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«Puedo cambiar el mundo»

Abeer Abu Ghaith Abeer Abu Ghaith (29) es una de tantas jóvenes de la Autoridad Palestina cuyo futuro estaba escrito: casarse, ser madre y dedicarse al hogar familiar. Pero esta licenciada en Ingeniería informática por la Universidad Politecnica de Hebrón y nacida en Dura, una pequeña localidad cisjordana, se sirvió del espacio al que estaba condenada para formarse, aprender y terminar fundando la primera empresa de tecnología dirigida por una mujer palestina, StayLinked.

«Como mujer puedo cambiar el mundo que me rodea a mi manera y hacerlo desde casa, incluso cuando la sociedad nos confina a estar aquí y en la cocina», me explicó con determinación Abeer enfundada en un hijab de color beige. Es musulmana creyente, «no sólo por tradición, es porque así lo quiero», añadió.

Últimamente esta joven palestina no para. Acaba de regresar de la Conferencia Mundial de Desarrollo de Telecomunicaciones, llevada a cabo en Dubai los días 30 y el 31 de marzo y pocas semanas antes también asistía al encuentro organizado en Abu Dhabi por la revista «CEO Middle East», que cada año destaca a las 100 mujeres más influyentes del mundo árabe. Según esta publicación, Abeer es una de ellas.

Pero el viaje, quizá, más importante para Abeer, aquel que tendría que haber realizado en enero de este año a Dubai para recoger el Premio «Mujeres en la Tecnología de Oriente Medio y África 2014», otorgado anualmente por ejecutivos de las empresas de high tech líderes de la región - como IBM, Cisco o HP -, no pudo realizarlo. Las autoridades israelíes en Cisjordania no le concedieron el permiso necesario para poder trasladarse a la ciudad más internacional de Emiratos Árabes Unidos (EAU).

Allí, los miembros del jurado reconocieron la capacidad de Abeer para «facilitar el acceso a la mejor tecnología». Y no es pequeño el proyecto que emprendió esta joven ingeniera hace dos años. Junto a tres socios, una amiga, un experto en capacitación en nuevas tecnologías y una pequeña consultoría, Abeer fundó Staylinked, una compañía dedicada a conectar a trabajadores freelance palestinos con potenciales empresas de todo el mundo interesadas en servicios de traducción, diseño gráfico, o desarrollo de páginas web, entre otras actividades.

Una empresa que ya generó varios miles de dólares de negocio y que proporciona empleo remunerado a más de 40 trabajadores freelance palestinos, de ellos la mitad mujeres. «Si no hubiera sido por Abeer, ahora mismo no tendría trabajo», explicó en Zeina Abu Sneineh, residente de Hebrón, recién licenciada y una de las beneficiadas de Staylinked.

Zeina aseguró sentirse toda una privilegiada. Muchas de las jóvenes palestinas de su edad con estudios universitarios - la mayoría de los estudiantes de las Universidades de Cisjordania y Gaza son mujeres - no llegan nunca a incorporarse al mercado laboral. De ellas se espera que antes de satisfacer sus «ambiciones laborales», se casen y formen una familia. «Mi ciudad, Dura, está llena de mujeres perfectamente cualificadas y preparadas que no tienen acceso a un trabajo», comentó Abeer. 

Pero aquellas que se nieguen a cumplir con el destino trazado para ellas por una sociedad mayoritariamente conservadora deberán enfrentarse no sólo a las reticencias familiares por el mero hecho de salir a trabajar fuera de casa - sólo el 20% de las mujeres palestinas lo hace frente al 70% de los hombres -, además tendrán que abrirse camino en un mercado laboral con una tasa de desempleo que ronda el 20% en Cisjordania - esta cifra se dispara hasta el 35% entre las mujeres, según datos de la Oficina Central de Estadísticas de Palestina - y donde los candidatos masculinos casi siempre estarán por delante ellas en la lista de pre-seleccionados ante la misma oferta laboral.

Sin embargo, a la industria de la alta tecnología no le pasó desapercibida la alta cualificación de las jóvenes palestinas que logran acceder al mercado laboral después de superar las trabas impuestas por una sociedad eminentemente machista.

«El sector tecnológico nos libra de eso en un entorno donde el trabajo puede realizarse online desde la Autoridad Palestina y conectando con cualquier parte del planeta», aseguró Abu Ghaith. De hecho algunos de los modestos contratos conseguidos hasta el momento por su startup se firmaron con empresas en Estados Unidos, Australia, Reino Unido y en los países del Golfo.

«El sector de la tecnología y de las comunicaciones se desarrolló mucho en los últimos años a pesar de las limitaciones internas y externas que sufrimos», explicó en el encuentro de la revista «CEO Middle East» Safa Nasser Eldin, mentora del proyeto de Abeer y actual ministra de Telecomunicaciones de la Autoridad Palestina, la primera mujer en ostentar ese cargo. 

Desde su ministerio esperan que el sector tecnológico, que actualmente emplea a 8.000 personas en Cisjordania, Gaza y Jerusalén Oriental, se duplique en los próximos cinco años y aporte hasta el 20% del Producto Interior Bruto palestino. Abeer igualmente espera duplicar en los próximos años el número de contratos firmados por su pequeña empresa y poder recuperar así los más de 25.000 dólares invertidos por ella y su principal socia - el 70% del capital inicial - para amortizar los costos iniciales.

Durante este tiempo la joven emprendedora aseguró que no dejará de lado la que hasta hace no  tanto era su principal actividad: la enseñanza en la Universidad Politénica de Hebrón. Allí Abeer Ghaith empezó a impartir clases a tiempo parcial tras graduarse con honores, después lo hizo a jornada completa y actualmente puede presumir de haber instruído a más de 1.000 jóvenes en redes sociales, empleo o emprendimiento.

«En la Universidad descubrí que los jóvenes y las mujeres son la clave para el desarrollo político y económico en la Autoridad Palestina y en toda la región», me explicó Abeer.

«Si reciben las herramientas que necesitan y la oportunidad de descubrir su talento, ellos solos ya empezarán el camino desde ahí», aseveró.

Y ese camino, aunque lleno de obstáculos, es el camino de la esperanza, el camino del futuro para miles de jóvenes palestinos cansados de años de violencia y tensiones.

Agradecimiento especial al Centro Judío Árabe de Givat Javiva que posibilitó la entrevista.

Foto: Gentileza Andrea Daskal