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«Las normas éticas están débiles»

Suzie Navot Suzie Navot es profesora de Derecho Constitucional. Uruguaya, radicada en Israel en 1971. Su primer título en Derecho lo recibió en la Universidad de Tel Aviv (cum laude) y el segundo (también con honores), en Política Pública, en la misma institución. Ha escrito numerosos artículos sobre Derecho Constitucional en Israel y es regularmente invitada a dictar clases como profesora invitada en la Sorbonne de París.

La profesora Navot ha accedido en diversas oportunidades a conversar con nosotros, lo cual siempre nos resultó enriquecedor. Le agradecemos esta nueva oportunidad.

- Suzie, es un placer volver a tenerte en las páginas de «Semanario Hebreo», y no sólo porque eres uruguaya. Eso nos da un orgullo especial por cierto. Pero eres una muy destacada y respetada jurista en Israel y eso es fruto de una exitosa carrera sobre la que ya hemos tenido afortunadamente la oportunidad de entrar en detalles en una entrevista anterior contigo quepublicamos tiempo atrás. Ahora te pedía nuevamente quitarte parte de tu tiempo, de cara a un nuevo aniversario de la Independencia de Israel, para mirar desde arriba, un poco a vuelo de pájaro, qué hay de bueno para destacar y también qué puede y debe ser corregido. Gracias pues por acompañarnos. ¿Hay algún punto con el que a ti te gustaría comenzar?
- Antes que nada, me gustaría empezar destacando la decisión que quienes enciendan las antorchas este año en el acto central que da comienzo a los festejos de Iom Haatzmaut sean todas mujeres, mujeres destacadas en Israel.

- Tienes razón. Es un lindo punto, y ya tendremos la ocasión, así lo esperamos, de conversar con algunas de ellas, aún pasado Iom Haatzmaut.

Lucha contra la corrupción

- El tema de la ley y el respeto a la misma, que tanto te ocupa, ha estado en los titulares repetidamente en los últimos tiempos. ¿Dirías que la lucha contra la corrupción debe ser clave en un Estado democrático?
- Por supuesto. La lucha contra la corrupción yo la veo como un punto positivo en Israel porque podemos sacar a la luz las cosas que están escondidas y que son ilegales. Ya lo dijeron otros: la luz del sol es el mejor desinfectante. El hecho que se puede acá conducir una investigación contra gente muy importante como últimamente sucedió con dos altos oficiales, no lo veo como puntos problemáticos, sino todo lo contrario. Recordemos que no es nada fácil llevar a cabo investigaciones contra rabinos, contra a oficiales de la policía, oficiales del ejército, ministros, gente muy fuerte. Eso de que se puedan tomar decisiones sobre personas como ellos, así como ha sido aquí contra el ex primer ministro Ehud Olmert, contra el entonces presidente Moshé Katzav, eso quiere decir que se sigue investigando y se sigue enjuiciando a gente sobre la que hay dudas si su conducta fue legal, de plena integridad pública o ilegal. No se esconde a la gente pública sino al contrario, está mucho más abierta y expuesta a investigación que en el pasado. No quiere decir que Israel sea un país más corrupto, sino que no se guardan las cosas a puertas cerradas y que por el contrario, se investigan y salen a la luz.

- Por otra parte - y no lo digo por afán de buscar lo negativo, sino de entender el fenómeno en su totalidad - el ciudadano promedio podría decir: está bien que se investigue, pero lo que amarga es que hay que investigar a un comandante; preguntarse ¿ahora a un policía? ,¿ahora a un rabino? ¿Es que en todo sector hay alguien que está involucrado en cosas sucias? ¿Todos están metidos en cosas sucias? O sea; hay círculos en los que la gente no debiera tener las manos manchadas por haber hecho cosas indebidas. Por otro lado, lo que cabe rescatar es que también ellos son investigados y a veces declarados culpables…
- Concuerdo plenamente con tu planteamiento. Es exactamente eso y creo además que esto es algo que influye de cara al futuro. Seguro que hay gente como la dela oficina del jefe del Estado Mayor que no va ni siquiera a pensar en hacer ese tipo de cosas.

