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Yossi BeilinEl ex ministro de Justicia, Yossi Beilin, advierte contra una «guerra no sionista». El arquitecto intelectual del movimiento por la paz, dice que el miedo por Iran que impone Netanyahu pone a todos en peligro y pide una campaña pública contra un ataque israelí.

Yossi Beilin es una persona muy callada. Sin embargo, es una de las que más ha influenciado en nuestras vidas. Ningún ministro de alto rango ha tenido mayor impacto sobre otro cualquier primer ministro.


Como arquitecto intelectual, diplomático y empresario adulto y responsable del movimiento por la paz, trajo al mundo los Acuerdos de Oslo, el Acuerdo Beilin-Abu Mazen y la Iniciativa de Ginebra. Luego, la realidad de Oriente Medio y la opinión pública israelí rechazó el camino de la paz que propuso y Beilin se retiró de la escena política. Durante los últimos años ha estado trabajando con un grupo empresarial que hace convenios económicos y cuyo objetivo es la paz en Oriente Medio.

Pero en los últimos meses se lo ve preocupado; diría muy preocupado. Lo que preocupa a este ex secretario de Gabinete, ex vicecanciller y ex ministro de Justicia no es la bomba nuclear iraní. Lo que le preocupa es el posible bombardeo israelí a Irán.

En su oficina de Herzlía Pituaj, cerca de Tel Aviv, un Beilin vestido de negro me da sus respuestas a lo que expresaba en esta columna la semana pasada alguien que toma decisiones de alto nivel.
  
El primer argumento que nos lleva ahora hacia la guerra es que Irán es una amenaza existencial para Israel, le digo a Beilin: ¿Cierto o no? ¿Acepta este argumento?

«Irán es un Estado con un régimen problematico que promueve una ideología extremista por medio de la violencia y el terror», responde el arquitecto de Oslo.

«Si obtiene armas nucleares, su situación en Oriente Medio estará muy fortalecida. Podría llenar parte del vacío dejado por la partida de los estadounidenses de Afganistán e Irak».

«Se convertiría en un centro de poder, y algunos países árabes desean identificarse con ellos debido precisamente a su poder, y porque logró hacer frente a Occidente poniéndose de pié frente a él. Incluso es posible que Irán se convierta en un miembro no árabe de la Liga Árabe. La consecuencia de estos esfuerzos de los elementos extremistas en el mundo árabe será la prevención de acuerdos de paz con Israel».

«También puede haber casos de amenazas de usar armas nucleares. Así que un Irán nuclear es un asunto muy serio. Un Irán nuclear es un gran peligro. Pero no; no podemos aceptar que este peligro es un peligro existencial. Un Irán nuclear no es un peligro existencial. Se debe evitar decir - al igual que el terrorismo palestino - que es el fin del proyecto sionista».

«Pero el primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, dice que estamos en la misma situación que en 1938 - en referencia a los judíos en Alemania en ese año - y agrega que la combinación de un régimen terrorista con armas no convencionales resultará catastrófico; que si no detenemos a los iraníes ahora antes de dotarse de armas nucleares, podrían utilizar esos armamentos directamente contra Israel. Un buen día, una bomba atómica podría explotar en Tel Aviv».

«Netanyahu y yo hemos estado hablando de este tema desde hace años». Beilin me dice: «Les puedo decir que está siendo completamente sincero. Esto no es un truco diseñado como desviación de otros temas. Esto no es una especie de juego inteligente. Netanyahu cree firmemente que si los iraníes obtienen una bomba nuclear la van a lanzar contra nosotros. Por lo tanto, como él lo ve, justifica cualquier acción que pueda evitar este peligro. También hay justificación para casi cualquier costo de cualquier acción. Desde el punto de vista de un líder que piensa como Netanyahu, sería una irresponsabilidad no atacar. El peligro es tan grande que niega cualquier consideración contraria».

