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«La historia no comienza con Mahmud Abbás»

Dra. Eilat MazarLa Dra. Eilat Mazar es una de las arqueólogas israelíes más conocedoras de lo relacionado al Monte del Templo en Jerusalén y de la historia de la ciudad tal cual se revela no sólo en los libros sino también en los hallazgos en el terreno. Es miembro del Comité Público destinado a impedir el daño de las antigüedades en el Monte del Templo.

El Comité, compuesto por respetadas figuras israelíes de distintos ámbitos y tendencias políticas, fue creado en el año 2000 al revelarse el alcance de un fenómeno preocupante: el «Waqf» destruía antigüedades en el lugar, y junto con el Movimiento Islámico de Israel, había excavado una zona enorme con el propósito de construir una nueva mezquita  sin control ni autorización. Sacaron del lugar en camiones unas 12.000 toneladas de tierra que fueron tiradas en el basurero municipal. Expertos de la Universidad de Bar Ilán que sospechaban al respecto, lograron sacar grandes cantidades de tierra del basurero y al inspeccionarla, encontraron importantes objetos arqueológicos .

- Dra. Mazar, en un discurso hace dos semanas, el residente palestino, Mahmud Abbás, intentó minimizar el vínculo histórico judío con Jerusalén y también expresó dudas sobre la existencia del Templo Sagrado. ¿Qué opinión le merece el tema?
- La historia no comenzó con Abbás. También estudiosos musulmanes, en distintas épocas, eran conscientes de la historia de Jerusalén y la reconocían. Esta no comenzó en el siglo VII cuando llegó el islam ni cientos de años antes de ello, sino milenios. Inclusive el «Waqf»,  el Consejo Musulmán Supremo, publicó en los años '30 una guía del «Haram al-Sharif», el Monte del Templo. Allí hablan del «Templo de Salomón» y se refleja plena conciencia de la historia del lugar y del hecho que el lugar de Haram al Sharif es donde estaba antes el Templo de Salomón y luego el Segundo Templo. La historia es larga. La importancia del lugar para los judíos es evidente , aunque el Rey Salomón y el Rey David son importantes también para los musulmanes. Sea como sea, la historia no comienza con Mahmud Abbás.
Dejando el populismo de lado, estoy segura que Abbás conoce la historia, aunque opta por desdecirse de ella. Creo que todo entendimiento al que se llegue, debe estar basado en lo que hubo en el pasado, a fin de llegar a un futuro mejor. Pero si Abbás se desdice de lo que también respetados expertos musulmanes admitieron durante mucho tiempo, hay un serio problema.

- ¿Qué opinión le merece el hecho que hay quienes intentan minimizar el vínculo histórico judío con Jerusalén? ¿Hay algún elemento para alegar en forma fundamentada que ese vínculo no está demostrado?
R: Si uno quiere hacer provocaciones, puede decirlo, pero es inconcebible; es como cerrar los ojos. El vínculo es histórico y muy fundamentado, acompañado de numerosas pruebas arqueológicas.

- ¿Ha habido en algún momento, de parte de  expertos o autoridades israelíes, quienes intentaron minimizar el vínculo musulmán con Jerusalén?
- Nunca oí de algo así. Jamás. Lo que sí sabemos es que de acuerdo a las distintas  épocas de conquistas de Jerusalén, hubo quienes construyeron sus propias edificaciones en lugares santos de otros. Los Cruzados, por ejemplo, erigieron en el Monte del Templo dos estructuras que para ellos eran del cristianismo. Y la mezquita de Al-Aksa se convirtió en una iglesia. Los Templarios construyeron en el Domo de la Roca un santuario y lo llamaron «Templo Salomónico». Luego el lugar volvió a servir como santuario de los musulmanes y Al Aksa volvió a ser una mezquita.
Las creencias pueden ser lo que uno quiera y los musulmanes pueden atribuir al Monte del Templo una gran santidad. Pero creo que nadie puede realmente competir con el sitio que el lugar ocupa en el judaísmo. Podría dar un ejemplo del propio Jesús. Aunque con él fue fundado el cristianismo, él mismo era judío. Y él mismo se refería al lugar, al Monte del Templo, sin duda alguna, como a un lugar sagrado para los judíos.

