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Escalada de violencia en el sur de Israel


"Volvemos a la realidad anterior a la operación Plomo Fundido", nos dice en una entrevista Alón Schuster, Jefe del Consejo Refional Shaar a Neguev, refiriéndose a la reciente escalada en los lanzamientos de misiles desde la Franja de Gaza.

Antes del fuerte ataque de Israel a la infraestructura de Hamás en Gaza, lanzado en diciembre de 2008, la lluvia de cohetes disparados desde el territorio palestino hacia el sur de Israel era un hecho constante. Llegaron a haber decenas en un día. Uno de ellos cayó relativamente cerca de Alón Schuster, Jefe del Consejo Regional Shaar Hanegev que agrupa a varias de las poblaciones de la zona, en su mayoría localidades agrícolas  comunitarias. Alón, miembro del Kibutz Mefalsim, hijo de argentinos israelíes, intentaba preservar cierta normalidad en su vida, con la corrida diaria, y por suerte no sufrió heridas de ningún tipo.

Hoy, al volver a intensificarse los disparos de misiles Kassam desde la Franja de Gaza, resume el año de "calma" transcurrido y comprende que de hecho, no había sido más que un intervalo. Así nos lo cuenta, desde el sur de Israel.

- Alón ¿qué está pasando? ¿Escalada nuevamente?
- Hace ya más de una semana que vuelve a intensificarse constantemente el fuego. Tuvimos aproximadamente un año de calma mucho mayor que antes, con algunas semanas sin cohetes, pero ahora todos los días nos disparan Kassam desde Gaza. Hasta los sonidos de falsa alarma alteran a la gente, como es natural. Lamentablemente, tengo que decir que volvemos a la realidad anterior a la guerra.

- Comprendamos la situación exacta, porque aquí entiendo que todo es relativo: ahora hablan de escalada, pero no es que antes había calma absoluta ¿verdad?
- Claro que no. Para nada. Tampoco después de la guerra llegó a ser verdadera calma, aunque era muchísimo mejor que el infierno anterior.  Un poco de números pueden ayudar. En 2008 cayeron en el sur, en la frontera con Gaza, cerca de 4.000 cohetes hasta el comienzo de la guerra.

- Y según los datos del ejército, desde la guerra en Gaza finalizada en enero de 2009, cayeron aproximadamente 340 cohetes...o sea que es un promedio de casi uno por día...¿Esa es la "calma"?
- Así es. Tanto dijimos que la guerra nos trajo calma...pero  comprendimos que calma absoluta no hay...

- En el mejor de los casos es una calma muy relativa... ¿Cuál fue el período más largo sin misiles?
- Tres semanas, un mes, raramente...no más.Pero fue muy excepcional que pase "tanto" tiempo sin disparos.

- Pero lo interesante es que ustedes mismos, las autoridades de la zona, la gente de las localidades cercanas a la Franja de Gaza o mejor dicho al alcance de sus cohetes, hablaron en el transcurso del último año sobre "la calma". Destacaron repetidamente cuán buena es, cuánto les cambió la vida...y ahora resulta que no era calma en el sentido puro de la palabra...
- Es que sentimos un cambio porque en el transcurso del año que sucedió a la guerra  hubo un salto de varios niveles. Ante todo, hay creciente interés en nuestras localidades y en la práctica mucha gente viene a asentarse acá. Junto con la ciudad de Sderot, te puedo decir que se trata de cientos de familias. También los estudiantes volvieron al Colegio Sapir, aunque no pudimos otorgar todas las becas que quisiéramos. En el parque industrial Sapirim ya colocamos todas las parcelas que teníamos. En resumen, todos los parámetros son muy positivos. Pero claro está que al aumentar la tensión, todo corre riesgos. Siempre sucede.

- ¿Qué aspecto diría que es el más difícil de todo ésto? Es que hay épocas mejores y luego un nuevo deterioro...pero eso también significa que junto al  peligro, hay esperanza...
- Creo que lo peor es el hecho de que nos sentimos rehenes de un régimen terrorista que gobierna Gaza. Está claro que en el plano interno voy a destacar que estamos acá y que vamos a quedarnos en cualquier situación. Pero hacia afuera tengo que explicar también que objetivamente lidiamos con ataques desenfrenados del otro lado. En lo que se refiere a la situación a ambos lados de la frontera entre Gaza e Israel, soy categórico e inequívoco: ellos nos atacan y nosotros respondemos. Si no nos atacan, nadie dispara desde Israel a Gaza.

- Y ésto no me lo está diciendo un extremista de derecha, que yo sepa...
- En absoluto. Esto lo está diciendo alguien que considera que hay que crear un Estado para los palestinos en base a las fronteras de 1967, alguien que pensó que había que salir de la Franja de Gaza aunque esté gobernada por Hamás. Es bueno que no estemos allí para que Israel se afiance en sus fronteras como Estado judío y democrático. Pero Hamás es un enemigo asesino y manipulativo que no nos quiere aquí en Oriente Medio y lo demuestra todo el tiempo.

- Este complejo mosaico ¿cree que radicalizó las posiciones de la población? En otras palabras: ¿la gente se movió hacia la derecha por culpa de los misiles y por la naturaleza del vecino de enfrente, Hamás?
- Las posiciones básicas de nuestra gente y creo que del público en general del país, no cambiaron a plazo intermedio y largo. O sea, apenas veamos que hay un interlocutor serio, como sucedió en los tiempos del presidente Sadat de Egipto y el Rey Hussein de Jordania - o lo que parecía al principio Arafat al frente de la Autoridad Nacional Palestina - el otro lado recibirá lo que todos sabemos es el precio de la paz. Pero el problema es que en la última década, mucha gente que antes apoyaba las posturas del grupo pacifista "Paz Ahora" - yo entre ellos - o que está ubicada del partido laborista o de Kadima hacia la izquierda, comprende ahora que la mayor parte de la responsabilidad por la situación no recae sobre Israel. Ahora se entiende que la mayor parte de la responsabilidad recae sobre el liderazgo palestino. Cuando haya un liderazgo palestino dispuesto a reconocer no de facto sino de jure a Israel y decir que los judíos tenemos derecho a nuestro propio Estado nacional en Oriente Medio, en pocos meses una clara mayoría de israelíes aprobará un plan de paz que siga, más o menos, las líneas del programa del ex presidente Clinton, con sus retiradas y divisiones.

- ¿Es usted capaz de ver la luz al final del túnel?
- No lo sé. No soy sociólogo ni experto en los árabes. Años atrás la gente pensaba que el comunismo era para siempre, que el Shah de Persia era para siempre, que el partido laborista era eterno; pero hoy ya no tengo ni idea. Sólo sé que mi misión es mantenerme firme hasta que los líderes de nuestros vecinos sean otros o hasta que los actuales cambién básicamente su concepción de la situación.

- ¿Pero depende sólo de ellos? ¿Israel no comete errores?
- Creo que en este tema, todo depende mucho más de ellos que de nosotros ya que nos vemos obligados a reaccionar a las políticas de los árabes. La realidad ya ha demostrado que apenas los árabes muestran que están dispuestos verdaderamente a hacer la paz, el Estado de Israel da todo de sí para concretarla. Fue así con Egipto y con Jordania. No tengo ninguna duda de que apenas los palestinos den decididamente un paso adelante, el pueblo de Israel impondrá a su gobierno la decisión correcta.