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¡Yo (no) creo!


Israel se considera la nación más sabia del mundo, sólo que el mundo no es totalmente imbécil; aún sabe diferenciar una pelota de trapo que tratan de hacer rodar hacia la cancha palestina.

La guerra se gana con estratagemas. ¿También la paz se ganará de esa manera? ¿Será la política un modo de continuar la guerra por medio de sistemas similares?

Sólo mi desgraciada memoria no me permite descongelar de mi cerebro lo que escucho sobre el congelamiento de asentamientos.

De repente me acordé que siete años atrás, el gobierno israelí se comprometió a "congelar toda expansión de asentamientos, incluyendo el crecimiento natural", tal como está escrito en la Hoja de Rutas. Asimismo, se comprometió "a desmantelar para siempre asentamientos que se establecieron desde Marzo 2001". Además, se comprometió a entregar inmediatamente a los americanos la responsabilidad de señalar la frontera límite ("la Línea Azul") de todo asentamiento.

Dichos compromisos firmados por Ariel Sharón y apoyados por Ehud Olmert, no perturban a muchos periodistas idiotas al declarar que los anuncios de Netanyahu son "sin precedentes".

Los palestinos por su parte, se comprometieron en ese entonces a que reine la ley y el orden en los territorios de su autoridad. Ellos tienen éxito hasta el presente en su lucha contra los terroristas. Israel, en cambio, fracasa en su lucha contra los asentados.

¿Comprará Barack Obama - justamente de él - las promesas de segunda y tercera mano de Netanyahu?

Dicen que la ocasión tienta al ladrón. En este caso, el "anuncio dramático" llama al ladrón. Con el fin de saciar el hambre de los asentados y borrarles las ofensas - "¡Cómo es que justamente un gobierno de derecha nos hace esto!" - comenzará inmediatamente una construcción masiva en Jerusalén, se completará la edificación de 2.500 viviendas, escuelas y sinagogas se reproducirán como conejos porque el crecimiento natural de los asentados es, como se sabe, una de las cosas más imprevisibles. Esto será un congelamiento con miras a derretirse.

Los representantes americanos en Jerusalén, actuarían sabiamente si auscultaran por entre las ventanillas a fin de informarse y actualizarse.

No piensen que soy escéptico. El hombre no nace desconfiado; son la experiencia y la memoria quienes lo aleccionan para que desconfíe. Su "yo creo" le ordenó no creer.

Hace tiempo prometieron "que no edificarían nuevos asentamientos", y durante trece años, realmente no lo hicieron, ¿pero quién necesita "nuevos" cuando los viejos van ampliando sus límites en forma sistemática y metódica? La población judía en los territorios se multiplicó de 166 mil en 1997 a más de 300 mil en 2009 (sin incluir Jerusalén Este).

Hace tiempo prometieron "que no confiscarían más tierras". Suspendieron la expropiación porque ya no es necesaria; un tercio de Cisjordania es considerado propiedad del Estado. Reservas de tierra como éstas serán suficientes para cien años de asentamiento; con eso alcanza. Y hace tiempo que prometieron "evacuar asentamientos ilegales".

Se dice: evacuar, desocupar y desmantelar. Se hace: ampliar, poblar y comglomerar. Todo con respaldo de los diferentes gobiernos. Más de cien asentamientos crecieron como hongos después de una lluvia de promesas oficiales, orales y escritas.

Liberman, Beguin, Yaalón y Saar conocen muy bien a Bibi; lo entienden en un santiamén. Los cuatro no necesitaron disfrazarse cuando aceptaron comerse los fideos fríos que éste les sirvió; los mismos que nos sirvió a nosotros como comida caliente.

Fuente: Haaraetz - 27.11.09
Traducción: Lea Dassa para Argentina.co.il