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«A Hamás no le interesa dos Estados»

Itzjak ShohamItzjak Shoham, director para América Latina de la cancillería israelí, habló con Israel en línea sobre las posibilidades de una solución duradera para el conflicto en la Franja de Gaza.

- Una mayoría de países en América Latina condenó enérgicamente la ofensiva israelí en Gaza. ¿Qué opinión le merece?

- Hay países que tienen este planteamiento: «Tengo ideas claras, no me confundan con hechos». En ese grupo están Venezuela, Cuba, Bolivia y Nicaragua, entre otros. No les interesan hechos, porque tienen ideas claras. Entonces, ni siquiera merecen que les demos una explicación, porque no estará en el campo de su interpretación.

Si nos corremos un poco de ese extremo encontramos a Ecuador, que ideológicamente está alineado con ese grupo, pero entiende que hay otros elementos a tomar en cuenta. Ecuador comprende que tal vez Israel tuvo algún motivo para actuar como actuó y también ve en Israel un socio importante para su desarrollo social, científico y económico. El presidente Rafael Correa retiró su embajador, pero no echó al embajador israelí de su país, porque el embajador israelí no hizo algo contra Ecuador, no es el caso.

Si seguimos corriéndonos un poco llegamos a Chile. Ese país tiene una población de origen palestino que varía entre 400.000 y 900.000 personas, que actúan políticamente en conjunto, pese a que pertenecen a diferentes corrientes políticas, por la causa palestina. Nosotros, en Israel, consideramos que no es un juego de suma cero; no es que si se está a favor de los palestinos hay que estar contra Israel o viceversa. Pero por alguna razón, ese grupo palestino se cae un poco de ese balance y se convierte en antiisraelí. Y tienen un peso político importante en Chile; las presiones sobre la presidenta y el canciller fueron muy grandes. Nos sorprendió bastante que de todas formas retiraran al embajador, porque las relaciones bilaterales son muy profundas y alcanzan niveles que realmente no justifican tomar una medida tan extrema.

- Brasil definió la operación israelí como un «genocidio»...

- Brasil es el socio comercial más importante de Israel en América Latina. El comercio bilateral con Brasil es más grande que el comercio de Israel con todo el resto de los países de la región. Brasil se puso como meta la creación del Estado palestino, cosa a la que nosotros no nos oponemos. Ya declaramos que Israel está a favor de un Estado palestino y de una solución de dos Estados viviendo en paz y seguridad. Lo de Brasil viene en una corriente que nosotros podemos comprender. Pero hay cosas que nos resulta difícil aceptar, aunque las comprendamos, porque creemos que no se justifican. Somos conscientes de lo que sucedió en Gaza, consideramos que tenemos el derecho y la obligación de defender a nuestros civiles. Si somos atacados, tenemos el derecho a la autodefensa. Lamentamos las pérdidas de civiles no involucrados, pero cuando del otro lado disparan a nuestra población civil y desde sitios civiles, tenemos que actuar y es inevitable que haya víctimas civiles. La única forma de evitarlo es que dejen de atacar a nuestra población.

- Colombia llamó a ambas partes a poner fin a los enfrentamientos, luego condenó el ataque de Israel contra la población civil palestina y una escuela de la ONU...

- A nadie le gustó ver las imágenes de Gaza. Conmueven a cualquiera e invitan a una reacción. Colombia, al mismo tiempo que condenó y deploró este tipo de actividades, reconoció que Israel tuvo un motivo y son los misiles que fueron lanzados contra nuestra población. Hamás transgredió treguas siete veces en 29 días, o no las aceptó de entrada. No cabe duda de que Israel tiene un poderío militar muchísimo mayor y muy superior a cualquier cosa que pueda tener Hamás. Usamos sólo una parte importante de ese poderío para proteger a nuestra población civil. Si no tuviéramos el sistema antimisiles Cúpula de Hierro, habría miles de víctimas de la población civil israelí. ¿Entonces hubiera sido más balanceado? ¿Más equilibrado? No entramos en ese juego del «equilibrio». Protegimos a la población y respondimos cuando fuimos atacados.

- Pero el debate sobre la proporcionalidad fue cada vez mayor...

- Realmente sufrimos cuando vimos lo que sucedía del otro lado, no fue nuestro objetivo afectar a la población civil. Sin embargo, después salieron datos que tal vez no eran correctos. Nosotros dijimos que atacamos a los terroristas y hubo un daño colateral, que es un eufemismo. Se habla de 2.200 víctimas y se juega con las cifras de que 1.800 o 1.700 son civiles. Desde el principio dijimos que al menos 900 de los muertos eran terroristas. Ese número parece que creció. Y aparecieron testimonios que pusieron en duda las cifras ofrecidas por Hamás. Salieron periodistas de Gaza con imágenes de donde se dispararon los misiles: de tiendas con señales de la ONU y organismos de ayuda internacional.

