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«Estoy comprometida con la paz»

NoaAhinoam Nini (45), conocida fuera de las fronteras de Israel como «Noa», realizó recientemente una serie de presentaciones por Brasil, Chile, Argentina y México, antes de la cual tuvimos oportunidad de entrevistarla y conversar largamente con ella. Le recordamos que hace pocos años, estuvo también en Uruguay.

Noa nos contó emocionada sobre la gira que estaba por comenzar, sobre los preparativos y la dedicación para lo que no ve como un trabajo, sino como una gran pasión.

Omitiremos aquí los detalles referentes a lo que iba a incluir su espectáculo, dado que a Montevideo esta vez no llegó. Aún así consideramos, sin embargo, que es oportuno dedicarle este espacio, ya que esta cantante israelí siempre acompañó su creación artística con firmes posiciones políticas en pro de un arreglo de la paz con los palestinos.

Pero lo que tiene de singular es que la misma firmeza con la que defiende una solución de paz, rechaza todo llamado de boicot a Israel. Se identifica claramente como sionista y considera que precisamente por ello, aspira a una vía que conduzca a la paz.

Noa es la cantante israelí que más caminos ha abierto en carrera internacional, combinando sus propias presentaciones con famosos duetos interpretados con gigantes de la música, como Charles Aznavour, Sting, Joan Manuel Serrat, Quincy Jones, Miguel Bose y muchos más.

También en la gira que acaba de realizar, cantó invitada en dos conciertos de Joaquín Sabina en Ciudad de México, con quien ha entablado una cercana amistad, habiéndolo conocido a través de Serrat, a quien la une desde hace años un vínculo de gran cariño y respeto profesional.

Dentro de muy poco cumple ya 25 años sobre el escenario, compartidos con su gran socio, el guitarrista Gil Dor. Juntos han sacado 16 álbumes, el primero de ellos en 1991.

Suele cantar - y lo ha hecho también en Uruguay años atrás - en hebreo, inglés y yemenita, reflejando claramente su identidad como artista multicultural, ya que nació en Israel, es hija de padres judíos oriundos del Yemen y entre los 2 años de edad y los 17 creció en Estados Unidos, tras lo cual volvió a su país natal, para hacer el servicio military obligatorio. En ese marco, fue miembro de un conjunto musical del ejército israelí.

Pocos días antes de partir a su gira reciente , esta artista israelí que asegura se ha visto influenciada por Joan Baez, Paul Simon, Joni Mitchell y Leonard Cohen, nos contó sobre sus convicciones y sus amores. Admitió que la música era todo su mundo, hasta que se convirtió en madre… y que ahora, su familia (su esposo, que es médico, y los tres hijos de ambos, de 14, 10 y 5 años), son lo más
importante en su vida.

Es notorio que le cuesta resumir el cúmulo de vivencias que la vida le ha deparado, una de las cuales fue haber sido invitada a cantar «Ave Maria» ante el Papa Juan Pablo II, en el acto central en el Vaticano, al culminar «El Año de la familia». Se siente privilegiada por lo que le ha tocado vivir hasta ahora… y siente que la gran asignatura pendiente es el logro de la paz entre Israel y los palestinos, una causa por la que esta cantautora comprometida
políticamente, asegura que seguirá luchando.

- Noa, me consta que no te gustan las etiquetas; así que estimo que no categorizarías tampoco a tu propia música ¿no es así?
- Exactamente. Ya tengo 25 años de carrera, me han pasado muchas cosas maravillosas, y realmente creo que es muy difícil introducir mi música en una categoría determinada. Para mí el género no es lo importante, sino la esencia, el contenido, la resonancia.