- Recordemos que el tema del jefe del Ejército que mencionamos está relacionado a sospechas de que en los tiempos del entonces Comandante en Jefe Gabi Ashkenazi hubo procedimientos indebidos para manchar la candidatura de quien iba a ser su sucesor, Yoav Galant; pujas desagradables entre la oficina de Ashkenazi y del entonces ministro de Defensa Ehud Barak. Y hay dedos acusadores hacia la gente de Ashkenazi que parece que actuó en forma improcedente.
- Así es. Y lo importante aquí es recordar - por eso hablé de incidencia en el futuro - que cuando hay investigaciones eso tiene lo que se llama el «chilling effect», la gente que viene después; ya sabe que esos casos están en las penumbras, entre el gris oscuro y el negro; y seguro no lo van a hacer. Se tiene más cuidado. La lucha contra la corrupción tiene que ser como una bandera que hay que mantener bien levantada y bien alta para que la gente, el «civil service» nuestro la vea y sepa que «eso está prohibido».

- Y no hablamos únicamente de corrupción en el sentido de estafas para enriquecimiento personal, sino de actitudes indebidas en un Estado de Derecho. Suzie, el que se den estos casos ¿es una señal del deterioro en los valores o del hecho que la sociedad se ha tornado más individualista? En realidad, ambas cosas pueden combinarse...
- En Israel en los últimos años la manera de mirar las cosas no es desde el punto de vista de los valores, sino que se mira con lentes jurídicos. La pregunta es si tal o cual actitud es legal o no. Entonces, si es legal, no importa si es feo o no es ético. Las normas éticas están un poco débiles, lamentablemente.

- Recuerdo que me habías comentado este punto cuando hablamos una vez luego que el entonces primer ministro Olmert dimitió aunque claro que aún no se sabía si sería hallado culpable de algo.
- Exactamente.

La mujer

- Volviendo a lo que decías al comienzo que las mujeres van a encender las antorchas. No hay duda que comparando con lo que pasa alrededor, la mujer en Israel ha avanzado mucho y hay mujeres en posiciones destacadas. Por otro lado, continúa el fenómeno de sueldos diferentes, por ejemplo. Igualdad plena no hay. ¿Cómo lo ves tú desde el punto de vista jurídico?
- A pesar que la situación de la mujer está siempre mejorando, hay mucho trabajo aún que hacer. En la cúspide política hay pocas mujeres; en la cima académica hay menos del 15%, lo cual no tiene ninguna razón de ser. Como directoras generales de oficinas, casi no hay; en oficinas tampoco; entre los socios de empresas casi no hay mujeres. Todavía sucede demasiado a mi gusto que en congresos y conferencias no hay suficientes mujeres y eso hay que seguirlo trabajando, por decirlo de alguna manera. No es una situación a la que uno se pueda acostumbrar. Es una lucha permanente por la posición de la mujer.

- Es como en el tema del respeto a la gente con discapacidades, área en la que quizás hay una diferencia entre la ley dura, fría y la aplicación de la misma y por otro lado, la forma en que lo maneja la sociedad en sus actitudes ¿verdad?
- Lo planteas exactamente tal cual es. La ley puede ponerte un standard al que en la práctica no vas a llegar. Por ejemplo, la ley te dice que tienes que tratar a la gente que tiene discapacidad con igualdad. Esa es la aspiración; pero eso no quiere decir que así sea. No alcanza con escribir la ley; hay que dar incentivos para que se cumpla y no hay demasiados. Una cosa interesante es lo que pasa en Argentina y en Uruguay: la mayoría de los países del mundo tiene incentivos para las mujeres en política. Hay leyes llamadas leyes de paridad o leyes del 30%. Más de cien estados en el mundo tienen leyes de igualdad política; en Israel no hay.

