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“La paz está llegando”

Saeb Erekat (55), es probablemente el rostro palestino más conocido por los israelíes. Estuvo al frente de las negociaciones con Israel desde el comienzo del proceso de paz. Pero ahora, a raíz de la publicación en "Al Jazeera" de documentos robados de su oficina, decidió renunciar.

Sin embargo, no tiene dudas: a la paz se llegará. Así lo cuenta en una entrevista especial, desde su oficina en Ramallah.

El "error" y la renuncia

- Dr. Erekat ¿por qué dimitió? Será extraño informar sobre las negociaciones israelí- palestinas, sin mencionarlo a usted...
- Durante los últimos 32 años, Saeb ha estado hablando demasiado sobre la transparecia, el gobierno de Derecho, los derechos de la mujer; Saeb Erekat escribió una vez que si se arranca un árbol por error en Palestina, el primer ministro debería dimitir. ¿Y qué pasó ahora? Por la negligencia de Saeb Erekat, alguien robó de su oficina los documentos más secretos. La comisión investigadora determinó que fueron robados de mi oficina. Entonces, Saeb Erekat decide actuar de forma ética, para ser un ejemplo para el futuro de Palestina. En lugar de encontrar excusas como hacen los políticos, dije: cometí un error, fue mi culpa, así que dimito.
No presenté mi renuncia como táctica ni tampoco por la sustancia de los documentos. Todos saben que lo que estaba negociando era la fórmula de dos Estados, fronteras del 67, cambios territoriales de común acuerdo, una solución acordada sobre el tema de los refugiados. Eso todos lo saben.
Al Jazeera, que lo publicó, tiene derecho a lanzar un "scoop". Mi problema con Al Jazeera no es que publicaron sino que editaron, mintieron, fragmentaron los documentos y lanzaron una viciosa campaña contra mi y mi familia, llamando a asesinarme físicamente y a asesinar a mi familia.

- ¿Hubo un llamado explícito a matarlo?
-  Le explicaré por qué lo digo. ¿Usted vio la película "El exorcista"? Bueno, la música que tocaban cuando Linda Blair bajaba las escaleras, era la música que ellos pusieron cuando colocaron mi cara por primera vez en la pantalla. Y cuando terminaron la entrevista conmigo, la música que tocaban era la de una escena de "Jaws" (Tiburón), cuando Roy Schroeder era devorado por el tiburón. ¡Se lo juro por Dios! Eso no es periodismo. El editor de Al Jazeera actuó como un Comandante en Jefe para librar una guerra, para matar, ver sangre.

- ¿Pero por qué? ¿Para qué?
- Honestamente, no lo sé. En uno de los programas me presenté con los 1.800 documentos en una carpeta. Le dije: "Olvídese de los documentos filtrados. Estos son los auténticos. Se los doy". Y él me dijo "no, no...".

- Que no lo vaya a confundir con los hechos, como el dicho popular...
- Exactamente. En negociaciones uno habla demasiado, pero estaban las actas, y estaban los documentos oficiales, sobre Jerusalén, refugiados... Los guardamos antes de entregarlos el año pasado a Qatar, Jordania, Egipto, la Liga Árabe. No los quería... Cuando le dije "estos son nuestros mapas y lo que ustedes mostraron en pantalla eran los mapas de Olmert", no los quería. Le dije: usted está diciendo que soy culpable, soy condenado, debo ser condenado y luego de vuestra inquisición, debo ser juzgado injustamente. ¿Esa es vuestra propuesta? No me aclaraba nada. ¿Por qué? No sé. Nunca en la historia de los árabes hubo una campaña tan cruel como la que lanzaron contra mi y mi familia.

- En realidad todo esto no debería haber sorprendido demasiado. Hace mucho que se considera que Al Jazeera adopta una línea favorable a Hamás...
- Pero eso a mi no me importa. Su línea editorial no es el tema aquí. El tema es lo que hicieron periodísticamente, mintiendo abiertamente. Pero a lo que voy con todo esto, es a que yo no podía, desde un punto de vista ético, actuar como si no hubiera pasado nada, y hacer que mi esposa y la gente que me conoce de toda la vida, se ría de mi y diga "habla mucho pero cuando le toca a él, no actúa como se debe". No tenía más remedio que dimitir.

- ¿Y no hay nada que le convenza de cambiar de actitud, por el hecho que de fondo hay algo más grande que su posición personal, la negociación con Israel que usted conoce tan bien?
- No, nada. Se cuenta que una vez De Gaulle estaba deprimido y cuando sus asesores le quisieron alentar, le dijeron que lo necesitan, que no pueden hacer nada sin él. Él los llevó a la ventana de su oficina, la abrió y les señaló el cementerio que se veía desde allí. "Ahí está sepultada mucha gente que creía que era indispensable", les dijo. Nadie es indispensable.

- Lo pueden suplantar...
- Claro que sí. Los palestinos tienen una cabeza brillante, son ricos intelectualmente. No dejaré un vacío. He presentado mi renuncia pero me aseguraré de que cuando le entregue todo al presidente Abu Mazen, el 31 de marzo, esté todo perfecto. Tenemos muchas obligaciones que terminar y no dejaré nada por la mitad.

