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De Hamás al Shin Bet


En Oriente Medio la realidad supera a la ficción. Mosab Hassan Yussuf, hijo de uno de los fundadores de Hamás y líder de la organización en Cisjordania, fue durante casi una década agente del servicio de seguridad interna de Israel, el Shin Bet.

"Fue el informante más valioso en mucho tiempo. Con la información de primera mano que él proporcionaba, Israel logró frustrar decenas de atentados contra su población, así como desbaratar a tiempo planes variados para asesinar a figuras israelíes", dijo el Capitán Loay, quien habría sido el contacto directo de Mosab . "Su única motivación era salvar vidas. Mucha gente en Israel, sin duda, le debe la vida a él".

Estas dramáticas revelaciones aparecen, según escribió el periódico israelí "Haaretz", en el libro "Son of Hamas" ("Hijo de Hamás") que Mosab publicará dentro de pocos días en Estados Unidos y en el cual relata sobre su impresionante transformación.

Pero el cambio comenzó antes, justamente cuando Mosab, que era líder de la Juventud Islámica en la universidad, fue detenido por Israel en 1997. Allí, en la prisión israelí, viendo a Hamás desde adentro y conviviendo con otros presos de su misma fe, contó haber empezado a conocer "la realidad".  Allí, él mismo comenzó a cambiar, viviendo un proceso que lo llevó tiempo después a convertirse al cristianismo. Esto salió a la luz recién a mediados del 2008, cuando se reveló que Mosab abandonó a su familia en Ramallah y huyó a Estados Unidos. En Cisjordania, claro está, no iba a sobrevivir.

"Sé que estoy poniendo en peligro mi vida y que puedo inclusive llegar a perder a mi padre, pero espero que él me comprenda y que Dios les brinde a él y a mi familia toda, la paciencia y la voluntad para abrir los ojos a Jesús y al cristianismo. Puede que un día logre volver a Palestina y a Ramallah, junto con Jesús, en el Reino del Señor".

Con estas palabras, Mosab Yusuf se refería hace aproximadamente un año y medio a su cambio. Le resultaba especialmente importante aclarar: "nunca fui realmente uno de ellos".

A finales de 2004, entrevistamos al jeque Hassan Yusuf en su casa en Bitunia, junto a Ramallah, pocos días después de haber sido liberado por Israel tras 28 meses de prisión. Mosab, el hijo mayor, fue justamente quien nos recibió y ayudó a concertar la entrevista. Él, cercano ayudante de su padre, había coordinado todo. No parecía miembro de Hamás. No tenía barba y vestía jeans; era de un aspecto más occidental que cualquier otra cosa. Eso no quitó la sorpresa cuando en 2008 "Haaretz" reveló su conversión al cristianismo.

"Jamás fui uno de ellos. Aunque ayudaba a mi padre y lo acompañaba. Siempre me opuse al uso del terrorismo", cuenta Mosab a "Haaretz".  No compatía con la gente de Hamás. No iba a orar en las mezquitas, a ellos no les gustaba mi chaqueta de cuero o mis jeans. Pero yo manejaba los asuntos de mi padre por ser él, no porque fuera un líder de Hamás".

"En los meses que pasé en prisión, quedé expuesto al verdadero rostro de Hamás. Es una organización negativa, fundamentalmente mala. Sus líderes recibían mejores condiciones, mejor comida, más visitas familiares, más toallas para la ducha. Había relaciones homosexuales entre ellos en el baño. Esa gente no tiene moral, no tiene integridad. La diferencia es que no son tan estúpidos como los de Al Fatah que roban  a la luz del día delante de todo el mundo. La gente de Hamás recibe dinero en formas deshonestas, invierte en lugares secretos y sólo hacia afuera mantienen un estilo de vida sencillo. Tarde o temprano, usarán ese dinero para perjudicar al pueblo".

Su conclusion fue terminante: "Al liberarme de la prisión, ya había perdido toda la fe en aquellos que alegan representar al islam. Los fieles, que supuestamente representan a la religión, admiraban a Mahoma más que a Dios, mataban gente inocente en nombre del islam, golpeaban a sus esposas y no tenían ni idea de lo que es Dios. No tengo ninguna duda de que irán al infierno".