- La pregunta es si necesariamente hablar de una buena situación de la mujer, en igualdad quiero decir, es algo que pasa por una igualdad numérica. Hay diferencias. Por ejemplo, nadie dijo que tiene que ser solamente la mujer quien atiende más a los hijos que el padre, pero es la tendencia natural que sí, que las mujeres se dedican más y no solamente porque no tienen alternativa, ¿no es cierto?
- Claro. No solamente en Israel. De todos modos en Israel ha mejorado mucho este aspecto en los últimos 20-30 años. Los hombres pueden ahora ser ellos quienes reciban vacaciones por el nacimiento de sus hijos y eso no es razón para despedirlos del trabajo. Va a llevar todavía dos o tres generaciones y no vamos a llegar nunca a una igualdad plena al respecto. No sé si hay que llegar a una igualdad; hay que mejorar aunque no se llegue a una igualdad numérica.

Entre Constitución y leyes fundamentales

- Suzie, como jurista ¿hay temas en los que mirando hacia afuera puedas decir qué bien estamos en Israel y en otros, que quizás te agarres de la cabeza y dices: cuánto tenemos todavía por marchar?
- Es una muy buena pregunta. No me tomaría la cabeza en nada. Lo que me gustaría ver en este país es una Constitución completa, en la que no se podría por ejemplo, amenazar a la Corte cada vez que da un veredicto que no le gusta al Parlamento porque el problema en este momento es que tenemos una Constitución que es muy débil y que se puede enmendar de una manera muy fácil.

- Pero cuando dices Constitución ¿te refieres a las leyes fundamentales, verdad? Porque no hay Constitución en Israel…
- Claro; pero también la Corte Suprema las llama la Constitución de Israel. No está completa; es frágil y se puede enmendar de manera muy sencilla, o sea que el poder que tiene el Parlamento de amenazar a la Corte cada vez que da una decisión problemática, es un poder que me gustaría limitarlo. En Israel, se puede teoréticamente anular una decisión de la Suprema Corte de Justicia con tres votos en la Knéset; no sólo eliminar las decisiones, sino cambiar la institución en sí y eso es algo que no existe en otros países. Habría que completar la Constitución y hacerla más fuerte para que las instituciones estén seguras en sus poderes y no se las pueda amenazar.

- ¿Cuál es la mayoría que se exige?
- La mayor parte de las leyes fundamentales se pueden enmendar por una mayoría común, o sea, por cuántos miembros del Parlamento estén en ese momento en la Knéset, 5 contra 2, por ejemplo. Para algunas necesitaríamos de 120. También la más reciente, la ley fundamental del referéndum, aprobada hace poco, requiere 61 de los 120.

- O sea que no son todas iguales...
- Así es. Las leyes fundamentales en sí mismas son diferentes la una de la otra.

- ¿Cuántas leyes fundamentales tiene Israel?
- Doce. Libertad de asociación, Jerusalén la capital de Israel, la llamada Ley de Dignidad del Hombre y su Libertad, la del Parlamento, el Contralor del Estado, el Gobierno, las Tierras de Israel, la Economía, el Presidente, el Ejército, el Poder Judicial y el Referéndum.

- Respecto a los cambios posibles, me parece que lo más peligroso es que el Parlamento pueda limitar a la Corte Suprema...
- Claro. No se lo llegó a hacer, pero hubo diputados que lo intentaron con diversos proyectos de ley. El potencial existe.

- Tratando como siempre de ver las luces y las sombras, sin ocultar los problemas, quiero también poner las cosas en proporción. ¿Lo presentan en forma equivocada quienes cuando hay un problema de este tipo alegan que es porque Israel es racista?
- Israel no es un país racista y esa alegación está equivocada. Claro que es equivocado. En mi opinión esto no pasa en absoluto por un tema de racismo. Hay desconfianza, hay un tema nacional y de percepción problemática en cuanto a la fidelidad a los valores de Israel como Estado judío y democrático. Sin duda hay cosas que corregir, pero el racismo no tiene nada que ver.