La historia de la escuela de la ONU que conmovió al mundo fue porque se eliminó a un terrorista y hubo esquirlas que mataron niños. Eso lo reconocimos, pero no atacamos la escuela. Sin embargo, ante la pérdida de vidas, todas esas cosas se minimizan. Hay que buscar una solución que sea duradera, que ponga fin al derramamiento de sangre y a tener que repetir las acciones que hace dos y cuatro años tuvimos que seguir.

- ¿Ve algo en común entre los esfuerzos por hacer la paz en Colombia y los que se hace por solucionar el conflicto israelí-palestino?

- Pese a que los dos países en alguna manera tienen que confrontar el terrorismo, es un terrorismo de otro tenor y contenido. Algunos caminos pueden ser comunes, pero las soluciones son diferentes. Algo que es común a todos es que ante el terrorismo hay que ser firme, no se pueden aceptar chantajes. Cuando el terrorismo identifica debilidades, aumenta el nivel de chantaje. En eso hay cosas comunes. La manera de manejar el tema es diferente.

- Hamás está convencido de que no habrá solución duradera si no se levanta el bloqueo en Gaza. ¿Cómo ve esa posibilidad?

- Creo que es negociable. Quiero recordar que en 2005 Israel se retiró unilateralmente de Gaza. Cuando se retiró, los pasos entre Israel y la franja estaban abiertos, con controles de seguridad, para el tránsito de gente y productos. Tenían un pequeño aeropuerto y acceso marítimo. Nuestra idea era que Gaza se convierta en el Singapur de Oriente Medio: inversiones en turismo, en centros fabriles, inversiones israelíes. La condiciones estaban dadas.

En 2006 hubo elecciones y ganó Hamás. Echó a todas las fuerzas de seguridad de la Autoridad Palestina, asesinando y masacrando a muchos de sus dirigentes. A partir de ese momento comenzó a atacar a Israel. ¿Con qué motivo? No había asentamientos, no había un milímetro de Gaza ocupado por Israel, simplemente porque está dedicado a destruirnos, esa es su carta fundamental. Ahí fue cuando Israel cerró los pasos y se llevó a cabo el bloqueo, para evitar que llegara armamento dirigido contra nosotros. Israel no va a tener problema en levantar ese bloqueo, pero con una condición: la desmilitarización de Gaza.

- ¿Acabar con Hamás garantizaría la seguridad de Israel?

- Es difícil pensar que se puede exterminar a Hamás. Si fuera posible, ya lo hubiéramos hecho. Lo que se puede hacer es debilitarlo y dejar que otros elementos manejen la situación. La última propuesta que vi de los europeos habla de desmilitarización, reconstrucción y rehabilitación de la franja, y que todo esté manejado por la Autoridad Palestina, teniendo en cuenta algún elemento de Hamás, pero no que Hamás dirija el proceso. Creo que Israel estaría dispuesto a aceptar ese tipo de compromisos si hay garantías internacionales reales y no como las que recibimos en Líbano con la resolución 1701 después de la guerra de 2006, que estableció una zona desmilitarizada y, entretanto, Hezbolá se hizo con más de 100.000 misiles. No creo que repitamos ese modelo.

- Genera impotencia ver que se alcanzan treguas y en cuestión de algunos años vuelve la violencia. ¿Sinceramente cree que ahora se alcanzará algo definitivo?

- Espero que sí. Si la comunidad internacional quiere honestamente ver un fin a este circulo de violencia, tiene que entrar no sólo con condenas a Israel por el uso desmedido de la fuerza, sino tratar de solucionar los problemas de fondo. Y esos problemas son, desde 2006, los incesantes ataques contra la población israelí sin ningún motivo aparte de querer destruir a Israel. A Hamás no le interesa la solución de dos Estados, no le interesa lo que se pueda dar en una negociación política; quiere debilitar y destruir nuestro país. Si la comunidad internacional decide poner fin a eso, finalmente nuestros niños y los niños palestinos van a poder dormir tranquilos.

- Por ahora, la ONU abrió una investigación sobre posibles crímenes de guerra de Israel.

- La Comisión de Derechos Humanos de la ONU no abrió ninguna investigación sobre Siria, Irak o Afganistán. Entre los correos que circulan hay uno que dice: si no sales a manifestar por la masacre en Siria, si no lo hiciste por la masacre en Afganistán, si no protestas por la masacre en Irak… y sí sales a manifestar por la masacre de palestinos en Gaza, no es porque eres un luchador de derechos humanos, es porque eres un antisemita.