Su acercamiento al cristianismo fue casual y paulatino. Hace una década aproximadamente, estando en Jerusalén, Mosab recibió una invitación para oir una charla sobre el tema. Fue por curiosidad y salió entusiasmado. "Comencé a leer la Biblia y continué tomando, en secreto por supuesto, clases de religión", cuenta hoy. Solía irse a las colinas del barrio Al Tira de Ramallah, donde el paisaje le parecía calmo y apropiado, y simplemente se sentaba a leer la Biblia.

"La frase 'Ama a tu enemigo' tuvo mucha influencia sobre mí. En ese momento todavía creía que seguiría siendo musulmán, pero a medida que iba viendo las cosas terribles perpetradas en nombre de la religión por todos aquéllos que se consideraban grandes creyentes, fui cambiando. Comencé entonces a estudiar islam más en profundidad y me di cuenta de que no hallaba ninguna respuesta. Volví a examinar el Corán y los principios de la fe; los noté equivocados y confusos".

Según publicó "Haaretz", adelantándose al libro "Son of Hamas", Mosab dice claramente que "el islam está perdido" y responsabiliza a la organización terrorista por la pérdida de numerosas vidas inocentes. Él ayudó a salvar a muchas de ellas.

En el Shin Bet nadie comentaba la información del periódico israelí. "Nosotros no hablamos sobre nuestras fuentes, no hay comentario alguno para hacer", dijo uno de sus miembros, afirmando que cualquier tipo de publicación sobre el tema puede ser nociva.

En Hamás acusan ahora a Israel de lanzar una "guerra sicológica" y de "inventar propaganda sionista". A Mosab no le sorprenderá ninguna reacción de Hamás. Según ha comentado, le parece imposible que la organización islámica conciba en algún momento vivir en paz, ya que "es como el agua y el fuego, que nunca se pueden mezclar". En su opinión, esto debe servir de advertencia también para Israel y los judíos.

"Los judíos deberían tener cuidado. Nunca tendrán paz con Hamás", advirtió en su entrevista a Avi Issacharoff de "Haaretz" en 2008. "El islam, la ideología que los guía, no les permitirá lograr un acuerdo de paz con los judíos. Ellos creen que, según la tradición, el profeta Mahoma combatió a los judíos y que ellos deben continuar combatiéndolos hasta la muerte. Deben vengarse de todos aquellos que no aceptaron al profeta Mahoma, como los judíos, que son vistos en el Corán como monos e hijos de cerdos. Ellos hablan en términos de derechos históricos que les fueron quitados. En la visión de Hamás, la paz con Israel es algo que contradice al Corán y los judíos no tienen derecho a permanecer en Palestina".

Avi Issacharoff le preguntó si dicho planteamiento justifica los ataques suicidas.

"Más que eso. Una sociedad entera santifica la muerte y a los terroristas suicidas. En la cultura palestina, un terrorista suicida se convierte en un héroe, en un mártir. Los sheijs relatan a sus estudiantes sobre "el heroísmo de los mártires"; eso lleva a que gente joven quiera imitar a los terroristas suicidas para alcanzar la gloria".

Mosab hace tiempo que tenía claro que no sería parte de ello. Aún así, su condición de agente del Shin Bet no fue una derivación automática de esa situación. Ahora las noticias sobre su servicio durante años en pro de la seguridad de Israel llegaron a su padre, el jeque Hassan Yussuf, que se encuentra nuevamente en una prisión israelí. Menos de un año después de haber sido liberado, el Sheij Yussuf volvió a ser detenido junto a otras 200 figuras de Hamás; fue incluído en la primera redada de parlamentarios palestinos encarcelados; una de las reacciones de Israel en los tiempos del entonces premier Ehud Olmert a una seria ola de ataques con cohetes desde Gaza hacia el sur del país.

"Sigue preso, no se sabe hasta cuándo", dicen en el Shin Bet. Preguntamos si acaso se podrá continuar diciendo - con las noticias sobre el hijo - que Hassan Yusuf es de los jefes de Hamás en Cisjordania. Nuestro interlocutor en el Shin Bet responde sin perder la calma ante la  insistencia: "El jeque Hassan Yusuf es una de las principales figuras de Hamás en Cisjordania. Sobre el hijo, no hay comentarios".