismo tiempo continuamos desarrollando pensamientos sobre cómo sofisticar y mejorar también lo que ya tenemos. Recordemos lo que comentamos antes: el otro lado ha tomado la decisión estratégica de dedicar su esfuerzo central a la amenaza misilística sobre Israel; eso nos obliga a esforzarnos para tratar de adelantarnos, de mejorar todo, de garantizar que estemos en el primer lugar para poder lidiar con lo que ellos van desarrollando. Es una carrera incesante. Todo el tiempo se sigue desarrollando y creo que esto nunca terminará, porque todo el tiempo intentan sofisticar y desarrollar nuevas amenazas. Pero la buena base, ya existe.

- Hemos estado hablando en general de la defensa activa. Quisiera ahora que hablemos concretamente de Irán; de la amenaza que está en los titulares. ¿Se puede decir que Israel está más protegido de misiles balísticos que Irán podría lanzar que de los de corto alcance que podrían disparar sus aliados desde los frentes inmediatos de Israel?
- Mi función es proteger de ambos; garantizar que Israel esté bien defendido. A mí no me importa tanto de dónde viene el misil, si lo disparó un Estado o una organización. Cuando tengo que proteger a Tel Aviv, no importa si el misil dice «made in Gaza» o »made in Iran» o si la firma es de Irán, Siria o Hezbolá. Mi responsabilidad es que el enfoque de diferentes capas que cubren todo el cielo, funcione.
Y para eso necesitamos una buena doctrina. Nos entrenamos, dedicamos mucho y tenemos capacidades que yo no subestimaría. No hay un cierre hermético, no hay plena seguridad, pero hay todo un sistema por el cual cuando tengamos que defender a Israel y protegerlo de la variedad de amenazas con las que hay que lidiar, estoy seguro que podremos hacerlo.

- ¿Usted suele dormir tranquilo por las noches?
- Mi rol es no dormir tranquilo, casi por definición, para que la ciudadanía pueda dormir tranquila.

- Más allá de lo operativo, aunque sí esté relacionado a la responsabilidad que usted lleva sobre sus hombros, quisiera preguntarle cómo ve el futuro. Y casi diría, no sólo como oficial en la Fuerza Aérea que está a cargo de la defensa activa, sino como ciudadano israelí que tiene dos hijos en el Ejército. ¿Cómo ve el futuro; cómo ve la vida en Israel?
- Creo que parte de lo especial y de la entereza de Israel, que lamentablemente nos hemos ganado con no poca sangre y lágrimas, es que se sabe aquí combinar el hecho que se vive bajo una amenaza con la continuación de la rutina diaria cuerda. Esto deriva del hecho que las Fuerzas de Defensa de Israel y el Estado van juntos. Hay mutua confianza, identificación y seguridad de que hay en quién confiar. Es algo que se confirma una y otra vez. Lo hemos visto en guerras y en el día a día. La combinación es clave, ganadora; lo digo como ciudadano, no sólo como oficial.
Yo he estudiado en el exterior y aseguro que afuera nos ven, hasta diría, con admiración, preguntándose cómo es que logramos vivir como vivimos, manteniendo la cordura, la normalidad. Esa es nuestra entereza. Hace ya 64 años que vivimos esta realidad.
No quisiera hacer profecías sobre el futuro; pero la verdad es que en base a materiales que conozco, que no son los que lee el ciudadano promedio, siento que es difícil ver una situación en la que esta realidad cambie dramáticamente. Cuando veo lo que pasa a nuestro alrededor, qué fuerzas operan alrededor nuestro, de países y de organizaciones, cerca y lejos, no veo cambio.
Así que yo seguiré sin dormir tranquilo; y algo me dice que en los próximos tiempos, no estaremos de brazos cruzados. La combinación de la que hablamos antes, es parte integral de nuestra vida aquí. Esto seguirá siendo parte de nuestra vida; tenemos que saber adaptarnos y vivir con ello. Lo hacemos. El país sigue adelante y continúa existiendo. Y eso es bueno.

- Respecto a Irán ¿siente que esta vez puede ser distinto en términos de amenazas, de frentes con los que Israel tenga que lidiar simultáneamente? Es que se habla de quiénes podrían atacar a Israel si Israel intenta destruir al menos parcialmente, en un operativo militar, las instalaciones nucleares de Irán.
- La amenaza puede venir de varios frentes y direcciones; y si lo dije es porque también en otros lados se habla de ello, no sólo aquí en esta oficina. Nos entrenamos, nos preparamos para ello; no es algo imaginario; no sería un escenario que nos sorprendería. Tenemos que prepararnos para ello y podemos hacerlo. Es sin duda uno de los escenarios que pueden darse. Sé que no tranquilizo mucho con esto, pero siento sin duda que hoy estamos más preparados para ello que ayer.

Fuente: Semanario Hebreo de Uruguay