- ¿Qué va a hacer después?
- Soy profesor de universidad y siempre puedo volver a eso. Además, tengo tres cargos para los que he sido electo: representante de Jericó en nuestro Parlamento, miembro del Comité Central de Al Fatah y miembro del Comité Ejecutivo de la OLP. ¿Renunciar a todo? Todavía estoy pensando qué hacer.

- ¿En serio? ¿Piensa dejar todo?
- Todavía lo estoy pensando. Si queremos crear un Estado basado en los principios correctos, hay que actuar así. Tengo dos hijas mellizas que están por cumplir 30. Una es cirujana y la segunda termina su doctorado en la Sorbonne dentro de poco. Ambas se han enamorado, casado y me han convertido en abuelo. Tengo un hijo que está terminado su maestría en Nueva York y el menor, de 19 años, en la universidad. ¿Por qué no puedo dejar algo bueno para ellos? Quiero que dentro de 20 años, cuando alguien se equivoque en alguna oficina palestina, recuerde a Saeb Erekat y diga que aquel error no había sido sólo suyo, pero él supo reaccionar con valentía.

El futuro de la paz

-  Y con las negociaciones... ¿qué pasará?
-  Los palestinos y los israelíes no son mejores que los chilenos, los argentinos o los ingleses. Son simplemente diferentes. Yo vengo de Jericó, que tiene 10.000 años. Cuando miro por la ventana desde mi habitación, veo el lugar en el cual Jesús ayunó durante 40 días, el Monte de la Tentación. Viajo siete minutos de mi casa y veo el Mar Muerto, la tierra de Lot, donde su mujer se convirtió en una estatua de sal. A cuatro minutos caminando de mi casa estaban las murallas que Yehoshua Bin Nun derribó cuando llegó a Jericó. Con todo esto a mi alrededor, honestamente, no puedo menos que hablar con usted en términos de insinuaciones históricas. No puedo pensar en mañana sin pensar en la historia. Y lo mismo es aplicable a mis primos, los israelíes.

- Eso suena a algo que los une...
- No es lo único... ¿Qué hacemos entonces? Algunos dicen que Dios negoció con la tierra y le dijo a unos "esta tierra es tuya". Otros dicen que esta tierra es "waqf" (J.B: sagrada para el Islam). Lo que yo tengo clarísimo es que Dios no nos dijo matarnos unos a otros. Islam , cristianismo y judaísmo no son religiones de matar, sino de sanar, de conciliar, de coexistir. O sea que tenemos que pasar un proceso muy largo para garantizar que las mentes de israelíes y palestinos alcancen el nivel de la mutua acomodación, de poder ver el otro lado de la historia.

- ¿Se puede?
- Ya estamos ahí. Le aseguro que estamos ahí. En ambas sociedades, el 70% sabe que habrá una fórmula de dos Estados, fronteras del 67, cambios territoriales, que para los refugiados habrá una solución justa, que Jerusalén Este será capital de Palestina y Jerusalén Oeste capital de Israel, pero sin que tengamos para nada que dividir la ciudad. No hay por qué dividirla.

- ¿Qué falta ahora para solucionar entonces lo pendiente y llegar a un acuerdo?
- Ahora los palestinos están prontos. Sus líderes están dispuestos a firmar. Pero los israelíes no.

Entenderse

- Usted habló antes de historia. Y los israelíes sienten que tienen que recordar lo que otros hicieron antes para que no se vuelva a cometer errores. Y no analizan sólo lo que pasa ahora, sino haciendo memoria... ¿Usted entiende los temores israelíes?
- Sí. Los israelíes son gente normal. Tienen gente buena, gente mala, genios, estúpidos, los mejores virtuosos del mundo y también prostitutas. Igual que nuestra sociedad. Tienen también temores y preocupaciones, claro que sí. Tengo que comprenderlos, pero no significa que tengo que aceptarlos. Yo también los tengo. Quiero que los israelíes los entiendan, aunque no los acepten. No me voy a levantar cada mañana pensando y doliendo por el sufrimiento de los israelíes cuando me siento a negociar con ellos. Ellos tampoco se despiertan pensando en el sufrimiento palestino. Cuando hay conflicto, hay choque de intereses. Cualquier conflicto, también entre naciones. Debemos observar cómo van madurando las tablas de intereses, y al final, los negociadores no deben sentir que están en un campo de batalla, sino en un territorio común que se encuentra para resolver los problemas.

- ¿O sea que no siente que está todo perdido?
- Claro que no. La paz está llegando. Los judíos no se convertirán al cristianismo ni al islam ni serán palestinos y nosotros no nos convertiremos al judaísmo y en israelíes. ¿Qué hago con ellos entonces y qué hacen ellos conmigo? La única solución es que haya dos Estados. Está llegando, está viniendo. Ahora, lamentablemente, no tenemos un interlocutor en Israel. Binyamín Netanyahu no es un negociador. Hay diferencia entre negociar duro y no negociar. Este hombre es un ideólogo, no siente que el interés de que Israel se verá servido a través de la negociación.

