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Al pié de la letra


Es dudoso que Israel siga existiendo como democracia (o en general) dentro de 50 años, si la sentencia de la Corte Suprema de Justicia con relación a la escuela en Emanuel, no se concretiza al pie de la letra.
 

Dwight Eisenhower fue presidente de Estados Unidos entre 1953 y 1961. Sin embargo, su incursión principal en la historia se marcó durante su carrera militar, cuando estuvo al frente de las fuerzas aliadas que abrieron un segundo frente contra el nazismo desde Normandía en junio de 1944. Allí comenzó la gran campaña bélica para reconquistar Europa de manos de los nazis que culminó un año después con la conquista de Berlín.

Como presidente de Estados Unidos Eisenhower no impresionó demasiado. Pero una acción suya conquistó al mundo quizás más que todas sus epopeyas como general del ejército norteamaricano.

En 1954, la Corte Suprema de Justicia de EE.UU estipuló, en un dictamen histórico, que la discriminación a los derechos de admisión de alumnos en las escuelas fundamentada sobre bases étnicas, contradice la constitución americana. El Tribunal Superior ordenó la abolición absoluta de la discriminación racial de todas los colegios de la nación.

La concreción de este párrafo fue puesta a prueba al transcurrir tres años. Nueve jóvenes negros solicitaron ser aceptados en una escuela secundaria en Little Rock, capital de Arkansas, en la que hasta ese momento todos los alumnos eran blancos.

La solicitud contó con la oposición de diversos organismos en Little Rock, en Arkansas y en otros estados de la Unión. El entonces gobernador de Arkansas, Orville Faubus, ordenó a los soldados de la Guardia Nacional del estado, que estaban a su servicio, impedir por la fuerza la entrada de los nueve jóvenes a la escuela. Las fotos de los soldados con uniformes de combate, luciendo cascos y deteniendo a los niños en su entrada al colegio gozaron de amplia difusión en todo EE.UU y en el mundo.

No cabe duda que el público que se opuso con vehemencia a recibir a los alumnos negros en una escuela blanca, teniendo a la cabeza ni más ni menos que al mismo gobernador del estado, sostuvo argumentos diversos para justificar su postura y esclarecerla. Seguramente una gran parte de estos argumentos se apoyó en fervientes creencias religiosas; posiblemente fueron citados párrafos de la Biblia como pruebas y respaldo a esta concepción.

Ese fue el momento crucial del presidente Eisenhower. El 24 de Septiembre de 1957 sancionó una orden según la cual, confería el mando de la Guardia Nacional de Arkansas de manos del gobernador del estado, y le imponía la autoridad del gobierno federal.

De acuerdo a la constitución, el presidente norteamericano goza de plena autoridad sobre las fuerzas armadas. Y como los soldados estaban a su servicio, Eisenhower les ordenó retirarse de las puertas de la escuela.  Paralelamente, encargó a los gendarmes de la División de Pilotos 101, unidad superior del Ejército de EE.UU, ingresar en Little Rock y ubicarse al lado del establecimiento educativo.

El miércoles 25 de Septiembre de 1957, el mundo entero fue testigo de un apasionante espectáculo al ver a nueve jóvenes negros entrar por las puertas de la escuela secundaria en Little Rock, amparados por soldados del ejército de EE.UU, haciendo frente a una ola de opositores y a las protestas de una multitud de ciudadanos.

Con esta acción, Eisenhower impuso dos principios básicos que deben orientar a cualquier país democrático:

1. Toda discriminación sobre base étnica, sin depender de los argumentos que la sostienen, es insoportable.

2. Toda decisión de la Corte Suprema de Justicia impuesta como ley, se sobrepone a la de cualquier otro organismo público en el país.

Es dudoso que Barack Obama hubiera sido elegido presidente de Estados Unidos en 2008 sin esta decisión valiente y los enérgicos pasos que sustentó Eisenhower en 1957.

Es dudoso que Israel siga existiendo como democracia (o en general) dentro de 50 años, si la sentencia de la Corte Suprema de Justicia con relación a la escuela en Emanuel, no se concretiza al pie de la letra.

Fuente: Haaretz - 20.6.10
Traducción: Lea Dassa para Argentina.co.il