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«Hay que terminar con Hamás»

Tzvika Fogel El brigadier general (reserva) Tzvika Fogel (57), observa la nueva escalada con frustración, convencido de que Israel debería haber decidido hace ya tiempo eliminar totalmente la infraestructura armada de los terroristas.

Hasta 2003 fue uno de los más altos oficiales en el servicio activo en el Comando Sur de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), con responsabilidad, por ende, por la situación en la frontera con Gaza y acerca de los ataques desde allí hacia territorio israelí.

Fogel fue uno de los comandantes de los operativos «Plomo Fundido» y «Pilar Defensivo» contra Hamás y otros grupos radicales en Gaza, y continúa desempeñándose, actualmente en la reserva, en cargos de responsabilidad. Hasta hace un mes, en el Comando Sur. Ahora, pasa a otras regiones.

Pedimos su análisis, a raíz de la nueva escalada.

Este es un resumen del diálogo mantenido.

- Tzvika, ya hemos hablado en ocasiones anteriores, al prenderse el fuego en el sur de Israel por los disparos desde Gaza. La sensación es que esto no cambia, que cada tanto se repite. ¿Hay lo que hacer?
- Es que este es justamente el punto central. Hay que hacer algo diferente. Hay que comprender que en los últimos tres años pasó aquí algo que si no lo tratamos a fondo, nos hará pagar un alto precio. Lo que los medios se acostumbraron a llamar «primavera árabe», no es una primavera. Y alrededor de Israel, en lugar de países ordenados con ejércitos, hay estados terroristas con ejércitos. En el Sinaí tenemos a Al Qaeda y la Yihad mundial. En Gaza, Hamás. En Líbano, Hezbolá. En los Altos del Golán yihadistas y Al Qaeda. Un poco más al este, el Estado Islámico de Irak y el Levante, en parte de Cisjordania, Hamás...

- Muy alentador el cuadro no es...
- En absoluto. Antes, la amenaza existencial sobre Israel consistía en el temor de que alguien conquiste territorios del Estado. Hoy el peligro es que todo el país está bajo amenaza constante de misiles, todo el tiempo, desde el norte o desde el sur. Yo lo veo como una amenaza existencial, ya que no se puede vivir normalmente si uno tiene miedo de que lo secuestren o si se teme estar fuera del refugio por si hay una alarma, todo el tiempo con la preocupación de que pase algo desde el punto de vista de la seguridad. Al tener los terroristas una base territorial, el terrorismo se convierte en una amenaza existencial sobre Israel. Es cierto que no nos pueden conquistar, pero sí nos pueden agotar. Y eso es lo que están haciendo desde hace mucho tiempo. Entendieron que queremos ver soluciones rápidas, tratan de desgastarnos y de quebrantar nuestro espíritu. Veamos cuánta gente anda hoy cabizbaja. El Gobierno debe tomar la decisión de que la amenaza existencial sobre Israel hoy viene de organizaciones terroristas que se han convertido en estados terroristas con ejército. El Estado de Israel debe comprender que en medio de todo esto, en cada lado podemos hallar socios.

- ¿Que se animen a cooperar con Israel?
- Estoy hablando de intereses comunes. En la guerra contra Hezbolá, debemos tener en el Gobierno de Líbano a un socio. En el Sinaí, a Al Sisi, en la guerra contra Al Qaeda y la Yihad mundial. En la guerra contra los yihadistas del lado sirio, también podemos tener un socio, aunque no nos gusta: Assad. Y contra el Estado Islámico de Irak y el Levante, el socio es el Rey Abdullah de Jordania. El único contra el que no tenemos realmente un socio, es en la guerra contra Hamás.

- Justamente. Por un lado, sabemos qué tipo de enemigo es Hamás, pero por otro, también sabemos que las alternativas allí en Gaza son peores...
- No; no estoy de acuerdo.

- ¿Por qué? Los grupos yihadistas y salafistas en Gaza no tienen ninguna responsabilidad de nada, pero Hamás, al menos, tiene interés en mantener su sistema de gobierno…
- No; no lo quiere hacer. Ese es el tema. Hamás aprovecha el hecho que entre los árabes hay una mentalidad de rebaño, de dejarse llevar. ¿Acaso hay democracia? ¿elecciones libres? ¿alguien se hace responsable? No; para nada. Pongamos las cosas sobre la mesa. El fuerte toma el poder; así son las cosas allí. Hoy en día, la única forma de hacer que Israel pueda solucionar las cosas, es entrar a la Franja de Gaza, terminar con Hamás, Yihad Islámica, los Comités de Resistencia Popular y otros grupos; tanto sus miembros como sus armas e infraestructuras. Destruirlos y salir.

