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"La 'Primavera árabe' marcha hacia el islam"

Dr. Mordejai KeidarEl doctor Mordejai Keidar es considerado uno de los más destacados expertos en el islam en la academia israelí. Es catedrático en el Departamento de Historia de Oriente Medio en la Universidad de Bar Ilán e investigador en el Centro Begin-Sadat de Estudios Estratégicos.

Por su gran dominio del idioma árabe, el doctor Keidar es uno de los israelíes más solicitados para entrevistas en diferentes medios de la regióny del mundo.

Este es un resumen de nuestro diálogo sobre la situación en diferentes partes de Oriente Medio a raíz de las protestas populares, con especial énfasis en la situación tras las elecciones en Egipto.

- Dr. Keidar, Oriente Medio no es homogéneo y tampoco lo han sido sus protestas. ¿Hay algún común denominador?
- Diría que lo más evidente el islam se va prolongando y es cada vez más grande e influyente. En Irán tenemos al régimen de los Ayatolas; en Turquía está hace tiempo el primer ministro Erdogan; en Gaza están los islamistas palestinos de Hamás y en otras partes, en las que hubo protestas, los cambios parece que también pueden conducir a ello: Túnez, Marruecos y aparentemente también en Libia puede suceder. En Egipto, ya es oficial.

- ¿Esto le preocupa?
- Creo que esta situación ensombrece la región que nos rodea. Los pueblos pobres, la gente sin empleo, la que se siente abandonada, se cansó y se levantó. El problema es que la denominada "Primavera árabe" corre hacia lo que considera es la luz verde del islam donde cree que está el paraíso, no hay pobreza ni carencias... donde cree que no tendrá limitaciones. Y en la práctica, no es así.

- Es especialmente fuerte el mensaje del resultado de la primera ronda de elecciones para el Parlamento egipcio... - Parece que los propios islamistas se sorprendieron.
Eso es indudable. Los Hermanos Musulmanes ganaron más de 41%, pero en gran medida se lo ganaron porque estuvieron presentes para ayudar a la gente donde las autoridades no lo hacían. Pero la gran sorpresa fueron los salafistas.

- Que son más extremistas, fundamentalistas duros...
- Por supuesto. Ganaron 24.4% de los votos, una cifra importantísima. Y para comprender el significado de algo así, creo que es útil recordar la diferencia entre ellos y los Hermanos Musulmanes. Una forma de explicar esa diferencia es decir que mientras los Hermanos Musulmanes intentan hallar la forma de adaptar el islam, que nació en el siglo VII, a la sociedad del siglo XXI, los salafistas quieren adaptar la sociedad del siglo XXI a la religión que nació en el siglo VII. Es una diferencia abismal...

- Frente a la imagen tan dura que tienen los Hermanos Musulmanes, son un lujo al lado de los salafistas...
- No voy a decir que los Hermanos Musulmanes son simpáticos y me gustan... pero son mucho más pragmáticos que los salafistas. Las mujeres de los Hermanos Musulmanes no andan todas tapadas mientras que las de los salafistas andan totalmente cubiertas, se les ven sólo los ojos, llevan guantes.

- ¿Se han pronunciado sobre la imposición de la ley religiosa?
- Sí. Abdel Manam Shehat, uno de sus líderes, ya declaró que la sharía, la ley religiosa islámica, tiene que ser la ley del Estado, determinando la ciudadanía, la igualdad y las libertades. Y eso significa que los coptos, los cristianos egipcios, pueden perder su libertad y quizás hasta su ciudadanía.

- ¿Se animarán a tanto?
- Claro que sí. Los coptos se consideran los habitantes originales de Egipto, descendientes inclusive de los faraones, pero a ojos de los salafistas, todo eso es sacrílego y ensucia al país. Dicho sea de paso, están contra el turismo en Egipto porque consideran que no es puro. Es un problema para un Estado que vive tan intensamente del turismo.

- ¿Qué cree que puede pasar en las siguientes rondas de los comicios? ¿Se repetirá la tendencia ya registrada?
- Sí, con seguridad. Al parecer esta será la estructura, aproximadamente, más del 60% de votos islamistas de distintos matices. Lo primero puede amedrentar o puede alentar. Y esto puede llevar a que el presidente sea muy débil y el Parlamento resulte el de mayor capacidad de dominio.