- Él sostiene que el problema es que los palestinos no aceptaron volver a negociar...
- No es verdad. Volvimos, el presidente Abu Mazen se reunió horas con él. Pero él no está a favor de dos Estados. Quizás se necesite un terapista para él, que aprenda a decir los números uno, nueve, seis, siete... fronteras del 67. Le ruego, vaya usted a Netanyahu; si él le dice "dos Estados , 1967", yo voy esta noche a verlo, dejo de lado mi renuncia.

- En todos estos años ¿usted aprendió cosas sobre los israelíes que otros palestinos desconocen?
- Nadie conoce a los palestinos mejor que los israelíes, y nadie conoce a los israelíes mejor que los palestinos. Cada uno sabe cómo piensa el otro. ¡Somos tan similares! Lo primero que nos hacen, a ellos y a nosotros, cuando nacemos, es circuncidarnos. Cuando yo viajo al exterior, pido en el avión comida "kosher", porque nosotros tampoco comemos cerdo. Tenemos el mismo ADN. Y somos tan articulados. Pero tenemos un defecto: tenemos ojos más que nada para lo que no se ha logrado. Además, necesitamos preocuparnos. Y somos muy susceptibles cuando intentan atemorizarnos. Pero la paz está llegando.

- ¿Por qué lo dice? ¿Qué ha visto en el terreno como para decir eso?
- Es que he estado allí. He estado con la crema de la crema del pensamiento israelí y sé lo que piensan. Me conocen. Conocemos los parámetros del acuerdo. Ahora los negociadores no son necesarios. Ahora se necesita a quien tome decisiones. Había ya una cita pactada para concretar cosas; habría sido coordinada a través de Estados Unidos. Era para el 3 de enero del 2009. Pero pocos días antes, fueron a la guerra en Gaza.

Entre divisiones y pretextos

- Ahora que menciona Gaza... ¿hay algo de lo que usted conoce de los israelíes, que le puede explicar a Hamás y lograr que giren de posición? Y, por supuesto, no me refiero a que les diga "miren, los israelíes son maravillosos"....
- Lo que yo le digo a Hamás es: ustedes son un partido palestino, que con vuestro golpe de estado y vuestra división de Gaza, nos han colocado en la peor situación de nuestra historia. Si no nos ayudamos a nosotros mismos, nadie nos ayudará. Si yo fuera Netanyahu, haría que esta división dure por siempre, porque es su coartada. Puede decir ¿con quién haré la paz? ¿con Ramallah o con Gaza?

- Él no inventó esta división...
- Claro que no, no lo estoy culpando. Sólo estoy diciendo que usa esa división. Por eso les digo a Hamás que dejen ya esta postura, que recuperen sus sentidos, que vuelvan a ser palestinos, que vayan a las urnas y dejen las balas (como se dice en inglés: ballots, not bullets). Resolveremos nuestros problemas mediante las urnas, no con las balas.

- ¿Qué cree usted que Hamás quiere lograr?
- (suspiro)... La verdad es que no estoy en posición de decirlo, pero lo seguro es que nos dañan y que la razón por la que hacen lo que hacen es que son parte del movimiento de la Hermandad Musulmana y es la primera vez que tienen dimensión territorial. Realmente espero que acepten ir a elecciones. Esta es la única forma de solucionar las cosas. Por ahora rechazan todo... elecciones, diálogo... todo.

- ¿Habrá elecciones palestinas?
- Tarde o temprano aquí habrá elecciones, nos reconciliaremos. Anote lo que le digo: si Egipto se democratiza , el primer cambio será en Gaza, no en Yemen. No digo que Hamás será derribado. Podrá ser parte del poder político de gobierno, pero sólo a través de las urnas, no como producto de un golpe.

Revolución regional

- ¿Qué se viene en Egiptoí? ¿Un gobierno islámico?
- Creo que Bin Laden y los Hermanos Musulmanes quedarán marginalizados, porque los jóvenes del movimiento democrático les han dicho: no queremos violencia. Lo han logrado sin ella.

- ¿Cómo evalúa usted lo que sucederá allí de ahora en más?
- Algo hermoso. Lo que está pasando es lo mejor para los árabes. Siempre dije que hay dos cosas necesarias para salvar a la región de los extremistas: paz entre israelíes y palestinos y democracia en el mundo árabe. Los que dicen que los árabes no están prontos para democracia son racistas.

- ¿Por qué? El hecho es que en el mundo árabe no ha habido hasta ahora democracia...
- Ahora la hay. Egipto abrirá el camino. Y esa será la mejor red de seguridad para la paz. Nadie deberá temerlo, salvo Hamás y Bin Laden. La revolución egipcia es histórica y muestra que los árabes sí pueden vivir en democracia. Y eso será lo mejor para los palestinos y para la paz en la zona.

Fuente: Semanario Hebreo de Uruguay