«Debo decir que el argumento de 1938 me desorienta. Creo que es infundado. El riesgo de que los iraníes dejen caer una bomba atómica sobre Israel es insignificante. Insignificante. El riesgo del uso de armas nucleares es muy, muy bajo. Cuando se llega a esta situación, las personas en Teherán no son una banda de lunáticos. Sí; el liderazgo iraní es extremista, pero no es irracional. Es conciente de las implicancias de tal acto, que no ha sido cometido por cualquier otro país desde 1945. Sería el fin para ellos. Serían borrados de la faz de la tierra. Una nación con una cultura milenaria que ha existido desde hace miles de años dejaría de existir. ¿Por qué Israel ha pasado décadas construyendo una imagen de disuasión? Sólo para que pueda hacer frente a esta amenaza sin verse obligado a tomar medidas extremas en su contra. Pero Netanyahu está actuando como si la disuasión israelí no exitiera. No voy a menospreciar. Él no es incapaz y no está loco o es mesiánico. Pero el primer ministro es evidentemente una persona ansiosa. Su nivel de ansiedad es mucho mayor de lo que se debería esperar de un líder nacional. Por lo general, la ansiedad trae irresponsabilidad; incluso podría provocar una guerra».

El segundo argumento que nos lleva hacia la guerra, le digo a Beilin, es que Estados Unidos no va a detener a Irán. Todo el mundo está de acuerdo en que habría sido preferible que la mayor superpotencia del mundo asumiera el reto nuclear chiíta. Sin embargo, la evaluación del primer ministro, y tal vez también la de su ministro de Defensa, Ehud Barak, es que la superpotencia no lo hará. La probabilidad de que una operación militar estadounidense es prácticamente nula. Por lo tanto Israel no tiene otra opción para salvarse que arreglarse por si mismo.

«Esta ansiedad de Bibi es también exagerada», dice Beilin de manera elocuente. «Está diciendo que nuestro mayor aliado nos está engañando. Él piensa que el compromiso explícito del presidente estadounidense para impedir que Irán obtenga armas nucleares no vale mucho. No estoy de acuerdo. En primer lugar, los estadounidenses han tomado un compromiso vinculante. Más allá de eso, tienen un interés en la prevención de la propagación de armas nucleares y la radicalización en Oriente Medio y en la defensa de sus aliados en el Golfo e Israel».

«Espero que lo que trataremos de hacer en el próximo año es llegar a un acuerdo razonable con los iraníes de que podamos convivir. Pero si los ellos rechazan la oferta, la posibilidad de que Estados Unidos use la fuerza contra las instalaciones nucleares de Irán es bastante alta. Creo que es muy superior al 50% de probabilidades. Así que no hay justificación para llevar a cabo ahora una operación israelí abrupta y apresurada. No hay certeza absoluta de que los iraníes están empezando a fabricar armas nucleares, y no hay ninguna base para decir que los americanos no usarán la fuerza contra ellos».

Yo digo que el tercer argumento que nos lleva hacia la guerra es el argumento sionista.

«Netanyahu y Barak dicen que un Estado soberano no puede poner su futuro en manos de otro país. Por lo tanto, consideran que es un deber de Israel atacar mientras todavía pueda hacerlo. En primer lugar, ¿por qué los judíos están reunidos en este país? Porque los judíos no quieren depender de otros, sino más bien determinar su destino con sus propias manos. Por lo tanto la opción en su efecto es la acción y no la inacción».
 
Yossi Beilin pierde su famosa calma, y así se expresa:

«Yo estoy en contra de un ataque a Irán ahora, ya que podría costar vidas humanas en Israel y podría costar vidas humanas en el mundo judío y podría causar daños económicos muy duros. Pero mi principal objeción deriva de razones sionistas. Cuando una persona que dice que estamos en Berlin de 1938, ¿que está diciendo en realidad? Toma tus maletas y vete. Si estamos en Berlín de 1938, no tiene ningún sentido quedarse aquí. No tengo ninguna razón de criar a mis nietos aquí. Esto es algo que no podemos aceptar. Este tipo de declaraciones me da escalofríos».
      