- De hecho, en tus interpretaciones combinas a menudo distintos estilos… ¿Es por haber tenido influencias variadas?
- Es bien sabido que siempre sentí que me influyeron grandes cantantes como Paul Simon, Joni Mitchell o Leonard Cohen. También me han comparado con Joan Baez por el tipo de voz y por su arista política. Pero te diré que siempre escuché, también de chica, música clásica y música yemenita… y cuando vivía en Nueva York, también mucho jazz. Claro que no dejé de lado la música israelí clásica de los años '50: Esther Ofarim, Shoshana Damari y Sara Levy Tanay.

- ¿Y cómo se distingue entre la influencia y la imitación?
- Uno puede tener las influencias pero luego agrega sus recuerdos, voluntades, sus anhelos, sus perspectivas, esperanzas, lo que viene de muy hondo. Y uno trata de crear una nueva obra, que se basa en lo pasado pero también abre caminos. Quizás, en realidad, más que hablar de influencias, lo apropiado sería hablar de inspiraciones.

- En tus conciertos en la gira actual, en cuatro países latinoamericanos, incluyes algunas canciones en español, pero no porque la intención sea «congraciarte» con el público, ¿verdad?
- Así es. Creo que el artista va a presentar su arte, no a entretener al público. No se trata de cantar algo en español para que el público se divierta, sino porque uno comparte con la gente que va al concierto, distintos elementos que le resultan cercanos a su corazón. Y yo incluyo en mi repertorio, canciones en español que me significan mucho.

- Y uno de tus vínculos más fuertes con la canción en español, es tu amistad con Joan Manuel Serrat, ¿verdad?
- Así es, me siento honrada y privilegiada por este vínculo. Serrat es una persona maravillosa, una persona de bien, humilde, sencillo, buena gente. Me escribió una Hermosa canción, «Es caprichoso el azar» y la cantamos juntos. Me ha invitado en innumerables ocasiones a cantar con él. Y debo reconocer que además de lo mucho que lo quiero, como persona y como artista, él me ha ayudado mucho a difundir mi música en España. Ha sido muy generoso. Y a través suyo conocí y he hecho amistad con Sabina, con quien también he cantado.

- Recuerdo que el año pasado, cuando ellos se presentaron en Israel, te invitaron a cantar con ambos. Fue hermoso.
- Para mí, inolvidable.

- Noa, una dimensión muy conocida de tu actividad, es la defensa de la necesidad de que se logre la paz entre Israel y los palestinos. Y lo has traducido no sólo en pronunciamientos políticos directos, sino también en proyectos o presentaciones conjuntas con artistas árabes. ¿Cómo ha sido eso?
- Es cierto; ante todo, este es un tema muy importante para mí. Mi hijo mayor, dentro de cuatro años tendrá que hacer el servicio militar obligatorio, y yo no pienso dejar todo en manos de los gobernantes, cuando discrepo con su política, sin tartar de influir y convencer. Hay gente que se enoja cuando un artista da opinión política, como si usara el escenario de forma indebida. Y claro que no quieren oír posturas con las que no están de acuerdo. Pero yo estoy comprometida a trabajar por la paz y me mantengo firme en ello desde hace ya 20 años, desde que estuve en el scenario en el acto en Tel Aviv, tras el cual fue asesinado el primer ministro Itzjak Rabin. Y como bien has dicho, en efecto, tengo todo el tiempo vínculos artísticos con colegas palestinos y de otras partes del mundo árabe. Lo seguiré hacienda; me es muy importante. Junto con la cantante Mira Awad, árabe israelí, nos presentamos en el festival Eurovisión en 2009. Me he presentado con Nabil Salame en Italia, un famoso cantante palestino de Líbano, con el que la historia fue difícil, hasta que nos hicimos amigos. También canté con Amal Mulkus y Rim Bana, con cantantes árabes no palestinos, de Argelia, de otros lados; y espero que hayan muchos más.

