La «Parábola de los Ciegos» está considerado como un típico ejemplar de la obra del gran pintor uruguayo José Gurvich, quien falleció a los 46 años de edad en Nueva York, despues de haber vivido varios durante mucho tiempo en un kibutz en Israel.

En Montevideo se inauguró un museo a su nombre, después de una exitosa exhibición de más de mil obras en Punta del Este, donde acudieron admiradores de varios países.

La «Parábola de los Ciegos» se expresa en un juego de colores, sombras y luces, característicos de Gurvich, y acaba de ser publicada en una edicion de lujo especial en Uruguay, que contiene también algunas variaciones de este tema tan elogiado tanto por la crítica como por admiradores..

«Parábola de los Ciegos»

En todas las interpretaciones de Gurvich, los ciegos retoman los personajes del folklore ruso de Chagall, de sus tempranas reminiscencias de su Vitebsk natal.

Esta exquisita y detallista obra, recuerda los maestros flamencos, caracterizando los tres ciegos con sus largas barbas y pesados abrigos, uno cargando un violín y el otro cojeando con una pierna de madera.

Gurvich recién había llegado a Montevideo de su primer viaje al extranjero y se instaló en el Cerro. Desde su nueva casa podía ver el edificio del frigorífico Swift, los barcos y botes de la bahía, como los pinta en esta obra.

El plano está dividido en tres bandas paralelas y el horizonte es cerrado en su borde superior por una gran botella y tres cascarones de huevos dándole al conjunto un humor surrealista.

La playa en el fondo incluye motivos de naturalezas muertas estimadas por Gurvich: el diario El Día; un reloj despertador; un pez y una jarra con flores.

El gran utensilio de cocina y la joven durmiente rompen la escala mientras los tres ciegos, en proporciones más pequeñas, caminan entre gallinas picoteando y objetos gigantes.

Gurvich consintió su placer por la meticulosidad, el detalle intrincado y el trabajo fino del pincel.