«Netanyahu aparentemente no entiende eso; pero su posición es la posición más antisionista que se puede afirmar. Si lo que dice Netanyahu es correcto, Herzl estaba equivocado. Los judíos se congregaron aquí para tener un refugio seguro. Pero si estos judíos están ante un peligro mortal porque algunos de sus vecinos tienen un arma destructiva terminal, sólo hay una conclusión: se deben dispersar; se deben dispersar inmediatamente».

«Porque yo nací aquí y porque mis padres me hicieron un sionista, no puedo aceptar este argumento. Me parece inconcebible que todo fue un error. Yo creo en éste país y no que tengamos que vivir como una sociedad con respuestas rápidas que se acude a ellas en un abrir y cerrar de ojos con el fin de evitar una amenaza lejana. Si; hay peligros y amenazas. Pero tenemos que lidiar con ellos de manera inteligente y con moderación y confianza en nosotros mismos. Para mí eso es el sionismo. Es la antitesis total de lo que Netanyahu está proponiendo».

Digo yo. Pero es muy posible que la guerra está a la vista de todos modos. Netanyahu y Barak van a leer lo que dice, pero no van a estar de acuerdo. ¿Qué va a hacer? No cree que es su deber y el deber de otros israelíes con legimitización internacional apelar al presidente norteamericano, Barack Obama, para prevenir un desastre? ¿No  le parece que sólo un compromiso inmediato, el americano, puede impedir un estallido de guerra con Irán?

«La falta de confianza entre Netanyahu y Obama se mantendrá incluso si el presidente le promete al primer ministro su compromiso cara a cara», dice Beilin. «Así que lo que se necesita es la diplomacia pública. Los estadounidenses necesitan subir una octava y usar palabras que no han utilizado todavía para hacer frente a la opinión pública israelí. Tienen que ser más claras y con un sonido más diífano de la que tenían hasta ahora. Desde que Estados Unidos teme una inminente operación israelí, debería hacer una declaración que lo comprometa a tomar medidas contra Irán cuando llegue el momento y no dejar lugar a dudas».

¿Apoya una campaña pública en contra de un ataque contra Irán?

«Durante generaciones hemos estado diciendo que el Ejército está para defender a la ciudadanía y por lo tanto el precio que tiene que pagar en tiempo de guerra es legítimo», dice Beilin. «Pero hoy Netanyahu y Barak están diciendo algo nuevo. Señalan que van a enviar ahora civiles al campo de batalla con el fin de evitar la muerte de civiles en el futuro. El público debe reaccionar ante esta declaración. Civiles israelíes tienen el derecho de decir no nos sacrificaremos por el bien de otros civiles. ¿Dónde está la justicia aquí? ¿Dónde está la lógica? No hay legitimidad histórica de tal operación por temor de que algo vaya a ocurrir en el futuro: la ejecución de un acto que hará daño a la economía israelí, a la diplomacia, a la estrategia y tal vez también cueste de cientos de vidas. Mientras todo se veía lejano y similar a un juego, vaya y pase. Pero ahora todo parece más real. Si es real, es horrible. De lo que Netanyahu y Barak están hablando es claramente de una elección por la guerra».

«No voy a estar a la cabeza de las protestas. Esa no es mi naturaleza; y hoy no estoy en un papel político que lo requiera. Pero creo que está bien que la gente esté diciendo: esperen un minuto, estamos hablando aquí de nuestras vidas. Nosotros somos los que serán asesinados. Así que creo que hay justificación para manifestarse; pero no deben ser manifestaciones sólo de la extrema izquierda. Tienen que ser grandes protestas de las principales facciones políticas de Israel. Yo esperaría que Shaul Mofaz y Shelly Yachimovich lideren una campaña pública en contra de un ataque a Irán. Zahava Gal-On, de Meretz, y Paz Ahora tienen que tomar parte en la lucha, pero Kadima y el Partido Laborista deben iniciarla. Esto no tiene nada que ver con paz o con el proceso de paz. Se trata simplemente de prevenir una guerra. Hoy en día es sin duda una buena razón llevar a cabo protestas masivas para evitar una guerra».

Fuente: Haaretz - 20.8.12
Traducción: José Adaszko