- Estas posturas que tú defiendes te han traído problemas. Has sido foco de críticas tanto dentro como fuera de Israel.
- Mis ideas son muy conocidas, pero la verdad es que últimamente siento que hay una gran radicalización en muchas posturas. Me ha pasado que sentí violencia verbal contra mí en Israel. Hay quienes no saben aceptar una postura diferente a la suya y te condenan como que apoyas las exigencias palestinas. Yo soy muy sionista. Amo mucho a mi país, aunque no a mi gobierno. Creo que el ciudadano, en un país democrático, tiene obligación de criticar a su gobierno si es que discrepa con su política. Pero la gente es a veces muy simplista y quiere ver todo sin ambivalencias.

- Pero las críticas las has sentido directamente, también fuera de Israel. Quizás habría que decir especialmente fuera de Israel.
- Así es. Hay movimientos que quieren boicotear a Israel y manifiestan en mi contra porque soy israelí, sin prestar atención a que yo defiendo la idea de dos Estados para dos pueblos, o sea que haya un Estado palestino. Eso me ha pasado inclusive durante unas celebraciones catalanas, en las que me presenté con una orquesta árabe local. Igual manifestaron.

- Qué absurdo.
- Totalmente. Estoy convencida de que hay que solucionar los problemas pendientes por la vía diplomática. Es mi filosofía. Pero otros salen a manifestar como si aquí el tema fuera entre ángeles y demonios. Y no es así. En el país Vasco, en España, pedí entrevistarme con gente que protestó contra nosotros cuando nos presentamos. Cuando nos sentamos y les pregunté sobre el tema vasco, sobre ETA, dijeron que es complejo, que la situación no es sencilla, por lo cual les pregunté cómo es que creen que nuestra situación en Israel no es compleja y creen que ellos tienen todas las respuestas.

- Interesante y lógico.
- No creo que los haya convencido, pero al menos los confundí y creo que no volverán a manifestar en mis espectáculos. Yo estoy contra del boicot a Israel en forma absoluta. Esa no es forma de hacer las cosas. El que venga a Israel y apoye desde acá una solución pacífica, conseguirá mucho más que el que boicotea. Los boicots llevan a una reacción contraria del público israelí. Cuando veo la actitud anti-israelí me enoja; y defiendo a Israel fuera de fronteras, porque no me gusta la hipocresía; me saca de las casillas. Todo el mundo presta tanta atención a Israel; todos intervienen; es inaceptable. Claro que eso no quiere decir que podamos hacer lo que querramos. Creo que debemos hacer lo máximo para lograr la paz. Y también rechazar la demonización de Israel, que es totalmente inaceptable. Yo amo a mi país. Los judíos tenemos todo el derecho de estar en Israel; y al mismo tiempo, creo que sin paz, el sionismo no tiene futuro.

- ¿Crees que llegará la paz?
- No sé si la veré en vida, pero no importa. Hay que seguir tratando. Espero que mis hijos, nietos o bisnietos, la vean. Me siento como el chino que dice que seguiría plantando árboles, aunque creyera que está viviendo el ultimo día del mundo. Debemos estar prontos para la paz si llega, trabajando en la educación a la tolerancia, con la mente abierta, contra el racism y todo tipo de actitudes negativas. Debemos conocer a la otra parte. Creo que hay miedos porque no nos conocemos y eso lleva a la demonización.

- Noa; para terminar, volvamos a la música. ¿Qué tiene de especial tu nuevo álbum, «Love Medicine»? El nombre podría interpretarse como relacionado a tu esposo, que es médico.
- Justamente decimos a menudo con mi esposo, que ambos estamos en la misma profesión, curar a la gente, pero de distinta forma. Creo que la música, sin duda, es un remedio para el alma, si viene del amor. A lo largo de los años, he recibido muchas cartas de gente que me dice que nuestra música le ha hecho bien, le ha ayudado. Y esa es mi recompense; eso es un verdadero tesoro para mí. Por eso di ese nombre al nuevo álbum.

- Muchas gracias Noa.
- A ti.

Fuente: Semanario Hebreo de Uruguay