- Abbás acusó a Israel de que intenta provocar daños en la mezquita de Al-Aksa, una acusación muy seria que caracteriza los argumentos anti israelíes de numerosos palestinos en los últimos años. ¿Hay algo de cierto al respecto?
- Los palestinos lanzan esa acusación en cualquier tipo de situaciones, inclusive cuando Israel realiza excavaciones de salvación en la Puerta de Jaffa de las murallas de la Ciudad  Vieja, a aproximadamente un kilómetro del Monte del Templo. Es una mantra que se repite. Se haga lo que se haga, en la prensa árabe dicen que Israel quiere destruir Al-Aksa, que cava túneles para llegar a Al-Aksa. No importa la lejanía geográfica ni los hechos. Las acusaciones sin fundamento son repetidas una y otra vez.

- ¿No hay ningún tipo de excavación que realiza Israel que pueda hacer peligrar Al-Aksa, debilitar sus fundamentos?
- No conozco ninguna excavación israelí que pueda ponerle en peligro. Yo conozco muy bien las murallas del Monte del Templo, alrededor de todo el monte, y puedo afirmar que  todas sus partes inferiores, están sumamente firmes. Las partes superiores, que son de épocas posteriores, se ven perjudicadas, pero no por excavaciones israelíes sino por las hechas por el propio «Waqf».

- En la zona conocida como «Las Caballerizas del Rey Salomón»…
- Exactamente. Como resultado de los cambios que los musulmanes hacen dentro del Monte del Templo. Lo que data de la época herodiana, está intacto, pero hubo problemas y desmoronamientos de piedras en sectores posteriores, por las excavaciones descontroladas del «Waqf»...

- Para ampliar las mezquitas y el lugar de oración. Dra. Mazar, solemos decir que la mezquita de Al-Aksa fue construida donde estaba antes el Templo sagrado judío. ¿Qué sabemos al respecto?
- El tema de la santidad del lugar es conocido hace tiempo. La tradición de santidad existía desde hacía miles de años. En cuanto a la existencia misma del Templo Sagrado, es algo que históricamente resulta irrefutable. Pero además, toda esa zona está rodeada por murallas de hasta 40 metros de altura. En ningún otro lado se construyó  un complejo considerado sagrado de tal magnitud. Me refiero por supuesto a todo el espacio que se encuentra delimitado por los muros del Monte del Templo. El Muro de los Lamentos, recordemos, es sólo la parte occidental de toda esa zona sagrada, de aproximadamente 150.000 m² , rodeada de murallas imponentes. Y ninguna de esas murallas tiene fragmentos siquiera posteriores al Segundo Templo.

- ¿ Y se puede decir que la mezquita de Al-Aksa se construyó sobre las ruinas del Templo sagrado, del Segundo templo?
- No. Pero no hay duda alguna de que fue erigida sobre estructuras de la época del Segundo Templo, sumamente suntuosas, que eran parte de la zona sagrada en la que estaba el Templo. Allí no hay nada posterior a la época del Segundo Templo. Tenemos, por ejemplo, la puerta de Hulda, con elementos arqueológicos magníficos hasta el techo. Y sobre eso fue construida la mezquita de Al-Aksa. Es un hecho que el Segundo Templo fue anterior a Al-Aksa. Lo que ellos convirtieron en un nuevo templo es una estructura de la época del Segundo Templo, que se encuentra debajo de Al-Aksa.

- O sea… quizás no sobre las ruinas mismas del Templo, pero sí en el Monte del Templo por cierto; lo cual lo vemos hasta hoy...
- Por supuesto. Es que hay que distinguir entre el Templo sagrado mismo, que se encontraba en la cima de la montaña, y toda la zona sagrada que lo rodeaba. No era casualidad que la gente debía purificarse antes de entrar al Monte del Templo. Toda la zona era sagrada. En la cima misma está el Domo de la Roca, pero alrededor está repleto de restos arqueológicos que se mantuvieron de modo impresionante desde hace 2.000 años. Eso, como decía, está dentro del Monte del Templo. Por eso no hay duda de que la mezquita de Al-Aksa fue erigida sobre restos de la época del Templo, que se hallaban en la zona sagrada, en el Monte del Templo.

-Cabe suponer, por cierto - quizás hasta parezca ingenuo preguntarlo - que la intención de fondo era desdibujar la presencia judía en el lugar y sustituirla.

- Cuando los musulmanes conquistaron Jerusalén, eligieron el lugar más sagrado para dirigir  sus propios asuntos sagrados. No es casualidad. Conocían la historia de santidad del lugar. La elección fue explícita, en los tiempos del Califa Omar, que tenía un asesor judío que se había convertido, y que le dijo claramente dónde estaba el Templo sagrado de los judíos.

Fuente: Semanario Hebreo de Uruguay