Homosexuales y derechos

- Está el tema de los homosexuales. ¿Dónde está Israel al respecto? ¿Qué cosas de avanzada hay en la legislación y qué dirías que son todavía importantes pasos que hay que dar?
- Creo que en legislación en los temas que tocaste estamos muy avanzados, especialmente lo que tiene que ver con los derechos de los homosexuales y las lesbianas, pero con la igualdad de la mujer todavía hay problemas y con la discapacidad también, porque no hay que olvidarse que Israel no tiene siquiera separación entre Estado y Religión y todo lo que tiene que ver con matrimonios y divorcios es la ley religiosa que todavía está vigente. Israel permite a gente homosexual adoptar niños, pero no se va a poder, por el momento, reconocer casamientos entre homosexuales porque todo lo que tiene que ver con casamientos, es la ley religiosa; es como una piedra en la mitad del camino y mientras esté esa piedra, no se va a poder llegar a una igualdad completa.

- ¿Con qué ejemplos concretos explicarías que Israel está muy avanzado en la legislación de los homosexuales?
- Hay leyes contra la discriminación por razón del sexo o de tendencia sexual. La comunidad homo-lesbiana es parte del público israelí; no se avergüenza y no se esconde como era hace muchos años; no es perseguida, es reconocida.

- Pero no se llega al punto de Uruguay, donde se ha legalizado el así llamado matrimonio igualitario...
- Así es. No se permite el matrimonio igualitario. Pero ahora pueden adoptar niños, que es algo muy avanzado.

- ¿Y respecto al tema de madres portadoras?
- En este momento están haciendo una reforma sobre ese tema, pero aún no se ha aprobado la ley.

La minoría árabe

- ¿Cómo ves a Israel desde el punto de vista jurídico en cuanto al respeto por la minoría de ciudadanos árabes?
- La minoría árabe es un tema de la sociedad; no es un problema jurídico.

- ¿Por la desconfianza?
- Desconfianza después de la Intifada, porque hay gente que los ve como una quinta columna, por el apoyo que manifiestan hacia los palestinos. Ya no se llaman en general árabes israelíes sino palestinos israelíes y eso también influye. Jurídicamente son ciudadanos iguales, pero sería bueno que también estén explícitamente mencionados como una minoría.

- ¿Eso sería importante para garantizar sus derechos?
- Exacto. Por ejemplo, si a un árabe no le dejaron comprar una casa en un moshav israelí, apeló por ello ante la Corte y la Corte dice que el Estado tiene que utilizar las tierras de una manera basada en el principio de igualdad, eso le garantizó su derecho. Tuvo que pelearla porque no hay una ley ordenada al respecto, aunque jurídicamente el principio es de igualdad.

- Israel está celebrando ahora un nuevo aniversario de su independencia. ¿Dirías que el resumen, al cumplir 66 años, en lo que al Estado de Derecho respecta, es positivo? ¿O que así como hay problemas por corregir, hay también muchas luces?
- Israel es un país impresionante, al igual que su gente y sus logros son maravillosos. Eso hay que tenerlo siempre en cuenta. Tiene sus problemas que corregir, por supuesto, especialmente problemas internos y sociales. Quizás hemos ido demasiado lejos con la privatización de bienes públicos. Sería bueno reconsiderar los problemas sociales de hoy en día, y mejorar los sistemas de bienestar social, pensiones, la salud y la pobreza. Para que todos, niños y ancianos, tengan un futuro mejor, tal como es digno de un país como Israel.

- Que así sea. Gracias Suzie.
- A ti.

Fuente: Semanario Hebreo de Uruguay