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La gran tragedia del sionismo

Netanyahu y Liberman desasentaron la posición de Israel en el mundo a un nivel más bajo de lo que la imaginación podía calcular. Cerrando dos años de su administración, ambos desvian al país hacia una vía de conflicto y guerra.

En su último ataque a las organizaciones de izquierda, el ministro de Exteriores, Avigdor Liberman, intenta relacionar a las instituciones voluntarias que luchan por los valores democráticos y los derechos del ciudadano con la teoría del "puñal en la espalda de la nación", defenestrada en la historia del fascismo europeo.

Ninguna broma verbal ni verborragia retórica no desviará la atención pública de las fuentes ideológicas de la táctica fascista conocida del puñal que atenta contra los soldados en el frente.

Somos testigos de la coincidencia asombrosa entre el macartismo y el stalinismo. El ataque a ciudadanos ávidos que persiguen los derechos y la democracia - una parte de ellos se identifican con las ideas liberales de Jabotinsky y otros con el liberalismo de Herzl - es una agresión en la cual todo investigador político-histórico comparativo reconocerá de inmediato el parecido con las teorías conspirativas en los comienzos del fascismo europeo.

En los últimos días, EE.UU está conmocionado por el asesinato de seis ciudadanos y el atentado a la congresista democrática Gabrielle Giffords en Arizona. Una gran parte de los medios culpó a la política derechista, Sarah Palin, que señaló a Giffords en la lista de los traidores del país.

A miles de kilómetros de Arizona, el ministro de Exteriores israelí, no dudó en señalar como traidores a organizaciones específicas, cuyos líderes y directivos son conocidos públicamente. Como si no existieran suficientes personas ilusas que circulan entre nosotros y que sólo buscan un objetivo adonde dirigir su odio.

Si no supiera lo contrario, podría sospechar que Ivette Liberman es un agente instigador de un país extraño y hostil. ¿Cómo es posible que un ministro de Exteriores se conduzca de manera hostil hacia el Estado de Israel y su democracia?

Por supuesto, la respuesta la tiene el primer ministro: Las evidencias que se compilan en la segunda cadencia de Byniamín Netanyahu, testimonian que él se identifica interna y profundamente con el ataque de Liberman a la sección liberal-social-democrática de la sociedad israelí.

Fortaleciendo estas evidencias, podemos recordar la historia de Netanyahu, pletórica de actitudes hostiles hacia las universidades, y la conexión con grupos políticos de derecha extremistas en EE.UU y en otros lugares del mundo. Incluso en la publicación de repudio a las palabras de Liberman, destinada a defender a los ministros del Likud, Bibi no se ocupó de prestarles atención a las organizaciones de derechos humanos, sino sólo a sus compañeros de partido que hacen el papel de hoja de parra de la derecha fanática a la que representa e impulsa.

Sin embargo, no nos debe sorprender la huida de la responsabilidad de Netanyahu y su desatención a las opiniones de quienes lo critican y piensan diferente a él. Todo lo que debemos hacer es recordar su primera cadencia como primer ministro, y asimismo, la época que antecedió al asesinato de Itzjak Rabín.

Netanyahu y Liberman desasentaron la posición de Israel en el mundo a un nivel más bajo de lo que la imaginación podía calcular. Cerrando dos años de su administración, ambos desvían al país hacia una vía de conflicto y guerra, el mismo derrotero que hace que la derecha y las organizaciones extremistas florezcan, e incluso se ocupan de su financiación.

Netanyahu y Liberman son la tragedia más grande que sufrió el Estado de Israel y la empresa sionista desde su creación. Si el público no despierta y lo entiende, el derrumbe continuará.

No me cabe duda que una gran parte de la gente que votó en las urnas a Netanyahu despierta ahora: no dudo que estos y otros no se imaginaron que este primer ministro y su canciller llevarían al Estado de Israel a la situación en la que se encuentra. No dudo que gran parte de los que lo apoyan desde el sector de la derecha, que está actualmente en el poder, son personas ingenuas que ambicionan lo mejor, que aman a Israel, pero que simplemente cayeron víctimas de la incitación y la propaganda manipuladora.

Es importante recordar: A falta de una constitución, la libertad de expresión de los ciudadanos israelíes no está protegida con una muralla de hierro como la Constitución norteamericana.

Abrigo la esperanza que las personas buenas, que desean el bienestar del país y el pueblo judío, entiendan que el camino que recorre actualmente el Estado conduce hacia un campo minado con miles de víctimas civiles.

Este es el momento de cambiar de rumbo.

Fuente: Israel Haiom - 14.1.11
Traducción: Lea Dassa para Argentina.co.il