Los amigos nos denuncian, pero leen el mensaje como si estuviera escrito con tinta de limón. Prefieren no saber que Hamás es un movimiento cuya plataforma es destruir Israel. Junto con Turquía, es mejor publicidad condenar a Israel: son mas votos en las Naciones Unidas.
  

Algunas personas me comentaron que estoy confundido.

Probablemente estemos escribiendo con jugo de limón. ¿Recuerdan cuando éramos chicos y escribíamos mensajes secretos con "tinta" de limón? Yo escribo, pero tu no lees. Agarra un fósforo y pasa la llama con delicadeza debajo del papel para que aparezcan las letras. Y mira lo que dicen:

Has visto un péndulo, ¿verdad? El péndulo nunca está quieto. Lo mismo pasa con Turquía. Rechazada por la Unión Europea, el gobierno turco busca nuevas alianzas. Miembro de la OTAN; dicha organización no fue argumento suficiente para abrirle las puertas que ya en 1683 encontraron cerradas en Viena.

Son necesarias nuevas alianzas, y no las busca en la nueva república de Ataturk, ni en las tradiciones bizantinas y otomanas de Constantinopla, sino en círculos islamistas de la nueva expansión musulmana que aún lame las heridas de la expulsión de Andalucia.

Según esa doctrina, toda tierra que una vez fue dominada por el islam es islámica para siempre. De modo que cuando en 1947 la ONU proclamó que Palestina albergaría un estado árabe y otro judío, el mundo árabe reclamó la conquista islámica del siglo VII y rechazó la resolución.

Se declaró el Estado de Israel. En la Palestina árabe, la Franja de Gaza pasó a ser administrada por Egipto y Cisjordania por Jordania. Esta situación se mantuvo hasta 1967. Hasta aquí, la realidad es menos confusa que la imaginación.

Ocurre entonces que luego de una nueva guerra, la imaginación reemplaza a la realidad. Algunos judíos se lanzaron a ocupar los territorios que quedaron bajo control militar israelí, mientras que otros judíos refugiados de los países árabes comezaban a establecerse sólidamente en el naciente Estado de Israel. Surge una frontera virtual, las líneas de 1967. Simultáneamente, los refugiados árabes del sector de Palestina otorgado a la población judía por las Naciones Unidas, seguían sufriendo el aislamiento en campos de refugiados. Muchos de ellos, instalados en la Franja de Gaza.

La realidad retornó a la Peninsula del Sinaí en 1982 con su completa devolución a Egipto. En 2005 la realidad parecía retornar a Gaza con el retiro total de todos los israelíes de la Franja. Tanto la diirigencia de la Autoridad Palestina como de Israel comenzaban - aparentemente - una nueva época. El retiro de Gaza era la antesala al repliegue de Judea y Samaria y el establecimiento definitivo de la Autoridad Palestina como gobierno de un nuevo Estado. Pero la ambición excesiva de algunos dirigentes, frágil e inescrupulosa, dio lugar a argumentos y tensiones que derivaron en Gaza en la toma del poder por parte de Hamás por medio de la violencia.

Y la imaginación continúa protagonizando una fantasía que se va convirtiendo en pesadilla.

Gaza - con todo el apoyo de los grandes bancos internacionales - no se transformó en el motor del desarrollo hacia el Estado palestino, sino en un terreno baldío, fundamentando sus ataques armados a Israel en aquel islamismo que afirma que un territorio conquistado por el Islam es suyo para siempre.

Los amigos nos denuncian, pero leen como si el mensaje estuviera escrito con tinta de limón. Prefieren no saber que Hamás es un movimiento cuya plataforma es destruir Israel. Junto con Turquía, es mejor publicidad condenar a Israel: son mas votos en las Naciones Unidas, como escuchó Erdogan de Lula da Silva.

Cuando la imaginación deje de ser fuente de ilusiones, nos encontraremos unos frente a otros cada uno habitando su sector de Palestina.