- Es evidente que el Gobierno de Israel no ve esta opción con entusiasmo...
- Que nadie me asuste diciendo que no se puede entrar a Gaza. Para entrar, destruir lo que hay que destruir del terrorismo y salir, no hay que estar allí un año ni tampoco instalar un gobierno militar. Lo que se necesita es valentía de los gobernantes.

- ¿Pero acaso no hemos estado ya en esta historia?
- No; no como yo lo he planteado.

- Pero Israel trató en más de una ocasión de golpear fuerte a Hamás. ¿Quizás no trató, como usted da a entender, de terminar con Hamás, porque comprende que no se puede terminar con una ideología?
- Justo de eso se trata. ¿Acaso los 1.800.000 habitantes de Gaza quieren expulsarnos de acá?

- No lo sé… Quizás… ¿Pero acaso se va a liquidar a media Gaza, cientos de miles? Está claro que Israel no haría jamás algo así.
- Claro que no. A los únicos que hay que liquidar, es a aquellos que tomaron una ideología y la convirtieron en un arma contra Israel. No quiero convertir a nadie de Gaza al judaísmo. Y está perfecto que sean islamistas, todo lo que quieran, mientras no lancen guerra contra Israel en nombre del islam. No tengo ninguna duda de que si preguntamos al ciudadano promedio de Gaza qué prefiere, trabajar en Israel o pagarle impuestos a Hamás, optaría por trabajar en Israel. La gente quiere vivir bien y mantener a sus familias. Por eso digo que hasta que no terminemos con este flagelo, mientras no le combatamos como se debe, aquí no habrá calma.

- ¿Es algo que se puede lograr, técnicamente hablando?
- Por supuesto. Dime, ¿qué país del mundo se mantendría en silencio si le atacan con misiles? Ninguno. ¿Algún país al que le secuestraran tres chicos, se abstendría de reaccionar y de buscarlos por cielo y tierra? Se espera de Israel cosas que ningún país normal haría.

- ¿O sea que hay que intentar tirar abajo el régimen de Hamás en Gaza?
- Por supuesto. En realidad, no tirar abajo; terminar con él. Desde Ismail Haniyeh hasta el último de los terroristas. Para mí, todos son iguales. Todos en féretros. O también puede ser sin féretros. Claro que para eso tendrán que organizar a muchas vírgenes allí arriba. Pero no importa.

- ¿Acaso Israel puede permitirse hacer un operativo así; con el precio que este costará?
- Recordemos: desde el operativo «Pilar defensivo» (noviembre 2012) y hasta el secuestro de los tres jovencitos israelíes a mediados de junio, fueron lanzados hacia Israel 180 cohetes en 18 meses, lo cual da un promedio de 10 por mes. Eso no es calma. En el transcurso de los últimos cinco años, todos los meses, hubo un promedio de diez eventos, diez ataques de diferentes tipos en Cisjordania, Y nadie habla de eso. Pero yo le digo al público la verdad. Nos costará caro, sí. Si me preguntas si podemos aceptar el precio de 150 soldados muertos para impedir que mueran 150 civiles, te diré: el ejército tiene el rol de proteger a la ciudadanía israelí.

- Tzvika, para terminar, un tema aparte, que conmociona hoy a la sociedad israelí. En el momento que realizamos esta entrevista, la policía israelí investiga el asesinato del adolescente palestino Muhammad Abu Khdeir. Y se sospecha que puede haber sido asesinado por extremistas judíos, en venganza por el asesinato de los jovencitos secuestrados. Usted, que exige mano dura contra Hamás ¿cómo se siente al respecto?
- Lo quiero dejar en claro de la forma más categórica posible. Si judíos asesinaron a este chico, su destino debe ser el mismo de los que asesinaron a los muchachos israelíes. No puede ser que judíos hagan venganzas. No como judíos y no como seres humanos. Así no nos comportamos. No corresponde a nuestros valores ni a nuestra moral. Si judíos asesinaron a este niño, pues son asesinos,
sencillamente.

Fuente: Semanario Hebreo de Uruguay